AGRICULTURA

El chayote, un cultivo desconocido con mucho potencial en Huécija

José Luis recolectando el Chayote.

José Luis recolectando el Chayote. / Javier Alonso

La agricultura en Almería está en continuo crecimiento porque para perdurar hay que reinventarse e innovar. En el municipio de Huécija encontramos uno de los cultivos más desconocidos, pero que lleva instaurado de la mano de José Luis Sánchez más de 10 años en este municipio: El Chayote.

El Chayote es una cucurbitácea, familia de la calabaza, que se plantaba en América en la etapa precolombina pero que de momento no ha arraigado en Europa. Llegó a la vida de José Luis “por casualidad”, y ahora este agricultor es uno de los pioneros en el cultivo del producto, que se encuentra en constante investigación.

Todo empezó en un cortijo, donde este agricultor observó por primera vez una planta de chayote que le llamó la atención, y fue cuando le regalaron uno de sus frutos. José Luis lo plantó en la finca que durante muchos años su padre había utilizado para el cultivo de la uva, y reutilizando el antiguo alambrado de los parrales desaparecidos que tradicionalmente se cultivaban en la zona, la planta empezó a expandirse muy rápidamente dando lugar a un cultivo muy productivo, y mucho más cómodo que el anterior.

“Los parrales tienen mucha mano de obra, por el contrario una finca de chayote puede llevarla una única persona y la recolecta se realiza cada dos o tres días sin mucho esfuerzo obteniendo bastantes kilos en muy poco tiempo invertido” según el agricultor.

Del cultivo de esta planta se tiene todavía poca información, pero lo que sí se sabe es que necesita mucha agua y un clima tropical que no baje de los 10ºC ni exceda los 22ºC. La zona del Andarax, por su cercanía al nacimiento del rio, es una de las menos afectadas de la provincia por la sequía, pero a pesar de eso y debido a las cuatro olas de calor que azotaron en verano ha sido una campaña bastante desastrosa en cuanto a producción porque se quemaron muchas de las yemas y no se desarrolló el fruto según explica José Luis.

En un clima tropical, el cultivo puede desarrollarse durante todo el año, pero en el entorno almeriense únicamente se cosecha durante ”dos o tres meses con mucha suerte”. La planta comienza a cuajar en septiembre, a finales de octubre ya empiezan a colgar los primeros chayotes, su apogeo es durante el mes de noviembre y en diciembre quedan los últimos resquicios.

Lo más positivo según él es que no requiere mucho cuidado ni se necesita una gran inversión, además de que tiene muy poco estrío (1%). Lo más difícil de este cultivo agrícola “es darlo a conocer, por eso es bastante inusual encontrar chayote en los mercados, porque no se conoce”.

Cuando José Luis empezó a cultivar este peculiar alimento, tuvo que hacer un sobreesfuerzo para darlo a conocer. “Me hice mis tarjetillas, y con ellas recorrió todas las verdulerías de la capital y tiendas de alimentación intentando introducir el producto, algunas lo compraban, pero el hecho de tener que explicar al cliente lo que era el chayote hacía que no se consumiera”.

La comunidad de personas Latinoamericanas, que conocen muy bien el producto, es el groso de consumidores de chayote, y el hecho de que cada vez sean más los emigrantes de estos países a nuestra provincia supone que las ventas y el consumo crezca con los años notablemente.

El Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) ha comenzado, de la mano de Jose Luis, a investigar sobre este producto con el fin de convertirlo en un cultivo agroecológico y fomentarlo en la zona.

Lo que comenzó para José Luis como una “alternativa” en tiempos de crisis, convierte ahora a este agricultor en una de las grandes fuentes de sabiduría gracias a su experiencia sobre uno de los productos más innovadores del mercado y que se encuentra en mayor auge debido a sus importantes propiedades.

Los agricultores almerienses ahora tienen alguna de estas plantas anecdóticamente, aún no le han prestado atención para desarrollarlo en expectativa profesional.

Algunos como José Luis empiezan a comercializarlo en las cooperativas y aunque todavía estamos ante un producto que sigue siendo un gran desconocido, el cultivo cada vez se encuentra más extendido por el territorio nacional haciendo que los mercados se interesen cada vez más por él, de manera que “pronto estarán en las mesas de todas las casas” según indica esperanzado José Luis.

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