* Este artículo sobre las características de un líder fue publicado originalmente en la edición alemana de GQ.
Quieres conseguir finalmente un puesto directivo: ¿Tu colega ha sido ascendido y ahora tú también quieres? ¿O has estado soñando con ser finalmente el jefe durante años? Un puesto en la sala ejecutiva a veces no es tan fácil de conseguir. ¿O tal vez te han ofrecido un puesto directivo y ahora no estás seguro de si debes aceptarlo?
Las 9 características de un líder
La mayoría de los jefes tienen ciertas cualidades. Si te preguntas críticamente cuál de estas competencias puedes demostrar, podrás evaluar mejor si estás dispuesto a asumir más responsabilidades en tu trabajo:
¿Qué es importante actualmente y qué puede esperar? Los líderes deben realizar un seguimiento de las cosas incluso en situaciones estresantes. ¿Cómo reaccionas a los desafíos en tu trabajo? ¿Te sientes presionado rápidamente o mantienes la calma incluso cuando las cosas se ponen agitadas?
¿Y las decisiones? ¿Eres de los que se queda estancado y pospone las decisiones hasta que las cosas se solucionen por sí solas? ¿O es fácil para ti sopesar diferentes aspectos entre sí y decidir una variante? Como líder, siempre tendrás que tomar decisiones sobre temas importantes, y posiblemente incluso bajo presión de tiempo.
¿Entregar tareas? Para cuando haya explicado de qué se trata, ¿ya lo habrás hecho todo tú mismo y de la única manera correcta? ¿Eres reacio a traspasar tareas a tus compañeros y prefieres hacerlo todo tú mismo, porque entonces al final al menos será como quieres que sea?
¡Atención! En un puesto directivo, a menudo ya no puede permitirse ese comportamiento. Como regla general, no tendrás tiempo para ocuparte de todo tú mismo, porque entonces ya no tendrás tiempo para dirigir de verdad. Por lo tanto, debes aprender desde el principio a entregar tareas y confiar en que otros también pueden lograr buenos resultados.
¿Puedes inspirar a otros a hacer algo? Como líder, es crucial que puedas motivar a tu equipo: aquellos que quieren trabajar son simplemente más efectivos. ¿Te atreves a alabarte en el lugar indicado, destacar logros y permanecer abierto a sugerencias del equipo para mejorar la situación laboral? Los buenos líderes logran mantener su propio entusiasmo por el trabajo. Incluso aquellos que siguen siendo curiosos y están abiertos a las innovaciones pueden dejarse llevar por los demás.
¿De verdad te encanta el trabajo en proyectos? Sin embargo, como jefe, ya no tienes mucho que ver con eso. Tu trabajo es diferente: Velar por que se logren los objetivos de la empresa, coordinando el trabajo y comunicándote con los diferentes departamentos. Por lo general, los superiores ya no tienen mucho que ver con los temas de especialistas reales. Es por eso que un buen líder también incluye el entendimiento de que algunos de sus empleados son más competentes que él en ciertos temas.
Por supuesto, como jefe, tomas más decisiones que antes y estableces la dirección. Sin embargo, también debes tener en cuenta que no eres completamente libre para hacer esto: como regla general, tienes al menos un jefe por encima de ti, al que debes responder; generalmente hay objetivos trimestrales y de proyecto muy específicos. Ahora es tu trabajo asegurarse de que se cumplan.
El liderazgo no siempre es agradable: si hay conflictos en el equipo, hay que intentar resolverlos. Idealmente, los líderes identifican los desacuerdos antes de que se conviertan en una discusión. ¿Quizás alguien siempre llega tarde y es menos eficiente que los demás del equipo? Al jefe se le pide que aclare la situación y tome medidas si es necesario. También se requiere una comunicación adecuada con el equipo cuando hay noticias desagradables, por ejemplo, porque se están eliminando puestos de trabajo o se ha retirado un cliente importante.
Si ocurren errores en tu equipo, eres el primer punto de contacto. ¿Eres capaz de pararte frente a tu equipo y responder por errores que no cometiste tú mismo? Puedes hacer que tu equipo rinda cuentas internamente. Exteriormente, sin embargo, se requiere un hombro fuerte en tales casos.
Como jefe, necesitas una buena red, tanto dentro de la empresa como en tu vida privada. ¿Son tus colegas tus amigos? Espera que estas relaciones cambien una vez que estés por encima de ellas en la jerarquía. Siempre es útil tener amigos con los que no trabajas también.
Es igualmente importante desarrollar una red profesional estable, por ejemplo, con ejecutivos, personas de otras áreas de tu empresa y personas que trabajan en áreas similares. Esto ayuda si te quedas atascado o necesitas información o una evaluación profesional sobre un problema.
No tienes que traer todas estas cualidades contigo, y no tienes que trabajar con todos los puntos recomendados por las guías clásicas de liderazgo. Lo más importante de un buen líder es que se mantenga fiel a sí mismo, porque solo entonces es posible un liderazgo auténtico: ¡quédate contigo mismo!
