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La Vida de las Mariposas

Por Reinier Munguía Especial para Visión Latina
Un par de monarcas copulan posadas en su planta huésped.

De todos los insectos, la mariposa siempre ha recibido la mayor aceptación y admiración por parte del hombre. Por su impresionante belleza o por su intricado proceso metamórfico, estos insectos han sido la base de muchos estudios.

En alguna ocasión, todos, de alguna manera u otra hemos estado en contacto con las mariposas. De niños, disfrutábamos persiguiéndolas por el jardín; de adolescentes, las estudiamos en la escuela; y de adultos, continuamos impresionados por su belleza e impresionante vuelo.

Las mariposas pertenecen a la familia de los lepidópteros, término que proviene de las palabras griegas "lepis" que significa escamas y "pteros" que quiere decir alas.

Si alguna vez ha capturado una mariposa, se habrá dado cuenta que dejan un polvo muy fino. Este polvo fino no es más que minúsculas escamas que componen los patrones y diseños de sus alas. Hoy día se conocen sobre 135 mil especies de mariposas de las cuales cerca de 111 mil son nocturnas.

A su vez, los lepidópteros están separados en dos subórdenes: los macrolepidópteros y los microlepidópteros. Los macrolepidópteros incluyen a las mariposas de gran tamaño que normalmente encontramos alrededor de jardines y campos. El grupo de los microlepidópteros está compuesto por pequeñas mariposas que en su mayoría son de hábitos nocturnos.

Las mariposas poseen adaptaciones muy especiales para su sobrevivencia y debido a la extensa variedad de las mismas, existen muchas variaciones y adaptaciones únicas en algunas especies. Entre las adaptaciones, encontramos la proboscis, un órgano análogo a la lengua, de forma tubular, que le permite obtener el néctar de lo más profundo de las flores. Este órgano se enrolla cuando no está en uso para facilitar el vuelo.

Aunque la mayor parte de las mariposas se alimentan de néctar y polen, la mariposa Vampiro de Asia, tiene una proboscis modificada para pinchar la piel de sus víctimas de la cual obtiene la sangre que le sirve de alimento. Increíblemente, el sentido del gusto no se encuentra en la proboscis sino en las patas delanteras.

Todas las mariposas poseen cuatro alas separadas en dos pares, las anteriores y posteriores, siendo las anteriores las de mayor tamaño. La principal función de las alas es para volar, pero también son utilizadas durante los rituales del apareamiento.

Algunas mariposas pueden volar hasta 37 millas por hora, pero en su mayoría vuelan entre las 5 y 12 millas por hora. Algunas especies se han observado volando tan alto como 10 mil pies de altura y algunas, como la monarca Danaus plexippus, pueden volar hasta 2 mil millas durante la migración anual.

El proceso que más asociamos con las mariposas es el de la metamorfosis, un proceso biológico de transformación que comienza con un huevecillo y culmina en una mariposa, luego de pasar por una etapa de oruga y una de crisálida o pupa. El proceso reproductivo de las mariposas comienza con la copulación de dos individuos adultos, aunque en algunas especies, entre ellas, la Zebra Heliconian (Heliconius charithonius), la mariposa del estado de la Florida, la inseminación comienza en su estado pupal. En esta especie, los machos se pelean por copular a las hembras antes de que las últimas salgan de su crisálida. Luego, la hembra deposita los huevecillos en una planta huésped, que le provee alimento a las larvas de oruga que emergen del huevo en unas cuantas semanas. Las orugas comienzan a devorar la planta huésped inmediatamente hasta que llegan a su madurez que, dependiendo de la especie, puede tomar de dos semanas a seis meses. En este tiempo, la oruga puede duplicar el tamaño original del huevecillo hasta 27 mil veces. Una vez madura, el esqueleto externo de la oruga se endurece formando la crisálida. En muchas especies, uno o dos días antes de romper la crisálida, ésta se torna transparente, dejando ver la mariposa en formación.

El proceso metamórfico se completa una vez que la mariposa rompe la crisálida, desdobla sus alas y está lista para el vuelo.

Durante la etapa adulta, la función de las mariposas es simplemente encontrar una pareja y reproducirse.

Las mariposas poseen una vista excepcional y un olfato que les permite olfatear a una pareja a más de dos millas de distancia. Una vez la pareja se encuentra, ambos comienzan un despliegue de rituales en las que ascienden en forma de espiral y se posan cerca para desplegar sus alas emitiendo señales de aceptación, justo antes de la copulación.

En algunas especies, la copulación puede durar varias horas. La mayoría de las mariposas encuentran a sus parejas en las primeras 24 horas de salir de su crisálida. Los períodos de vida de las mariposas, varían de acuerdo a las especies, algunas viven tan sólo unos días mientras otras, como la monarca, pueden vivir hasta un año.

Por lo general, el término de vida de gran parte de las especies es de 2 a 3 semanas, lo que hace que su observación sea todo un reto.