ESTADOS UNIDOS - Supera la cifra de los 1.237 delegados

Donald Trump logra los delegados necesarios para asegurarse la candidatura republicana

El magnate supera ha logrado 1.238 delegados, con lo que consolida su victoria en las primarias y evita así una convención republicana disputada

El candidato presidencial republicano, Donald Trump, durante una rueda de prensa, hoy, en Bismarck.

Donald Trump ya es matemáticamente el candidato republicano. Es cierto que le falta ser ungido por la Convención de ese partido que se comenzará el 18 de julio. Pero el empresario inmobiliario, del juego y de los concursos de belleza, y estrella de 'reality shows' ya ha logrado el número mágico de delegados necesario -1.237- para lograr la victoria cuando la Convención vote por quién va a ser el próximo candidato del Grand Old Party (el 'Gran Viejo Partido', o, según sus siglas en inglés, GOP) a la Casa Blanca.

Entretanto, las mayores democracias del mundo no parecen entusiasmadas con Trump. O, al menos, eso es lo que Barack Obama ha declarado a los medios de comunicación durante la 'cumbre' del G-7 que se celebrado en la isla de Shima, en Japón. "Están nerviosos con él, y tienen motivos", declaró Obama al referirse a los jefes de Estado y de Gobierno de Canadá, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, e Italia que, junto con EEUU forman ese grupo. Precisamente, el único país cuyo liderazgo político Trump ha elogiado -la Rusia de Vladimir Putin- tiene suspendida su participación en el G7 desde 2014 debido a su afición a invadir países.

El ataque de Obama a Trump parece solo una escaramuza de lo que puede empezar a pasar a partir del 28 de julio, cuando la Convención Demócrata termine con la previsible 'coronación' de Hillary Clinton como candidata a la Presidencia. A partir de ese momento y, sobre todo, del final del verano, Obama jugará un papel clave en la campaña demócrata, del mismo modo que Bill Clinton lo hizo con él en 2008 y, sobre todo, en 2012. Dada la incapacidad de Hillary para conectar con sus potenciales votantes, es de prever que la ex secretaria de Estado se apoye en otros políticos más carismáticos, como Obama y como la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren, la 'estrella' del ala izquierda del Partido Demócrata, que parece uno de los pocos líderes estadounidenses capaces de criticar a Trump y no morir políticamente en el intento.

Obama no ha apoyado oficialmente a Clinton, aunque ha dado a entender varias veces que su ex secretaria de Estado será su sucesora. De hecho, Obama hizo hoy un llamamiento a la unidad que sonó poco convincente cuando pidió desde Japón que "insto y he instado a los dos bancos a ceñirse a los programas", en referencia al creciente tono personal de la guerra entre Clinton y Sanders.

Warren también se ha mantenido neutral, pese a que es ella - y no Sanders - la persona que la izquierda demócrata quería que fuera candidata contra Clinton. Pero a Obama y a Warren no les hace falta entrar en la guerra civil demócrata. Trump es el candidato republicano. Y, por tanto, un blanco legítimo.

Obama, encima, tiene una popularidad del 52%, su nivel más alto desde enero de 2013 y una de las mejores cifras desde que en el verano de 2010 la irrupción del 'Tea Party' pulverizó para siempre sus estratosféricos niveles de apoyo entre la opinión pública. Como referencia, baste decir que a estas alturas de su mandato George W. Bush tenía el respaldo del 30% de los votantes, según la consultora Gallup.

Pero, ¿por qué están nerviosos los demás países del G7? Según Obama, porque "EEUU está en el corazón del orden internacional, e incluso,aquellos países que son críticos con nosotros, saben que las cosas no van a ir ben si EEUU no adopta decisiones sólidas, y [además] cuentan con nosotros a la hora de proveer estabilidad". Es justo lo que Trump, con sus constantes bandazos en política interior y exterior.

Su última pelea de Trump ha sido con la conservadora gobernadora republicana de Nuevo México Susana Martínez, a la que acusó de acoger a refugiados sirios en su estado. Dejando de lado que, por más que Trump trate de vender lo contrario, los refugiados sirios no llegan con cinturones-bomba, Martínez, que es muy conservadora, no quiere a esas personas en su territorio.

Conforme a los criterios deThe Trust Project

Saber más

Noticias relacionadas

Show more