Cada vez son más los consumidores que se fidelizan a una empresa por su política de sostenibilidad. La importancia de reducir el impacto ambiental no solo tiene, por tanto, consecuencias para la salud del planeta. Hoy vamos a conocer aquí qué es la huella ecológica, cómo la podemos calcular y qué medidas se pueden tomar para reducirla.
Calcular y reducir la huella ambiental es una tarea imprescindible que todas las empresas deberían llevar a efecto. De hecho, es una actividad que brinda prestigio social de cara al exterior y una herramienta fundamental para minimizar el impacto en el medio ambiente.
¿Qué es la huella ecológica?
Conocida también como huella medioambiental, hablamos aquí de un medidor del impacto que la humanidad ejerce sobre el planeta. Un indicador de sostenibilidad internacional que mide el impacto que tienen nuestros hábitos sobre el entorno y el medio ambiente en general.
Con esta herramienta lo que se calcula es cuánto espacio terrestre y marino se necesita para producir todos los bienes y recursos que se consumen. Además, se incluye también en este cálculo la superficie necesaria para absorber todos los desechos que se generan. Se estima que la huella ecológica actual de cada ser humano es de 2,7 hectáreas. Sin embargo, nuestro planeta solo podría otorgar en la actualidad 1,7 hectáreas a cada persona.
Huella ecológica mundial: ¿qué es?
Es evidente que no solo podemos hablar de huella ecológica en nuestro entorno o a nivel empresarial. También debemos hacerlo a nivel mundial como la presión que ejerce la humanidad sobre la naturaleza y el medio ambiente. Un concepto que tuvo su origen en la década de los 90 del siglo pasado gracias a los investigadores de la Universidad de Columbia (Vancouver), Mathis Wackernagel y William Rees.
La huella ecológica mundial se define como el indicador que mide el total de superficie ecológicamente productiva que se requiere para producir todos los recursos que necesita la humanidad. Emiratos Árabes Unidos, Catar, Bahrein, Dinamarca, Bélgica y Estados Unidos son los países que, en la actualidad, más hectáreas consumen por ciudadano, por lo que mayor es su huella ecológica mundial.
¿Cómo calcular la huella ecológica de una empresa?
Calcular la huella ecológica de una empresa es una tarea imprescindible a la hora de elaborar un plan de mejora que facilite la reducción de emisiones al medio ambiente. Además, es necesario para cumplir con la legislación actual, convertirse en una empresa sostenible y fomentar la máxima confianza entre los consumidores.
Para calcular esta huella ecológica a nivel corporativo hay que distinguir entre:
- Las emisiones que produce directamente la empresa.
- Las que se originan por medio de la electricidad, el frío, el vapor o el calor utilizados.
- Las emisiones no directas de la empresa y que se asocian con el uso de los productos o servicios que se ofrecen.
Para elaborar el estudio que calcule la huella ecológica de la empresa hay que seleccionar, en primer lugar, un año de referencia. Posteriormente, deben identificarse cuáles son las fuentes de emisión y recopilar los datos de consumo.
Por último, el cálculo de la huella ecológica se realiza a partir de la siguiente fórmula:
- Huella ambiental = Datos de actividad o de consumo x Factores de emisión.
¿Cómo reducir la huella ecológica de una empresa?
Las empresas pueden poner en práctica un sinfín de medidas con el objetivo de reducir la huella ecológica. En los últimos años, por ejemplo, se está apostando cada vez más por el uso de sistemas de energía renovable para climatización y calefacción, regulando la temperatura de los mismos por medio de termostatos.
Por otro lado, sería necesario en todas las empresas incentivar y apostar definitivamente por sistemas de transporte más sostenibles. Ni que decir tiene que llevar a cabo una política adecuada de gestión de residuos es primordial, aplicando en todo momento el principio de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar.
Además, es fundamental el uso de sistemas de iluminación y climatización de bajo consumo e implantar un sistema de eficiencia energética adecuado. En este sentido, y para finalizar, hay que buscar siempre alternativas ecológicas o sostenibles a las diferentes actividades empresariales, reducir el consumo energético y llevar un control del consumo implantando medidas de ahorro.