Estas son las claves para crear un jardín zen en casa

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Seguro que has oído hablar mucho de ellos, pero puede que no tengas claro qué son los jardines zen. Parece ser que su origen data del siglo VI, cuando los monjes budistas crearon los primeros jardines como lugar para la meditación. Aunque su estructura se ha ido perfeccionando a lo largo de los años, el diseño básico sigue siendo el mismo. ¿Sus principios? Los jardines Zen enfatizan los principios de naturalidad (Shizen), simplicidad (Kanso) y austeridad (Koko). Creados para ayudar a la meditación en los templos, los jardines zen otorgan un elemento de paz y tranquilidad a cualquier rincón.

¿Cómo diseñar un jardín zen en casa?

Decidir cuál será el tamaño de tu jardín zen es lo primero que debes hacer. No te preocupes si no dispones de una gran superficie, ya que los jardines zen son representaciones de paisajes naturales a pequeña escala. Recuerda que el tamaño no es lo más importante aunque sí debe ser lo suficientemente grande como para poder crear diseños bonitos dentro de él.

Plantea diseños rectangulares para que resulte más fácil su distribución. De esta manera es mucho más fácil que compongas un trazado geométrico para ir colocando los diferentes elementos en su interior de una forma armónica. A la hora de organizarlo y diseñarlo puedes guiarte por los principios que nos da la guía del feng shui, la filosofía milenaria de origen chino que se basa en el análisis del espacio, buscando siempre la armonía y el equilibrio visual con el fin de que aquellas personas que lo ocupen consigan una vida saludable, enriquecedora y equilibrada. Lo ideal es que realices una lista con los materiales a utilizar y, seguidamente, traces un dibujo con la composición que más te guste. En el siguiente apartado te contamos cómo incorporar los elementos.

Uno de los patios interiores de una casa en Washington con jardín japonés y vistas a un lago.

¿Qué elementos necesito para diseñar un jardín zen?

• Arena y grava. Aunque no hay una norma obligatoria que diga qué se puede añadir o qué no, si bien es cierto que la arena y la grava son dos elementos muy recurrentes en los jardines zen. Estos materiales son, por así decirlo, los que harán que se vean como el clásico jardín zen. Importante: antes de colocarla, pon una malla en el suelo para evitar que crezcan malas hierbas; después forma patrones en el suelo, marcando los límites con piedras, madera o plantas. Ayudándote de un rastrillo podrás crear formas en estas superficies, una actividad que además ayuda a relajarse y tener la mente en armonía.
  
  
  
  
  

• Rocas grandes o de diferentes tamaños. También puedes buscar piedras para colocar cuidadosamenre. Estas te ayudarán a separar materiales y dar volumén y naturalidad al jardín. En la simbología nipona, las piedras verticales se pueden usar para representar árboles, mientras que las piedras planas y horizontales representan el agua y las piedras arqueadas representan el fuego.
  
  

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• El agua, un elemento básico en los jardines zen. Puedes incluirla con una pequeña fuente o pequeños canales de agua o riachuelos que hagan que fluya la energía. Lo ideal sería tener un jardín amplio con una pequeña fuente que renueve las energías, pero también puedes incorporar jarrones de diseño y floreros con agua y plantas –eso sí, debes renovarlo a menudo–.
  
  
  

• La madera, un básico de la naturaleza. Este recurso aporta crecimiento y renovación y además es muy sencillo de aplicar en decoración. Como te comentábamos antes, puedes utilizarlo para separar zonas del jardín, a través de tablillas o troncos, o crear un camino de travesaños para poder pasear.
• Elementos estructurales como caminos, puentes o iluminación. Con ello puedes contribuir a aumentar su "shakkei". Este término significa paisaje prestado y se refiere a la práctica de usar el paisaje circundante para hacer que el jardín parezca extenderse más allá de sus límites.
  
  
  
  
  
  

¿Qué plantas puedo poner en mi jardín zen?

Por supuesto, algo que no puede faltar en tu jardín zen (al igual que en cualquier jardín) son las plantas. Las plantas suculentas, como lo son el Aloe Vera, las crasuláceas o el ágave son una buena opción para tu jardín. Estas, además de ser plantas que apenas requieren cuidados, te conectan con la naturaleza y ayudan a crear un ambiente de serenidad y calma. Son muy ornamentales y en grupo resultan muy atractivas. Otra planta que no debe faltar y en sencilla de plantar y conservar con nuestro clima continental es el bambú, que además atrae las buenas energías. Los setos y arbustos podados con formas ornamentales son también una opción muy bonita, aunque requiere buena mano y muchos cuidados.

Para dar color al jardín zen puedes recurrir a plantas con flor, aunque no se debería abusar de una paleta cromática demasiado intensa. Así, puedes poner iris ensata, una flor muy típica de los jardines japoneses, que requiere, eso sí, una buena tierra rica en nutrientes. En cualquier caso, busca una disposición natural en las plantas y no te excedas en la variedad.

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Iris ensata, una planta para dar color a tu jardín zen.

¿Cuáles son los beneficios de tener un jardín zen?

El resultado del diseño que elijas debería alentar la introspección y la meditación. Todo el tiempo que dediques al cuidado de tu jardín zen será para tu bienestar. Y es que pasar horas en su cuidado, te ayudará a mejorar la concentración y estimular un poco más la creatividad. Por tanto, ganarás en tu propia salud, generando serenidad y relajación. Los colores, los trazados de la planta, los elementos naturales y el ruido del agua (si has incluido una fuente en él) se alían para conformar un espacio que trae salud.

Al ser un espacio ornamental, los jardines zen contribuirán a un mayor confort y bienestar en la casa. Puede ser el marco perfecto para para meditar, practicar yoga o realizar tus ejercicios rutinarios. Ten en cuenta que conectar con la naturaleza es sinónimo de salud.

¿Cómo se lleva a cabo el mantenimiento de un jardín zen?

Los jardines zen no requieren muchos cuidados. Muchos de sus elementos so tu jardín zen resulta ser de bajo mantenimiento. Muchos de sus elementos principales, como la madera, la tierra o las piedras, resisten bien al paso del tiempo y solo se deberían cambiar cuando su aspecto parezca deterioriado. Además, la mayoría de sus plantas –Aloe Vera, las crasuláceas...– son muy resistentes y no requieren riegos. Tan solo los setos y vegetación ornamental exigirán una poda con el tiempo. Y, por supuesto, si has incluido una superficie de arena, el rastrillo será tu principal herramienta para dibujar sobre ella.

La única medida rutinaria es su correcta limpieza y, con el paso de los meses, el rediseño de su ornamentación, ya que los fenómenos meteorologícos (vientos, precipitaciones...) van a alterar su puesta en escena.