PROVO, Utah — Muchas mujeres Santos de los Últimos Días pueden sentirse abrumadas por las exigencias de sus circunstancias, señaló la hermana Michelle D. Craig, de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes.
Tal vez tengan demasiados hijos o no los suficientes. Tal vez sea el estado civil, un llamamiento en la Iglesia o sentirse infrautilizado. Podría tratarse de estrés financiero o cuerpos, mentes o relaciones que necesitan sanación.
A las mujeres atormentadas por sentimientos de inadecuación o de que siempre están fallando, la hermana Craig y la hermana Rebecca L. Craven, consejeras de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes, ofrecieron consejo, aliento y testimonio durante una sesión de la Conferencia de BYU para Mujeres el jueves, 4 de mayo.
La hermana Craig y la hermana Craven hicieron una presentación en el Marriott Center sobre “‘A pesar de mi debilidad’: Eliminar el sentimiento de fallar siempre”.
Es un tema “muy especial para mí”, dijo la hermana Craig.
“Creemos que todas nos sentimos identificadas con el tema que estamos tratando, al menos yo sí”, dijo la hermana Craven.
La respuesta, dijeron ambos, está en Jesucristo.
“Nunca debemos cuestionar que, en Su misericordia, el Señor está listo, dispuesto y ansioso por ayudarnos a superar nuestras debilidades”, testificó la hermana Craig.
Las personas pueden llegar a conocer el gozo que el Padre Celestial tiene reservado para ellas si se enfocan en Cristo más que en sus debilidades, prometió la hermana Craven. “Él es la fuente de todo gozo. Si nos estamos perdiendo el gozo ― Su gozo ― en nuestro trayecto, nos estamos perdiendo todo”.
Lecciones del hermano de Jared
En sus comentarios, la hermana Craig compartió la historia del hermano de Jared y otros ejemplos de las Escrituras que, dijo, ofrecen su perspectiva “cuando estoy fallando una y otra vez”.
La debilidad es diferente al pecado, señaló la hermana Craig.
El élder Richard G. Scott enseñó que “el Señor ve las debilidades en forma diferente a como ve la rebelión. Si bien el Señor advierte que las rebeliones de las que no se arrepientan recibirán un castigo, cuando habla de debilidades, siempre lo hace con misericordia”.
Reconocer la debilidad puede ser un catalizador para el cambio, dijo la hermana Craig.
En Éter 12:37, el Señor le dice a Moroni: “Porque has visto tu debilidad, serás fortalecido”.
Los que no ven su debilidad no progresan, dijo la hermana Craig. “Esta conciencia es una bendición; nos mantiene humildes y volviéndonos al Salvador”.
En la conferencia general de octubre de 2018, la hermana Craig habló del divino descontento, que surge cuando las personas comparan lo que son con lo que tienen el poder de llegar a ser. “Cada uno de nosotros, si somos sinceros, siente una brecha”, dijo la hermana Craig. “Anhelamos tener una mayor capacidad personal; queremos hacer más y ser más”.
Estos sentimientos pueden ser una bendición si impulsan a las personas a la acción y un mayor discipulado, dijo.
“Pero Satanás también lo sabe y quiere que veamos nuestra debilidad como una señal de fracaso. Quiere que nos revolquemos en la desesperación y el desánimo, enfocándonos en todo lo que no somos — falta de capacidad, apariencia, finanzas, personalidad, salud, talento — lo que sea. Todos fallamos en algo. Nuestro descontento puede volverse destructivo cuando escuchamos esas voces y creemos en los mensajes con los que Satanás nos bombardea, o puede volverse divino cuando nos volvemos a Jesucristo con humildad”, dijo la hermana Craig.
En el caso del hermano de Jared, tenía un problema: Los barcos que había construido no tenían luz. Pero después de acudir al Señor, puso manos a la obra.
“Al igual que el hermano de Jared, debemos evaluar cuidadosamente aquellas cosas en nuestra vida que debemos comenzar a hacer, dejar de hacer y continuar haciendo. No habrá una respuesta única para la mayoría de nuestras necesidades. … Vivir como discípulo de Jesucristo requiere trabajo. Tal como lo hizo con las ofrendas de piedra del hermano de Jared, el Señor tocará sus esfuerzos a medida que busquen Su ayuda”, prometió la hermana Craig.
Enoc, quien se describió a sí mismo como “tardo en el habla”, “despreciado por el pueblo” y “no más que un jovenzuelo” (Moisés 6:32), se convirtió en un poderoso vocero del Señor.
“Tan grande fue la fe de Enoc que… habló la palabra del Señor, y tembló la tierra, y huyeron las montañas, de acuerdo con su mandato; y los ríos de agua se desviaron de su cauce, … y todas las naciones temieron en gran manera, por ser tan poderosa la palabra de Enoc, y tan grande el poder de la palabra que Dios le había dado” (Moisés 7:13).
“La gracia de Jesucristo transforma y protege”, testificó la hermana Craig.
Para las mujeres que se sienten ordinarias o como si su mejor esfuerzo no fuera lo suficientemente bueno, “recuerden que Dios no nos pide a ninguna de nosotras que seamos perfectas antes de bendecirnos por nuestros esfuerzos imperfectos…”, dijo la hermana Craig. “Lo que Él nos pide es que hagamos todo lo que podamos — que ofrezcamos nuestros panes y nuestros peces, nuestras piedras — y se los demos voluntariamente a Jesucristo. Él magnifica y toca nuestras ofrendas y se vuelven suficientes — y de sobra”.
Conocer el valor divino
Hace poco, la hermana Craven se hizo amiga de una joven de 14 años llamada Preslee. Preslee nació con parálisis cerebral, lo que limita sus capacidades, incluida la de caminar.
“Por supuesto, Preslee desea poder hacer más”, dijo la hermana Craven. “Y estoy segura de que hay momentos o incluso días llenos de lágrimas. Pero Preslee elige no dejar que su debilidad física eclipse la fuerza de sus hermosos dones espirituales o impida su capacidad de crecer”.
El lema de Preslee es “Puedo hacer cosas difíciles”.
“Y lo hace”, dijo la hermana Craven. “Al igual que Preslee, cada uno de nosotros enfrenta incertidumbre y desafíos. Es parte de nuestro trayecto terrenal. También lo es la debilidad. Pero no lo olviden — la debilidad es mortal, pero como Preslee, somos divinos”.
Satanás trata de sacar provecho de las inseguridades de las personas y hacerles creer que valen menos. “Dejamos de ver las cosas que hacemos de manera imperfecta como un fracaso ― ‘Fracasé’ ― y comenzamos a creer ‘Soy un fracaso’. Ya no vemos las cosas que hacemos mal como un error ― ‘Cometí un error’― sino que aceptamos la mentira ‘soy un error’”.
Este tipo de creencia conduce a una crisis de identidad catastrófica, dijo la hermana Craven. “Hermanas, no podemos enterrarnos en esta turbia propaganda del adversario. En toda nuestra debilidad, somos más fuertes que él. Somos hijas de linaje divino. Nuestros convenios nos dan poder para vencer ese engaño. El desafío, sin embargo, es recordar quiénes somos. Cada día”.
Hay un principio en el diseño de interiores llamado espacio negativo. A veces, una casa o una habitación está demasiado decorada y el ojo no sabe dónde aterrizar. El espacio negativo es el principio de dejar algunas áreas en blanco para que el espacio positivo, o punto focal, se note fácilmente.
“Hermanas, cuando decoramos nuestras vidas en exceso con demasiadas ‘cosas’, se vuelve difícil ver el punto focal ― las cosas de mayor valor”, advirtió la hermana Craven.
Estar demasiado programada puede hacer que sea difícil escuchar al Espíritu Santo. “¿Podemos hacer un pequeño espacio para que el Señor llene nuestros corazones? Incluso un momento de tranquilidad o conexión con el cielo puede reenfocarnos”.
En conclusión, la hermana Craven dijo, “Hermanas, como la increíble Preslee, son magníficas. Si no pueden verlo, acepten nuestra certeza de que lo son. Mientras asisten a esta conferencia esta semana, rogamos que sientan un aumento en el poder y la seguridad que proviene de saber quién son. Ustedes son gloriosas”.
