El embarazo es una etapa muy delicada para la salud del feto y de la futura mamá, por ello, hay que estar muy atentos a todos aquellos signos del cuerpo que puedan indicar la existencia de algún problema. Una de las patologías más frecuentes y peligrosas durante la gestación es la preeclampsia.

¿Qué es la preeclampsia?

La preeclampsia, también conocida como toxemia del embarazo, ocurre por una placentación defectuosa que deriva en isquemia fetal y compromete los órganos maternos. Se caracteriza por la presencia de presión arterial elevada (hipertensión) y daño hepático o renal (proteinuria). La hipertensión que presenta la embarazada es un signo que funciona como una alarma que indica que algo no va bien en el sistema arterial de la futura madre. Este trastorno se inicia con el embarazo de forma asintomática y suele presentar síntomas desde la vigésima semana de gestación. La enfermedad avanza de forma silenciosa hasta que aparecen los primeros síntomas clínicos alrededor de las 20 semanas de amenorrea y puede durar hasta el tercer día después del parto. Suele provocar ciertos síntomas como malestar general, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y visión borrosa.

A veces, la preeclampsia se manifiesta de forma grave, otras veces, aparece de forma más leve, pero su evolución es imprevisible. Por ello, es muy importante llevar un control, si la preeclampsia no es detectada a tiempo (se puede detectar también por la presencia de niveles altos de proteínas en la orina), puede tener consecuencias graves tanto para la madre como para el bebé.

 

¿Por qué es tan peligrosa para el feto?

 

La preeclampsia afecta directamente al suministro de sangre a la placenta, por lo tanto, el feto puede verse privado de oxígeno y nutrientes imprescindibles para su desarrollo. Su aparición también provoca espasmos en los vasos sanguíneos del útero, cortando el riego sanguíneo al feto y, por lo tanto, ocasionando una falta de oxígeno. Los riesgos para el feto incluyen:

  • Falta de oxígeno y nutrientes, lo que provoca un bajo crecimiento fetal debido a la preeclampsia en sí misma o si la placenta se separa del útero antes del parto (desprendimiento de la placenta)
  • Parto prematuro
  • Nacimiento de un niño muerto si el desprendimiento de la placenta provoca un sangrado abundante en la madre
  • La preeclampsia también puede aumentar el riesgo de problemas de salud en el futuro bebé. A largo plazo pueden ocurrir problemas relacionados con el parto prematuro como trastornos del aprendizaje, parálisis cerebral, epilepsia, sordera y ceguera

 

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¿Cuál es la causa de que aparezca la preeclampsia?

 

Se desconoce la causa exacta de la preeclampsia. Los especialistas creen que hay varios factores implicados en el proceso que lleva a desarrollar esta enfermedad del embarazo. El problema se origina en la placenta, durante las primeras semanas de embarazo se forman los vasos sanguíneos que suministrarán nutrientes y oxígeno a la placenta. Cuando estos vasos sanguíneos se desarrollan de forma deficiente o incorrecta, la mala circulación de la sangre en la placenta puede provocar un desbalance en la presión arterial de la madre. También puede existir una predisposición genética hereditaria acerca de una intolerancia inmunológica al embarazo, es más frecuente en mujeres con antecedentes familiares de preeclampsia, de hipertensión crónica, enfermedades renales crónicas, diabetes mellitus y otros.

Otro de los factores desencadenantes de la preeclampsia parece ser el autoinmune. Sucede cuando el organismo de la mujer reconoce al feto como un agente extraño y lo rechaza. Esta reacción autoinmune es más probable en mujeres que no se han expuesto con antelación a los antígenos que contiene el esperma de su pareja durante un tiempo. Esto puede ocurrir sobre todo en parejas que siempre han utilizado el preservativo como método anticonceptivo, en mujeres con hijos de una pareja anterior y también en el caso de inseminaciones artificiales.

Algunos factores de riesgo de preeclampsia son los siguientes:

  • Edad avanzada o adolescentes
  • Primer embarazo
  • Obesidad y diabetes
  • Tabaquismo
  • Sufrir estrés o realizar trabajos pesados
  • Padecer enfermedades renales, inmunológicas, o alteraciones de la coagulación

¿Se puede prevenir la preeclampsia?

La preeclampsia no siempre se puede prevenir, sin embargo, lo más importante para evitar esta y otras complicaciones en todo embarazo es llevar una dieta prenatal sana y completa, incluyendo vitaminas, minerales y grupos de alimentos básicos y reduciendo el consumo de alimentos procesados, azucares refinadas y cafeína. También es esencial eliminar el consumo de tabaco, alcohol, así como cualquier medicamento no recetado por su médico. Además, tener un peso adecuado y realizar actividad física de forma regular puede alejarnos de todo tipo de problemas de salud durante el embarazo. Por último, es necesario recibir una atención prenatal adecuada y por lo tanto es importante acudir a todas las citas. La verificación de peso, revisión de la presión arterial y examen de orina para descartar proteínas son pruebas fundamentales para la detección de la preeclampsia y deben de llevarse a cabo en cada cita prenatal.