Ascenso y caída del Imperio Otomano

El Imperio Otomano se fundó en 1299, después de surgir de la ruptura de varias tribus turcas. Luego, creció para incluir muchas áreas en lo que ahora es la Europa actual. Finalmente, se convirtió en uno de los imperios más grandes, poderosos y duraderos en la historia del mundo.

Rosario Martínez

Mapa del Imperio otomano.
Mapa del Imperio otomano.

En su apogeo, el Imperio Otomano incluía las áreas de Turquía, Egipto, Grecia, Bulgaria, Rumanía, Macedonia, Hungría, Israel, Jordania, Líbano, Siria y partes de la Península Arábiga y el norte de África. Tenía un área máxima de 19,9 millones de kilómetros cuadrados en 1595. Su declive comenzó en el siglo XVIII, y una parte de su territorio se convirtió en lo que ahora es Turquía.

Origen y Crecimiento

El Imperio Otomano comenzó a finales del año 1200, durante la desintegración del Imperio Turco Selyúcida. Después de que se disolvió, los turcos otomanos comenzaron a tomar el control de los otros estados pertenecientes al antiguo imperio y, a fines del siglo XV, todas las demás dinastías estaban controladas por ellos.

En los primeros días, el principal objetivo de sus líderes era la expansión. Las primeras fases ocurrieron bajo Osman I, Orkhan y Murad I. Bursa, una de las primeras capitales del Imperio Otomano, cayó en 1326.  A fines del siglo XIII, varias victorias importantes ganaron más territorio y Europa comenzó a prepararse para su expansión.

Después de algunas derrotas militares a principios del siglo XV, los otomanos recuperaron su poder bajo Muhammad I. En 1453, capturaron Constantinopla

Después de algunas derrotas militares a principios del siglo XV, los otomanos recuperaron su poder bajo Muhammad I. En 1453, capturaron Constantinopla. Luego, entraron en su apogeo y en lo que se conoce como el Período de Gran Expansión, tiempo durante el cual llegó a incluir las tierras de más de diez estados diferentes de Europa y Medio Oriente.

En 1453, capturaron Constantinopla
En 1453, el Imperio Otomano conquistó Constantinopla.

Se cree que el Imperio Otomano pudo crecer tan rápidamente porque otros países eran débiles y estaban desorganizados, y también porque los otomanos tenían una organización y tácticas militares avanzadas para la época. En el siglo XVI, la expansión continuó con la derrota de los mamelucos en Egipto y Siria en 1517, Argel en 1518 y Hungría en 1526 y 1541. Además, partes de Grecia también cayeron bajo su control en el siglo XVI.

En 1535, comenzó el reinado de Solimán I y Turquía ganó más poder que bajo los líderes anteriores. En esa época, el sistema judicial turco se reorganizó y su cultura comenzó a crecer significativamente. Tras su muerte, el imperio comenzó a perder poder cuando su ejército fue derrotado durante la Batalla de Lepanto en 1571.

Declive del Imperio Otomano

A lo largo del resto de los años 1500 y en los años 1600 y 1700, el Imperio Otomano comenzó un declive considerable, después de varias derrotas militares. A mediados de la década de 1600, fue restaurado por un corto tiempo después de las victorias militares en Persia y Venecia. En 1699, nuevamente comenzó a perder territorio y poder, posteriormente.

Batalla de Lepanto
El imperio comenzó a perder poder cuando su ejército fue derrotado durante la Batalla de Lepanto en 1571.

En la década de 1700, comenzó a deteriorarse rápidamente después de las guerras ruso-turcas. Una serie de tratados creados durante ese tiempo hicieron que el imperio perdiera parte de su independencia económica. La guerra de Crimea, que duró desde 1853 hasta 1856, lo agotó aún más. En 1856, el Congreso de París reconoció la independencia del Imperio Otomano, pero ya estaba perdiendo fuerza como potencia europea.

La inestabilidad política y social en la década de 1890 creó una negatividad internacional hacia él

A fines del siglo XIX, hubo varias rebeliones y el Imperio Otomano siguió perdiendo territorio. La inestabilidad política y social en la década de 1890 creó una negatividad internacional hacia él.

Las guerras de los Balcanes de 1912 y 1913 y los levantamientos de los nacionalistas turcos redujeron aún más el territorio y aumentaron la inestabilidad. Tras el final de la Primera Guerra Mundial, éste llegó oficialmente a su fin con el Tratado de Sevres.

Importancia del Imperio Otomano

A pesar de su colapso, el Imperio Otomano fue uno de los más grandes, duraderos y exitosos de la historia del mundo. Hay muchas razones por las que tuvo tanto éxito, pero algunas de ellas incluyen su ejército muy fuerte y organizado y su estructura política centralizada.

Fuente: Thougthco.