La muñeca artesanal de Amealco mejor conocida como “Lele” o en su traducción del otomí “bebé”, representa las tradiciones y costumbres de los pueblos originarios de México, una artesanía fabricada a mano principalmente por mujeres y hombres de las comunidades San Ildefonso Tultepec y Santiago Mexquititlán en Querétaro, quienes ha logrado conquistar al mundo entero.

El oficio en la creación de la muñeca de trapo ha sido heredado de generación a generación “desde que tengo uso de razón las abuelitas ya elaboraban a Lele” comentó en entrevista para 24 HORAS, Santiago Domínguez, artesano de Santiago Mexquititlán.

La muñeca otomí es reconocida por su original peinado de dos trenzas hechas de estambre adornada con una corona que es realizada con llamativos listones de colores, para reflejar las raíces mexicanas, acompañada de una falda amplia con encaje, a juego con la blusa de manga larga, piezas hechas con tela de popelina, cambaya o manta que integra un bordado de espiga con colores que combinan con la tira bordada que lleva en cuello, cintura y puños.

El cuerpo se rellena de borra y en el rostro se borda los ojos en color negro y su distinguida nariz y boca en rojo, dicho atuendo se inspira en los vestidos tradicionales de las mujeres de la comunidad de Mexquititlán “En el pueblo festejamos cada 25 de julio al Apóstol Santiago, donde en dicho festejo todas las mujeres van vestidas con una falda y blusa a manga larga, que en este caso es color blanco hecho de seda, con encaje y tablas, sin embargo Lele se ha transformado para reinventarse, nosotros nos apegamos al comprador también para añadir más detalles o quitarlos al igual que elegir los colores a su gusto, podemos personalizar”, explicó Santiago.

Los tamaños van por números, rondan entre los 8 centímetros considerando su corona, hasta los 40 centímetros, esto de acuerdo a la elaboración de las muñecas más comunes. “Las del número uno que son las de 8 o 7 cm aproximadamente cuesta 60 pesos y las más grande que fabricamos es de más o menos de 40 cm y tiene un precio de 280 pesos”, puntualizó el artesano.

Su tiempo de elaboración puede tardar desde unas horas hasta dos días, dependiendo del tamaño y detalles de cada pieza. “Las muñequitas más pequeñas, aunque ocupan menos material de igual forma son laboriosas, por los detalles que se deben hacer en menor escala a comparación de las más grandes que se tiene un mejor control para su creación, sin embargo, todas llevan su tiempo para realizarse”.

No obstante, su costo no es fijo ya que depende de muchos factores, su elaboración, tamaño, cantidad y calidad de materiales utilizados para su fabricación, por lo que puede variar, sin dejar de lado que los artesanos sufren de los constantes “regateos” que los compradores solicitan por su trabajo “A veces nuestros precios se les hacen muy caros, o nos solicitan mejorar el precio, pero todo está hecho a mano”.

Actualmente, la “muñeca bebé” es Patrimonio Cultural Intangible de Querétaro, dicho nombramiento lo obtuvo el 18 de abril de 2018, por la dirección turismo, en la que intervino la presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas; el Director de Difusión y Patrimonio Cultural; la Coordinadora de Patrimonio Inmaterial y Fiestas Comunitarias de la Secretaría de Cultura y el Director de Turismo del Municipio de Amealco de Bonfil, Qro.

Convirtiéndose así en un juguete tradicional del país que no solo deleita por su belleza al territorio mexicano, sino que lleva su esplendor internacionalmente, esto derivado a que en 2019 los artesanos del estado de Querétaro crearon una Lele de seis metros de altura que dio una gira monumental al viajar por todo el mundo, teniendo paradas en las ciudades de Madrid, Londres, Shangai, Sidney, Chicago, Montreal, San Francisco, Los Ángeles y Toronto.

Además, cuenta con un Museo de la Muñeca Artesanal en Amealco, Querétaro que alberga y exhibe creaciones de Amealco de Bonfil considerando a Lele y Dontxu y de otros estados de la República Mexicana como, Veracruz, Chiapas, Guerrero, Nayarit, etc.

Finalmente, Santiago recordó que “para adquirir una auténtica Lele, tiene que contar con su pañal, ya que es un accesorio representativo de su vestimenta, por ser tan solo un bebé”.

 

PL