Un nuevo paradigma en la participación ciudadana en la Era Digital: Las Redes Sociales

Un nuevo paradigma en la participación ciudadana en la Era Digital: Las Redes Sociales

En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.Antonio Machado  (1875-1939) Poeta y prosista español

 La mayoría de los que tenemos el privilegio de ser usuarios de Internet con conexión a banda ancha, nos comunicamos, entrenemos, trabajamos y en algunos casos participamos activamente como ciudadanos en las Redes Sociales. Este fenómeno tecnológico ha irrumpido en nuestras vidas, hábitos y cultura de manera prominente y repentina, y presenta un nuevo paradigma para la deliberación política y la interacción entre gobernantes y gobernados en la Era Digital.

 En México Facebook tiene alrededor de 21 millones de cuentas, Twitter 3 millones, LinkedIn 1.7 millones, ShareThis 17 millones,  y Google + 2.6 millones. Con un porcentaje de usuarios de Internet del 57.4 % del total de la población ( en su mayoría niños y jóvenes y con un nivel de escolaridad de Educación Superior)[1], el 71. 5 % [2] de ellos reconoce el uso de internet para acceder a Redes Sociales. Estos indicadores deben complementarse con otros de nivel global, tales como que en Facebook se generan 4,5 mil millones de “likes” diariamente, 300 horas de video se suben por minuto a YouTube y se realizan 500 millones de tweets por día en Twiter[3]. Lamentablemente no tenemos datos sobre el porcentaje del acceso a redes sociales referido a la participación política y ciudadana en México, sino tan sólo el porcentaje de actuación con el gobierno que según el estudio del INEGI citado alcanza el 20.8 %. Aquí cabe aclarar que Gobierno Digital no es lo mismo que Democracia Digital. El primero se refiere a la gestión de los servicios públicos en línea, o al funcionamiento de la administración estatal sin incidir en la formulación de las políticas públicas. Sin embargo, la democracia digital, va más allá, dado que incide en la formulación, implementación y revisión de las políticas públicas. Ahora bien, el uso de redes sociales no promueve “per se” la participación ciudadana sino que sujeto al modelo adecuado la facilita.

 El acápite de nuestras reflexiones nos hacen recordar inevitablemente la Primavera Árabe en el 2009, la manifestación pública más numerosa en París de más de dos millones de personas a raíz del ataque terrorista contra Charlie Hebdo en el 2015, y la reciente iniciativa ciudadana de ley llamada “3de3” en México. Tales acontecimientos y muchos otros no hubieran ocurrido sin la participación ciudadana multitudinaria en Redes Sociales.

La participación en Redes Sociales no sólo puede ser política o ciudadana, sino también comunitaria o social dentro de los grupos de interés o pertenencia respectivos. Sin embargo, cuando hablamos de participación ciudadana hacemos referencia a la participación no institucional, como ser el sufragio o los métodos constitucionales de democracia directa, que comprenden la consulta popular o las candidaturas independientes (vigentes en México gracias a la Reforma Política del 2012), sino a otro modo autónomo de deliberación política en la Era Digital, o también llamada un nuevo modelo de “política insurgente”[4]. Lo que realmente está cambiando es el espacio público donde la sociedad delibera, construye sus percepciones y decisiones.

 La creación y participación colectiva ha construido conocimiento e información como los “Wikis” y soluciones para la vida diaria como Waze. En ese último caso a partir de la colaboración de millones de usuarios mediante reportes, es posible obtener un beneficio tangible, inmediato, a partir de saber si hay tránsito lento o no, peligros en la carretera, conflictos, etc.

 La participación colectiva y ciudadana en Redes Sociales responde en gran medida a las deficiencias y desafíos del modelo representativo y republicano de Gobierno en nuestras democracias, dominado por los Partidos Políticos, y a una gran crisis de confianza en el mismo, reflejado por movimientos ciudadanos como los “ indignados” en España, la gestación actual en México de una preferencia electoral por los candidatos independientes o los movimientos para erradicar las conductas que denuestan y agravian a la mujer, movimientos por impulsar la equidad e igualdad de género, por evitar el acoso, promover la participación femenina, entre otras acciones actuales en México.

 Muchos ciudadanos, organizaciones sociales, líderes de opinión, y politólogos han advertido graves problemas de comunicación, organización y legitimidad en la representatividad que los gobernantes ejercen de los gobernados. Sin lugar a dudas, este tipo de participación ciudadana en medios digitales, rebasa los límites de la participación tradicional, la complementa y enriquece, y refleja una preferencia creciente por modelos de representación política directa, horizontal, descentralizada y apartidista.( Jorge Francisco Aguirre Sala. The model of participatory democracy powered by new media. Archiv für rechts-und sozialphilosophie, ARSP, ISSN 0001-2343, Vol. 101, Nº 3, 2015, págs. 442-457).

El uso adecuado de la participación ciudadana a través de redes sociales, acerca al político o funcionario  a su grupo de interés y audiencia, -en especial las nuevas generaciones como los “millenials” en algunos casos auto-marginadas de la participación ciudadana-, de una manera más directa, auténtica, confiable, diversa e incluyente. La participación ciudadana en Redes Sociales usada de manera adecuada diversifica el saber dada su alcance y ubicuidad, facilita el multiculturalismo al acercar a culturas periféricas al centro de la deliberación política, estimula la democracia y su calidad, promueve la equidad de género, la diversidad social, y puede fomentar la protección de derechos sociales, que de otra manera podrían quedar excluidos en los procesos institucionales de participación. Asimismo, este tipo de participación aporta inmediatez, espontaneidad y candidez a la deliberación e interacción entre gobernantes y gobernados. Sin lugar a dudas, este tipo de participación puede ayudar a los políticos a escuchar de manera auténtica y directa a sus grupos de interés, procesar esa información y actuar en consecuencia. Fenómenos tecnológicos como la inteligencia artificial pueden leer y analizar millones de bytes de datos en Redes Sociales en minutos y ofrecer de una manera articulada y graficada indicadores de opinión y sentimientos, para informar la decisión política (https://www.microsoft.com/en-us/dynamics/crm-social.aspx).

 Sin embargo, cabe recordar que la aludida participación ciudadana en Redes Sociales ofrece desafíos y fronteras en México, dada la existente brecha de acceso a internet de banda ancha[5], y sus asimetrías en distintos Estados y Municipios (representando principalmente un fenómeno urbano), nivel de escolaridad y edad de los participantes, y su capacidad legal como ciudadanos. Por otra parte, la falta de adecuada formación cívica, etiquetas y protocolos de participación ciudadana en Redes Sociales, reduciéndose en muchos casos sólo, no por ello legítimo, al activismo político de protesta, dificultan asimismo el aprovechamiento del máximo potencial que esta participación ciudadana autónoma ofrece. Necesitamos más participación ciudadana para construir democracias más sólidas y maduras, ya sea ello mediante los métodos tradicionales como también a través de las Redes Sociales. Sin embargo, debemos reconocer los desafíos y oportunidades que este medio autónomo de participación ciudadana presenta. Para ello, es indispensable mejorar la calidad, frecuencia, intencionalidad, y contenidos de la deliberación política mediante la participación ciudadana en Redes Sociales, diseñar modelos adecuados en su uso para el diseño, implementación, monitoreo y revisión de políticas públicas, y reducir al mínimo los desafíos que su adopción masiva presenta. De acometer todo ello lograremos construir una sociedad más diversa, incluyente y protagonista de su futuro, remodelando el arte de hacer política en la Era Digital respondiendo a los desafíos de la Cuarta Revolución Industrial[6].

  

[1] Sin embargo, sólo el 39.2 % de los hogares tiene conexión a Internet

[2] www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2015/internet0.pdf

[3]

[4] Frase acuñada por Manuel Castells: http://www.manuelcastells.info/en. Manuel Castells afirma que ha habido una transformación en la comunicación, y lo resume en un término, se ha pasado de la comunicación de masas a la autocomunicación de masas, como dos formas que coexisten y se articulan. Comunicación de masas es aquella que va de uno a muchos, en tanto autocomunicación de masas es aquella que va de muchos a muchos con interactividad.

[5] 11.2 % en conexión fija y 45.6 % en móvil según la OCDE: http://www.oecd.org/sti/broadband/oecdbroadbandportal.htm

 

[6] https://www.weforum.org/agenda/archive/fourth-industrial-revolution

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.