Retos actuales del comportamiento organizacional.

Estrategias para su gestión efectiva

Veamos de forma sintética los grandes retos y oportunidades organizacionales en el cambio de época, así como los abordajes administrativos que pueden resultar más efectivos para cada uno de ellos:

1. Respuesta ante las presiones económicas: La economía es el motor que mueve a la sociedad. Producir, comercializar y consumir bienes y servicios (todo ello de forma rentable y sostenible para todos los actores involucrados), y agregar valor a la vida de las personas y comunidades en el proceso, es la esencia de una economía sana. Pero ante una economía que presiona tanto a las organizaciones por la intensa y creciente competencia, la globalización de todo o casi todo, y las exigencias del mercado que retan a la competitividad, las organizaciones deberán dar la máxima prioridad al principal activo con que cuentan: su contingente humano. Este es el único y verdadero factor de diferenciación; sólo las personas crean, innovan, transforman, renuevan, sostienen, mantienen y desarrollan a las empresas. Todos los demás recursos deben subordinarse al talento humano, y así la gerencia debe garantizarlo.

2. Respuesta ante la globalización: No hay forma de sustraernos a la vida en un mundo global. Somos y vivimos en una inmensa aldea; pero lo mejor de este hecho es que la habitamos personas. Y puesto que todo está globalizado (la economía, la política, la ciencia, la tecnología, la educación, la cultura, la producción, la comercialización, las virtudes y vicios que adornan o aquejan a la humanidad), el reto a las organizaciones es aprovecharlo, potenciando lo mejor y marginando lo peor de ese proceso. Demos entrada en nuestras colectividades laborales y procesos productivos a todo lo que pueda aportarnos y permitirnos aportar valor, de donde venga, y procuremos evitar el acceso de lo que pueda golpearnos. La clave es, para la gerencia, un diagnóstico sistemático, analítico, profundo y participativo de nuestras organizaciones, del entorno y sus tendencias, que permita decidir con efectividad ante cada situación o coyuntura.

3. Administración de una fuerza de trabajo diversa: Edad, sexo, nacionalidad, etnia de origen, preferencia u orientación sexual, calificación profesional, clase social, fe religiosa o ausencia de ella… son entre otros, los factores que nos hacen diferentes, pero que al mismo tiempo nos unen bajo una común y maravillosa denominación y pertenencia: todos somos seres humanos en una aldea global. Por ello, es ya inevitable que coexistamos en todo tipo de actividad y espacio, y particularmente en lo laboral. Lo mejor que podemos hacer es hacerlo en armonía e integración productiva, y la gerencia debe garantizarlo mediante estrategias, políticas y prácticas pertinentes y responsables.

4. Mejora del servicio al cliente: Hay un nuevo tipo de consumidor (mejor dicho, muchos y muy variados tipos), todos con un punto en común: la exigencia constante y creciente. Las estrategias, políticas, tácticas y acciones organizacionales deben ajustarse a una nueva perspectiva del proceso de consumo de bienes y servicios en la cual el cliente (“el rey”), realmente manda y gobierna gracias a las infinitas opciones a su alcance. Ya no hay que servirle, hay que enamorarlo con un servicio excepcional. Y esto sólo pueden hacerlo personas enamoradas de su organización y su trabajo. La gerencia debe asegurar que en cada puesto haya una persona así.

5. Mejora de las habilidades interpersonales: La calidad la hacen las personas. Las personas trabajan en grupos. Los grupos se construyen, mejoran y desarrollan a través de relaciones. Al cliente se le atiende y satisface creando con él relaciones productivas y de mutuo provecho. Y las relaciones (todas) dependen de cómo las personas sepan, quieran y puedan interactuar entre ellas. La gerencia debe asegurar que ello suceda, aplicando políticas y prácticas pertinentes y efectivas. No hay otro camino.

6. Estimulación del cambio y la innovación: El cambio es obligatorio, sólo el progreso es opcional. Se cambiará en uno u otro sentido, y la clave para que suceda en el que deseamos, es la capacidad innovadora y transformadora de las personas en la organización. Toca a la gerencia gestionar procesos de cambio innovadores y desarrolladores, reforzando y potenciando el talento humano que integra sus organizaciones, estimulando esfuerzos y premiando resultados en función del cambio que queremos. La dirección y la velocidad del cambio positivo dependerá de cuánto y cómo innovemos.

7. Lucha contra “lo temporal”: El tiempo es una dimensión ineludible en la que todos vivimos; pero es la forma en que lo manejamos lo que hace la diferencia entre el éxito y el fracaso. En tiempos de cambio constante y creciente, gestionar los tiempos de trabajo, de integración humana y social, de transformación y de adaptación a lo nuevo, de novedad y de obsolescencia, de desaprendizaje, aprendizaje y reaprendizaje, y por supuesto, los tiempos de gestión del tiempo, constituyen claves del éxito administrativo y organizacional. Lo temporal no puede ser barrera, sino más bien motor y combustible para el cambio y la mejora continua. Debe haber una estrategia gerencial para asegurarlo.

8. Trabajo en organizaciones en red: Todo está conectado. Todos lo estamos. La interconexión e interdependencia es cada vez mayor y más profunda, y esa tendencia es creciente e irreversible. Las redes laborales, profesionales, organizacionales y sociales definen la diferencia entre la competitividad y la mediocridad, y desde esta última, el tránsito al aislamiento y la extinción. Todos tenemos algo que dar y algo que recibir, algún valor que agregar y alguna necesidad de valor agregado por otros. Y si creamos y gestionamos redes efectivas de interacción e integración, será más fácil, fluido y desarrollador ese intercambio. Tenemos que aprender a vivir y trabajar en un mundo así, y eso depende de las personas que integran las organizaciones, pues son ellas las que integran y desarrollan tales redes. Toca a la gerencia de cada entidad garantizarlo, con modelos y prácticas de gestión que así lo aseguren.

9. Ayudar a los empleados a equilibrar los conflictos entre el trabajo y la vida personal: Las organizaciones están integradas por personas que no pueden dividirse en parte laboral y parte personal. Somos personas completas, y no podemos evitar traer a casa en la mente los temas laborales, y viceversa. Toca a la gerencia modelar las intervenciones, crear las estrategias y los espacios de interacción, socialización e integración, así como la asesoría y consejería especializada, que permitan un mejor manejo de lo personal en el trabajo, de lo laboral en casa y otros espacios extralaborales, y de ambas dimensiones en la vida de cada empleado como ente social.

10. Creación de un ambiente laboral positivo: Las personas necesitamos sentirnos bien y ser felices en los espacios laborales que compartimos. Mientras mejor sea nuestro ambiente de trabajo, mejor podrá ser nuestro desempeño. Y como máxima responsable de dicho desempeño y los resultados que de este se deriven, corresponde a la gerencia asegurar condiciones físicas, instrumentales, sanitarias, relacionales, organizativas, de seguridad integral, y tecnológicas, para que el ambiente laboral de cada organización sea positivo, estimulante y desarrollador.

11. Mejorar el comportamiento ético: Como personas, somos lo que son nuestros valores, y estos están indisolublemente ligados a nuestra concepción ético-moral individual. Esta, a su vez, es influida e impactada por lo social y organizacionalmente aceptable y aceptado. ¿Y quién define, decide y promueve los mejores comportamientos? La gerencia. Por ende, a ella concierne la promoción de un clima ético responsable, sostenible, incluyente y participativo. Y para ello, debe partir del ejemplo personal y a nivel del equipo gerencial como la mejor estrategia, basados en la coherencia entre el discurso y la praxis.

¿Cómo se manejan estos retos en tu organización? ¿Los convierten en oportunidades de desarrollo? ¿Son las personas la prioridad para ello? ¿Es la gerencia gestora y promotora de su buen manejo, y promueve las mejores prácticas en cada uno?

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Fuente: Vladimir Deléyade Estrada Portales

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