Amado Nervo y la fe cristiana

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Hermosas joyas en los versos del notable cantor mostró un amor entrañable a Cristo

Por Luis D. Salem

“Amado Nervo no me interesó mucho aunque tiene cosas lindas”, dijo hace poco Jorge Luis Borges, poeta argentino de renombre universal, después de afirmar que, entre los escritores mexicanos, sus preferidos son Alfonso Reyes, Manuel José Othón y Ramón López Velarde.

Cabe afirmar que entre esas “cosas lindas”, y son muchas las que escribió Nervo, están sin duda alguna sus poemas y prosas de inspiración cristiana.

Nervo escribió mucho. Se dice que su obra completa fue publicada en España en 29 volúmenes bajo la dirección de don Justo Sierra.

Tocó con altura todos los temas posibles. Su poesía religiosa, cristiana, puede dividirse en dos grandes secciones. En la primera están los poemas “La hermana agua”, “Solo tú”, “En Paz”, “Tú”, “Corazón” y otros, donde el cantor de Nayarit expresa enseñanzas bíblicas encarnadas en el alma, en la vida práctica, casi sin mencionar la fuente. Ejemplo de ello es aquel poema que dice:

“Si una espina me hiere, me aparto de la espina,

pero no la aborrezco. Cuando la mezquindad

envidiosa en mí clava los dardos de su inquina

esquívase en silencio mi planta, y se encamina

hacia más puro ambiente de amor y claridad.

¿Rencores? ¿De qué sirven los rencores?

Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.

Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores

y no prodiga savias en pinchos punzadores:

Si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,

se llevará las rosas de más sutil esencia

y si notare en ellas algún rojo vivaz,

será el de aquella sangre que mi benevolencia

de ayer vertió, al herirme con encono, y violencia,

y que el rosal devuelve trocada en flor de paz”.

En la segunda sección sorprende la sabiduría de Nervo para incluir en sus poemas algunos pasajes de la Biblia, sin variarlos en nada. Son hermosas joyas arrancadas a la gran cantera espiritual de las Sagradas Escrituras y engastadas en el hilo divino de los versos. En bien de la brevedad citaremos solo dos ejemplos.

Uno de ellos dice:

Y el otro:

Sería interesante  hacer un estudio del concepto que Nervo tenía acerca de Cristo. Baste, por ahora, decir que hay en los versos del notable cantor un amor entrañable a Cristo, tan profundo como el que podría existir en el alma del más fiel de los creyentes.

En “Aparición”, leemos bellezas como las que siguen:

Para terminar, citemos parte del poema “Credo”, en el cual se refleja una fe sincera en Cristo y un amor profundo hacia Él:

Al meditar en el llamado de Cristo, expresado en San Mateo capítulo 11, versículo 28, que dice: “Venid a mí todos los que estáis  trabajados y cargados, que yo os haré descansar”, Nervo halló la inspiración para escribir aquel soneto que dice:

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