Viajar a un país extranjero puede ser angustiante: las barreras del idioma, el desconocimiento geográfico y la prudencia con los gastos son solo algunas de las preocupaciones que surgen. Incluso cuando se trata de un destino muy popular y transitado por los turistas, dar con los mejores consejos y trucos para moverse con soltura por él puede resultar difícil. Japón no es una excepción: de hecho, este glorioso país es uno de los más desafiantes para los visitantes occidentales. ¿Qué hacer cuando un menú sólo está disponible en japonés? ¿Hay alguna forma de ahorrar dinero en los carísimos Shinkansen (trenes bala)? En un destino en el que es de sobra conocido lo difícil que es conseguir una reserva, ¿cómo podemos hacernos con un sitio en un restaurante de primera categoría? Para responder a todas estas preguntas (y a muchas más) hemos recopilado nueve consejos que te ayudarán a disipar muchas de tus preocupaciones y te facilitarán el viaje a este increíble país.
1. Decide si merece la pena el JR Pass
El Japan Rail Pass (JR Pass) permite el acceso ilimitado a casi todos los trenes, autobuses y transbordadores JR durante siete, catorce o veintiún días, y resulta muy cómodo para quienes desean tener cierta libertad para moverse por todo el país. Sin embargo, con la subida de precios del pasado octubre, ahora hay que ser más diligente que nunca a la hora de comprobar si merece la pena o no adquirir uno para todo el viaje. Aunque los billetes de Shinkansen son muy caros, lo más probable es que te salga más barato reservarlos uno por uno, a menos que vayas a hacer largos viajes en tren o a desplazarte cada uno o dos días. Puedes calcular el coste total con herramientas como Google Maps o Japan Travel by Navitime (que también tiene una aplicación) y apuntar la diferencia de precio entre el JR Pass y la suma de todos los billetes que quieras reservar.
Si decides adquirir un JR Pass, la mejor opción es comprarlo en el sitio oficial. No sólo ya no necesitarás que te envíen una orden de canje física a casa (aunque sí tendrás que recoger el pase en una taquilla de JR), sino que también podrás reservar asientos online con antelación. Esto último te resultará muy útil si vas a visitar el país en épocas de máxima afluencia, como la temporada de floración de los cerezos (hamami) o el follaje otoñal.
2. Hazte con una tarjeta inteligente
Las tarjetas IC, como Suica y Pasmo, son similares a las tarjetas de metro de Nueva York. Además de permitir un acceso fluido al transporte público, también pueden utilizarse para pagar en muchas tiendas y restaurantes, en máquinas expendedoras e incluso en algunas de las nuevas máquinas de pago. Por desgracia, debido a la escasez de chips, se ha suspendido indefinidamente la venta de tarjetas físicas. Los usuarios de iPhone y Apple Watch pueden añadir una tarjeta Suica o Pasmo a la aplicación Wallet y cargarla con una tarjeta de crédito Mastercard o American Express (por desgracia, no aceptan la tarjeta VISA). A diferencia de estos, los móviles Android comprados fuera de Japón no admiten el software necesario para utilizar las tarjetas inteligentes japonesas. Solución: las tarjetas temporales, como la Welcome Suica o la Pasmo Passport, válidas durante 28 días. El saldo con el que las cargues no es reembolsable, así que sé prudente. Como contrapartida, si te quedas sin saldo tendrás que pasar por el engorro de comprar los billetes en una máquina, ya sea con tarjeta de crédito (y altas comisiones) o en efectivo.
3. Aprende frases clave en japonés
Muchos viajeros dan por sentado que siempre habrá alguien que hable inglés, pero teniendo a mano aplicaciones como Duolingo o Google Translate no tienes excusa para dejar de aprender lo fundamental. Saludar es una señal de respeto imprescindible, así que repasa cómo decir "hola", "buenos días" y similares para dirigirte correctamente a a los empleados o vendedores. Indispensables también "disculpe" o "lo siento" por si necesitas dirigirte a alguien o chocas sin querer con otro peatón en una calle atestada. Si pese a todo tienes problemas para comunicarte, siempre puedes usar la app.
4. Traduce los menús con Google Lens
La aplicación Google Lens reconoce los caracteres de los alfabetos japoneses y los traduce al inglés, por lo que es estupenda para entender los menús que no tengan una versión en este idioma. No es infalible (puede que tengas que hacer alguna deducción de vez en cuando), pero la mayor parte del tiempo funciona.
5. Recurre a un agente de viajes
En Japón hay muchos tesoros ocultos difíciles de descubrir sin la ayuda de un experto que nos guíe con las experiencias más exclusivas y haga que nuestro viaje sea lo más fluido posible. Okuni, por ejemplo, es una opción bárbara. Sus fundadoras, Julia Maeda y Lauren Scharf, afincadas en Japón desde hace más de dos décadas, conocen al dedillo el panorama del lujo nipón. Taro ofrece una experiencia integral y exclusiva de la capital, como cenar en los restaurantes más codiciados de Tokio (por ejemplo, el Sushi Jiro) con el asesoramiento del aclamado crítico gastronómico Masuhiro Yamamoto. Si después de Japón piensas visitar otros países asiáticos, uno de los principales operadores de la región es Remote Lands. Cofundada por Catherine Heald, que iba a Japón con frecuencia cuando vivía en Hong Kong y regresa cada año para seguir profundizando en la cultura del país, esta empresa cuenta con el beneplácito de de Virtuoso y organiza actividades increíbles en el País del Sol Naciente y más allá.
6. Utiliza servicios de reserva para los restaurantes con estrellas Michelin
Aunque los especialistas en viajes con buenos contactos o el conserje de un hotel de lujo pueden ser de gran ayuda a la hora de conseguir un sitio en los restaurantes más codiciados de Japón, a veces las cosas no salen como una esperaba. Si todo lo planeado falla, recuure a las webs de reservas : tendrás que pagar comisión, pero Tableall, Omakase y Pocket Concierge son excelentes recursos si te interesa probar un restaurante concreto.
7. Aprovecha las tarifas turísticas
Los precios de los JR Pass casi se han duplicado, por lo que moverse entre las principales ciudades de Japón puede resultar más económico en avión que en tren bala. Sobre todo si consigues una de las tarifas turísticas de JAL o ANA, las dos principales aerolíneas japonesas, que ofrecen descuento a los turistas a más de 30 aeropuertos del país. Aunque en principio las tarifas de JAL son más bajas (desde 5.500 yenes), ANA tiene más disponibilidad de plazas (desde 7.364 yenes). Además, es la excusa perfecta para explorar Hokkaido y Kyushu, dos infravaloradas islas japonesas.
8. Envía tu equipaje de un destino a otro
Cargar con enormes maletas por medio Japón es gritar "hola, aquí un turista" a los cuatro vientos. Muchas estaciones de tren están equipadas con escaleras mecánicas y ascensores, pero algunas solo permiten el acceso por escaleras sencillas, y el espacio de almacenamiento a bordo es limitado. Los japoneses no solo saben viajar ligeros, sino que utilizan el takkyubin, un servicio de entrega de puerta a puerta de Yamato Transport que permite enviar fácilmente paquetes y equipaje de un hotel a otro a un precio relativamente bajo. El plazo de entrega suele ser el día siguiente o dos días para distancias más largas, por lo que deberás llevar lo esencial contigo en una bolsa de viaje. De todas formas, la mayoría de los hoteles de Japón ofrecen artículos de aseo y pijama, así que no necesitarás llevar mucho.
9. Conéctate a Internet a bajo coste
Si quieres disponer de conexión a alta velocidad en todo momento y en múltiples dispositivos, alquila con antelación un Wi-Fi de bolsillo para abaratar el coste. Si tienes prisa por llegar del aeropuerto a tu destino, siempre puedes pedir que te lo lleven al hotel.
Si solo necesitas datos de alta velocidad en el teléfono, opta por una tarjeta SIM. Hay varias empresas que te permitirán encargarla por adelantado, ya sea con envío a domicilio o a recoger en el aeropuerto. Pero si tienes un dispositivo compatible con eSIM, las versiones digitales son fáciles de activar en cualquier momento del viaje.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com. Traducción y adaptación: Carmen Cocina.
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