Germán Valdés nació el 19 de septiembre de 1915 en la Ciudad de México; sin embargo, se desarrolló profesionalmente en Ciudad Juárez, Chihuahua.

50 años sin Tin Tan, ‘el primer mexicano del siglo XXI´

German Valdés realizó más de un centenar de películas en la Época de Oro del cine mexicano, que hasta el día de hoy mantienen vivo su legado junto a memorables actuaciones y doblajes en cintas de Disney

“¡Ya llegó su pachucote!”, exclama Germán Valdés “Tin Tan”, en El rey del barrio, una de las más de 100 cintas en las que participó el “Pachuco de oro”. Improvisador nato y versátil que dio vida a personajes como maleante, luchador, mesero, cazador, vagabundo y gentleman, que podrían ser parte de un melodrama, hasta una comedia ranchera, musical y de aventura.

Hablar de Germán Cipriano Teodoro Gómez-Valdés y Castillo son palabras mayores, pues a 50 años de su deceso, ocurrido el 29 de junio de 1973, hoy se le sigue admirando por ser una leyenda con una de las sonrisas y bigote más memorables y como un hecho que ocurre en la industria cinematográfica una sola vez en la vida.

Su interpretación fascinó, por ejemplo, al escritor Carlos Monsiváis, quien, por su “spanglish”, recurso que utilizó en casi todas sus películas, opinaba que fue “el primer mexicano del siglo XXI”.

“Un habla emancipada del qué dirán, tan ofensiva como solícita. Tin Tan no deja palabra alguna en paz, las retuerce, las alarga… ‘jazzea’ el habla, improvisa, urde neologismos sobre la marcha, dinamita la rigidez idiomática”, decía Monsiváis.

La Filmoteca de la UNAM llevará a cabo el 29 y 30 de junio un ciclo de cine en homenaje al actor, cantante y bailarín. Se llevará a cabo en la Sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario

Tin Tan fue la primera figura del pachuco

Germán Valdés nació el 19 de septiembre de 1915 en la Ciudad de México; sin embargo, se desarrolló profesionalmente en Ciudad Juárez, Chihuahua, espacio que, a decir del crítico José Antonio Valdés Peña, le sirvió de inspiración para crear la figura del pachuco, es decir, la forma para unir la cultura popular norteamericana con la mexicana: la cultura chicana.

“El pachuco era una afrenta al sentido de uniformidad. Mientras el joven norteamericano común se vestía de traje, corbata y se peinaba, los pachucos vestían de colores y se vuelven una protesta contra la uniformidad estadounidense y el racismo, Valdés toma ese personaje, con el cual va a destacar y llevarlo a la perfección”, opina Peña.

Pese a que en México era mal vista esta figura debido al conflicto entre pachucos y marines estadounidenses que iban a la Segunda Guerra Mundial, Germán Valdés logró cautivar al público.

“Incluso, nuestro querido Salvador Novo escribe un texto violentísimo en contra de Tin Tan, diciendo que el personaje es una atrocidad, porque pervierte el idioma español, pero lo que él hacía era llevar al extremo el ‘spanglish’”, explica el crítico de cine.

A partir de 1943, el actor y cantante comenzó a filmar, de la mano del guionista y fotógrafo Gilberto García Solares, sus más grandes cintas como El rey del barrio, logrando posicionar a su personaje como un héroe urbano y pícaro, un “universo erótico-musical”, dice Valdés Peña, para así convertirse en una de las figuras más importantes de la Época de Oro del cine mexicano.

“El cine de comedia musical creció como una extensión de la carpa y la revista musical, estructura que Tin Tan trabajó.  Hay que destacar que él rodaba por la mañana, por la tarde hacía un programa de radio y cuando nació la televisión, hacía programas el fin de semana, era un modelo que no volverá a existir”, opina Hugo Villa Smythe, director de Filmoteca UNAM.

Para José Antonio Valdés, Tin Tan y Pedro Infante son las dos figuras más importantes, porque tienen una naturalidad y un ángel que nunca más las pantallas del cine mexicano volvieron a presenciar.

“Hay muy pocos personajes que tuvieron esa versatilidad y encanto con el público. Es un maestro del humor político y social”
José Antonio Valdés PeñaCrítico de cine

¿Por qué Tin Tan fue un personaje musical?

Su mismo nombre lo dice, Tin-Tan, para Germán Valdés todo era música y en cada uno de sus proyectos fílmicos lo demostró: con una gran variedad de géneros, podía cantar desde boleros, rancheras, hasta en tono de comedia, como ningún otro, tenía la capacidad de transformar su estilo.

Además de acumular éxitos en la taquilla, su talento también se vio reflejado en una amplia discografía y en la composición de grandes éxitos como: “Bonita”, “Cantando en el baño” y “Morena de ojos negros”, entre muchos otros.

“La música fue algo muy importante para él, creó un universo lleno de alegría, de color. Lleno de mujeres preciosas, tiene el récord de ser el actor que más besos dio en la historia del cine mexicano y eso nadie se lo quita”, agrega Peña.

En la actualidad muchas de esas canciones forman parte de la cultura mexicana y de las calles, pues quién no ha escuchado en su barrio aquella estrofa que pregona:

“Repartiendo el pan para comer. Traigo bolillos y teleras en sazón, también gendarmes, besos, conchas de a montón ¿Qué pasó, marchantita, va usted a salir sí o no?”.

“‘Panadero con el pan’, forma parte de la banda sonora de las calles y de la cultura popular. Me parece maravilloso y es un gran ejemplo del carisma y talento de Tin Tán”, señala el crítico de cine.

De acuerdo con Hugo Villa se trata de una de las figuras más memorables, no sólo por todo lo que presentó para el cine mexicano, sino que fuera de las pantallas era un hombre generoso, divertido y simpático.

“Fue todo un empresario prototípico. Tuvo un cabaret que estaba en contra esquina de lo que hoy es el Teatro de los Insurgentes, se llamaba El Satélite, en donde él mismo cerraba las noches cuando no estaba filmando”, rememora el director de Filmoteca UNAM.

Estos son los aliados y enemigos de Tin Tan

A lo largo de su carrera, Germán Valdés tuvo que pasar por diferentes etapas, con buenos y malos productores y directores. Con Gilberto Martínez Solares, quien, de acuerdo con José Antonio Valdés, fue de los que entendieron que tenían que dejarlo trabajar en total libertad, pues su gran fuerte era la improvisación para desarrollar sus personajes.

Pero, con la fama, también llegaron otros directores y productores que se aprovecharon y lo condenaron a la pérdida de calidad en muchas de sus películas, sobre todo en la etapa de los años 60.

“Su tiempo de gloria fue muy interesante, es un tipo al que los productores se peleaban, porque te llenaba las salas de segunda corrida, de barrio. Tenía una gran sensibilidad y podría hacer un melodrama terrible, con ecos a Chaplin.

“No fue una figura totémica, como Cantinflas, donde todo gira alrededor de él, teníamos a Victoria, Borolas, al carnal Marcelo, Juan García, estamos hablando de una familia artística sobre la que Tin Tan se apoyaba y lograba crear este universo único”, externa el crítico.

Lamentablemente, con el paso del tiempo se fue alejando de las pantallas grandes. Experimentó una decadencia al final de su carrera que lo fue llevando hacia su final.

“Disfrutó la vida enormemente, eso también lo llevó a descuidar de su fortuna, pero finalmente la vivió. Te hacía reír, llorar, y por todo eso lo recordaremos siempre como la figura de comedia del cine mexicano más importante de todos los tiempos”, concluye José Antonio Valdés Peña.

Su filmografía

Gómez-Valdés y Castillo participó en 106 películas, todas formaron parte de la Época de Oro del cine mexicano

  • Hotel de verano, 1943
  • Músico, poeta y loco, 1947
  • Calabacitas tiernas, 1948
  • El Rey del Barrio, 1949
  • La Marca del Zorrillo, 1950
  • Cuando las mujeres mandan, 1950
  • El Revoltoso, 1951
  • El Ceniciento, 1951
  • El Bello Durmiente, 1952
  • La Isla de las Mujeres, 1952
  • El Vagabundo, 1953
  • Escuela de Suegras, 1956
  • Dos Fantasmas y una Muchacha, 1958
  • El Fantasma de la Opereta, 1959
  • El capitán Mantarraya, 1969

Su paso por Disney

Germán Valdés también brilló como actor de doblaje. Uno de sus primeros trabajos con Disney fue interpretar a tres personajes diferentes en el cortometraje Sleepy Hollow (La leyenda del Jinete sin cabeza), 1949.

“Le tocó la suerte de participar en  El libro de la selva, una joya de la animación, donde Tin Tan le inyecta al oso Balú su propia personalidad con la canción ‘Busca lo más vital. El otro doblaje importante fue Thomás O´Malley, de Los Aristogatos, un felino arrabalero y seductor, donde también le mete toda esa jiribilla popular”, detalla, José Antonio Valdés.

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