¿Sabes qué es un jardín Zen? Estos espacios son perfectos para crear ambientes relajantes, tanto dentro como fuera de casa. Aprende cómo diseñar uno a tu medida y disfrutar de todo el encanto del paisajismo japonés.
En este artículo
- ¿Qué es un jardín Zen?
- Beneficios de tener un jardín Zen
- Cómo crear un jardín Zen
- Paso a paso para crear un jardín Zen
- 10 ideas para crear un jardín Zen en casa
Diseñar un jardín Zen es un proyecto sencillo y apasionante. Estos espacios pueden tener el tamaño que mejor se ajuste a nuestras necesidades, y para crearlos no se necesitan materiales costosos o difíciles de manejar. ¿Te animas a crear uno en tu hogar?
Si tienes la suerte de disfrutar de un espacio exterior, busca un rincón silencioso y acogedor para ubicar tu jardín Zen. ¿No tienes jardín? Entonces, elige una zona del balcón o incluso un rincón del salón. ¡No renuncies a el!
¿Qué es un jardín Zen?
El jardín Zen, también llamado Karesansui, es un jardín de tipo minimalista en que se utilizan elementos secos para simbolizar el agua. Su origen está en Japón y en la filosofía budista, y su objetivo es crear un ambiente relajante que invite al relax. Básicamente se crea con dos elementos: grava o arena blanca y piedras, distribuidas de forma equilibrada. La grava o arena simboliza el agua (ríos, lagos y mares) y las piedras evocan montañas, islas o rocas. Con un rastrillo se realizan surcos que simulan las ondas y el movimiento de las aguas.
A la hora de diseñar un jardín de estas características, hay que tener muy en cuenta dos conceptos: la disciplina japonesa Kanso, que apuesta por el minimalismo y la sencillez, y el Kinsei, que aboga por la asimetría. La combinación de ambos genera espacios relajantes, que invitan a la meditación y resultan estéticos, decorativos y muy fáciles de mantener.
Beneficios de tener un jardín Zen
Crear un jardín seco japonés (Karesansui significa, precisamente, jardín seco) solo tiene ventajas. Son muchos los beneficios que tienen estos diseños , tanto en el paisajismo como en el ámbito del bienestar. Quédate con sus ventajas: ¡seguro que te animan a poner en marcha tu propio proyecto!
Se adaptan a cualquier espacio
Si eliges un diseño básico para tu jardín Zen y lo montas con arena y piedras, podrás ponerlo en cualquier lugar. En el balcón, el patio, el comedor, el dormitorio... Basta con buscar un lugar plano y nivelado.
Son fáciles de realizar
Solo necesitas una zona delimitada, arena blanca y piedras con formas bonitas. Si vas a colocar tu jardín sobre un mueble o en el suelo, tendrás que crearle una base. Basta con fijar unos listones en los bordes de un tablero y rellenarlo con arena. Más adelante te contamos cómo crearlos, paso a paso.
Ecológicos y sostenibles
Los jardines secos, como su propio nombre indica, no necesitan agua. Hoy, el ahorro del preciado líquido es casi una obligación; con este tipo de diseño, el cuidado del medioambiente está servido.
Cero mantenimiento
Si tu jardín Zen solo tienen elementos minerales, no necesitará riegos ni tendrás que retirar hojas o ramas secas. Y podrás olvidarte de abonarlo.
Aportan equilibrio y relax
Ese es precisamente su objetivo. Su contemplación invita a la meditación y el recogimiento, algo tan necesario en nuestro día a día. Estéticamente son muy atractivos y atemporales: no pasan de moda. Si añades elementos sonoros como el agua, aportarás un plus de relax a tu jardín Zen.
Cómo crear un jardín Zen
Si has decidido llevar un jardín Zen a tu vida, ¡ponte manos a la obra! Piensa si lo vas a poner dentro o fuera de la casa y hazte con los materiales y herramientas necesarios. Esto es lo que necesitarás:
Jardín Zen exterior:
- Malla antihierbas
- Vigas o listones de madera tratada
- Grava de cantos blancos o arena fina
- Piedras de distintos tamaños
- Plantas en matas: bambú, bonsais, musgo...
- Rastrillo
- Accesorios decorativos
- Azada
Jardín Zen interior:
- Tablero de base
- Listones para los laterales
- Tornillos y pintura
- Silicona
- Sierra
- Atornillador
- Arena o grava blanca
- Piedras, troncos, plantas...
Paso a paso para crear un jardín Zen
Si ya lo tienes todo, es el momento de empezar. Resérvate unas horas del fin de semana para dejar el jardín Zen terminado y disfrutar de su relajante presencia lo antes posible.
1. Elige la ubicación y delimita el terreno
En el exterior, escoge un rincón tranquilo y agradable. Si vas a poner plantas, asegúrate de que recibirán las suficientes horas de luz y de que te resultará fácil regarlas. Con la azada, retira las hierbas y alisa el terreno. Utiliza una apisonadora manual si es necesario.
2. Extiende la malla
La malla antihierbas evitará que aparezcan plantas no procedentes entre la arena o la grava del jardín Zen. Extiéndela bien, de manera que cubra todo el terreno.
3. Coloca los bordes
Rodea la zona destinada a la arena o la grava con un bordillo de madera tratada. También puedes construirlo con piedras de formas redondeadas. Si usas madera, protégela con un barniz para exterior.
4. Rellena con la arena
Vierte cantidad suficiente de arena fina y blanca en la zona delimitada. Con el rastrillo, extiéndela bien y alisa su superficie. Debe formarse una capa lo suficientemente espesa para poder rastrillarla si que aparezca la malla.
5. Distribuye las piedras
Colócalas como si fuesen las montañas o colinas del paisaje. Busca una composición equilibrada y armoniosa. Si quieres, puedes pintar las piedras de blanco, negro o gris mate para unificarlas: usa una pintura especial para exterior.
6. Añade accesorios
Puedes añadir matas de bambú o de papiro, fuentes tibetanas, figuras de Buda... Si te animas a montar un estanque, podrás poner flores de loto. ¡Precioso!
7. ¿Lo quieres para el interior?
Si vas a poner el jardín Zen sobre un mueble, construye una bandeja con un tablero y unos listones de 10 cm de altura mínima. Atorníllalos al tablero y sella las uniones con silicona. Vierte la arena y coloca las piedras; puedes añadir un pequeño rastrillo para crear ondas y cambiar su dirección.
10 ideas para crear un jardín Zen en casa
Ahora que ya sabes cómo construir tu jardín japonés, te damos una serie de ideas para adaptarlo a tu hogar. Seguro que entre todas encuentras la propuesta perfecta para ti.
1. Monta tu jardín Zen en el balcón
Busca una jardinera de madera rectangular. Rellénala con tierra hasta 20 cm del borde y pon una malla antihierbas. Vierte la arena y pon las piedras, las plantas y los adornos.
2. ¿Tienes una terraza amplia? Diséñalo así
Si tienes espacio en el exterior, puedes montar tu jardín Zen directamente sobre el suelo. En este caso no necesitarás la malla; puedes verter la arena sobre el suelo de baldosas. Eso sí, no olvides delimitar la zona con vigas tratadas y rellenar las juntas con silicona.
3. Cómo poner un jardín Zen en el salón
En el interior y si no hay mucho espacio, tienes la opción de construir tu jardín Zen con una maceta grande, amplia y baja. Si es de color negro o gris oscuro, mejor. Anímate a colocar un bonsái y rodéalo de arena y piedras, como si fuese un paisaje en miniatura.
4. Decora el aparador con un jardín seco japonés
¡Deshazte de los viejos adornos! La encimera del aparador puede ser el lugar ideal para crear un jardín de este estilo. Solo necesitas una bandeja de madera con bordes altos, arena y pequeñas piedras, troncos secos... Le darás al espacio un toque contemporáneo y especial.
5. Da la bienvenida a tus invitados con un Karensansui
La entrada de la casa es un punto perfecto para ubicar un jardín Zen. La sensación relajante que aportan estos jardines genera bienestar en el mismo momento en el que se cruza el umbral. Puedes crearlo sobre la consola o bajo ella, con un punto de luz que lo haga destacar.
6. En el dormitorio, un jardín Zen invita al relax
El efecto relajante que suscita un Karensansui es ideal para favorecer el sueño. Por eso, en el dormitorio encuentran su hábitat natural. Puedes colocarlo sobre la mesita de noche y utilizar el rastrillo para crear ondas, como método para liberar la mente y ayudar al descanso.
7. Dale protagonismo al agua
Aunque los jardines Zen son, como comentábamos, jardines secos, el agua también puede formar parte de ellos. Pero en lugar de utilizarla para regar, la idea es generar zonas que se complementen con el resto de los elementos. Hay fuentes que funcionan simplemente enchufándolas a la red, sin necesidad de conectarlas a la toma de agua. Y si pones el jardín en el exterior, aquí te contamos todo lo que debes saber para construir un estanque artificial en casa.
8. Pon tu jardín Zen bajo la escalera, ¡y dale vida!
Este tipo de diseños se montan directamente sobre el suelo, o dentro de jardineras de madera amplias. Para realizarlo, construye una plataforma grande de madera con laterales de 15-20 cm de altura. Decóralo con arena, grava, estacas de bambú de distintos tamaños, troncos arrastrados por el mar... No olvides añadir una iluminación cálida y sutil para poder apreciarlo como se merece.
9. Utiliza elementos recogidos en tus viajes
La filosofía que está detrás de este tipo de jardines está radicalmente alejada del consumismo. Intenta no comprar demasiados elementos para tu diseño: puedes realizarlo con objetos encontrados o recuperados. Ramas recogidas en la playa, piedras redondas de río o incluso adornos que tengas olvidados, que puedes pintar con una pintura mate blanca o gris claro. ¡Échale imaginación!
10. Cómo escoger las plantas de tu jardín Zen
Si quieres añadir plantas a tu jardín seco japonés, escógelas con cuidado. Elige especies poco frondosas y estilizadas, como el bambú o el papiro. Los bonsáis son todo un clásico, pero recuerda que necesitan muchos cuidados y la idea es, sobre todo, relajarse. Si plantas bambú, hazlo siempre en una maceta (aunque sea enterrada) o jardinera; es una especie invasiva y puede llegar a colonizar todo el jardín.