Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Fuente: Google
Hay que hacer notar que en Judea no se aplicó la crucifixión hasta que fue
provincia romana. Este instrumento de ejecución estuvo vigente durante
siglos en el imperio romano hasta que en el año 337 de nuestra era el
emperador Constantino lo abolió.
Instrumento de vejación y muerte.
Una vez que la sentencia era firme, se le ataban los brazos al patíbulo o
madero horizontal y debía cargarlo hasta el lugar donde iba a ser
crucificado. En raras ocasiones se le obligaba a llevar la cruz entera. Hay
que tener en cuenta que la cruz pesaba unos 140 kilogramos y sólo el palo
transversal o patíbulo alrededor de unos 60 kg. y dos metros de largo. El
peso variaba según fuera madera de olivo, ciprés , acacia...
Fuente: Google
Una vez que el reo era atado o clavado en la cruz, levantaban esta con
ayuda de escaleras y sogas, y la anclaban al suelo. En esta posición, el
crucificado comenzaba a tener dificultades para respirar, ya que todo el
peso del cuerpo caía sobre sus pies, y los pulmones no podían llenarse de
oxígeno. Intentaba entonces incorporarse para tomar aire, pero el dolor que
producían los clavos hacía que perdiera el conocimiento. Al recobrarlo de
nuevo, volvía la misma tortura de intentar incorporarse para respirar. La
víctima quedaba expuesta a una lenta y dolorosa agonía provocada por las
hemorragias, la sed y las alimañas del campo, que se acercaban para
devorar lo que podían: los cuervos solían arrancarle los ojos y las águilas le
desgarraban las entrañas.
Y para rebatir estos débiles argumentos traigo a colación una anécdota que
viví en mis años jóvenes de estudiante universitario en Salamanca. Entablé
amistad con un sabio anciano que había conocido de cerca a Don Miguel de
Unamuno. Me contaba que en vida del ilustre profesor, la ciudad quiso
dedicarle una estatua y se la encargaron a un reconocido escultor del lugar.
Cuando este hubo confeccionado el boceto en yeso, y antes de fundirla en
bronce, llamó al profesor para que le diera su opinión. Don Miguel se
acercó al taller del escultor y después de contemplar detenidamente el
boceto, dibujó con su dedo una cruz a la altura del corazón y dijo al artista:
siempre llevo en el bolsillo interior de mi chaqueta un crucifijo y un
ejemplar de los evangelios en griego. Y no creo yo que Don Miguel, por
llevar un crucifijo, fuera un pobre inculto o un pusilánime; al contrario, es
reconocido como una de las mentes más lúcidas y brillantes de finales del
siglo XIX y de las tres primeras décadas del XX
Sin embargo, no vaya a pensar, apreciado lector o lectora, que los cristianos
veneramos un trozo de madera, un trozo de metal más o menos precioso o
cualquier otro material del que está hecha la cruz. No, nosotros adoramos y
veneramos al Crucificado, al mismísimo Hijo de Dios que sufrió la más
horrible de las muertes por todos y cada uno de los pecados de la
humanidad, pero Jesús venció la muerte y resucitó; y esa victoria es
símbolo de vida para los cristianos . ¿O quién, en su sano juicio, considera
de loco, cobarde, pusilánime…a un militar que cuando se arría o iza la
bandera se cuadra y la saluda con honor y respeto? No es un trozo de tela
lo que saluda, sino a lo que representa esa tela: su patria, por la cual ha
jurado defender y si es preciso dar la vida.
Pero hemos nombrado muy de pasada la crucifixión de Jesús; sin embargo
es preciso hacer un estudio, lo más fiel posible, de esa pasión que sufrió y
del proceso judicial a que fue sometido.
Los evangelios nos narran lo que vivió Jesús en ese huerto antes de ser
hecho prisionero, y nos describen una escena cargada de abandono, tristeza,
espanto , flaqueza y agonía: “Entró en agonía y oraba más intensamente;
sudaba como gotas de sangre que corrían por el suelo” Lc 22, 44
Resulta curioso que de los cuatro evangelistas, sólo San Lucas nos relata la
escena del sudor de sangre. Pero si nos fijamos bien, Lucas era médico.
Este sudor de sangre es conocido en términos médicos como
hematihidrosis o hemohidrosis; hecho que no pasó desapercibido por un
profesional de la medicina.
Fuente: Google
Los evangelios nos relatan que cuando Jesús hubo terminado de orar, una
turba de gente formada por soldados del templo, con Judas a la cabeza,
entraron en el huerto y dando un beso a Jesús, lo entregó.
Los soldados condujeron a Jesús a casa de Anás, que era el yerno del
Sumo Sacerdote Caifás. Se supone que Anás era quien tenía la autoridad en
la asamblea. Intenta interrogar a Jesús, pero Este no responde a ninguna de
las acusaciones que vierten sobre Él, recibiendo un fuerte golpe en el rostro
por negarse a dar información. Al verse frustrado por la negativa de Jesús,
ordena que lo lleven a su suegro Caifás.
Fuente:Google
Nada más llegar a Judea, Pilato dio efectivas muestras del antisemitismo
que respiraba. Envía a Jerusalén un destacamento militar y coloca delante
del templo las insignias y estandartes romanos, así como el busto del
emperador. Esto era una ofensa para los sacerdotes del templo y se origina
una revuelta que termina con varios muertos y una denuncia de los judíos
ante el emperador. Finalmente Pilato, muy dolido y herido en su orgullo,
retira las insignias.
Segundo intento
De nuevo Pilato les habló, pues quería dejar en libertad a Jesús. Pero ellos
gritaron:”¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!”. Y Pilato por tercera vez les dijo:
“¿Pues qué mal os ha hecho éste?. No he encontrado en él causa alguna
de muerte. Lc.23,20-22
Flagelación (Google)
Pilato hace un último intento de salvar a Jesús; insisto, no tanto por ser
justo sino por venganza contra los sumos sacerdotes , fariseos y escribas.
Fuente (Google)
El reo era despojado de su ropa de cintura para arriba y atado a una
columna de aproximadamente un metro de altura. Se le colocaba de tal
manera que el costado izquierdo (lugar del corazón) descansara sobre la
parte superior de la columna con el fin de que un latigazo no le llegara al
corazón y muriera en el acto; en definitiva, se intentaba prolongar el
sufrimiento. El reo solía recibir cuarenta latigazos menos uno. El impacto
que recibía el cuerpo a cada latigazo producía inmensidad de contusiones
en el cuerpo a la vez que las púas iban rasgando la masa capilar. Según el
doctor Davis Truman, la más leve brisa de viento produciría un inmenso
dolor por todo el cuerpo; y la pérdida de sangre iba dejando al reo
exhausto. La mayoría de reos que soportaban la flagelación morían al poco
tiempo. En la Sábana Santa se pueden contar más de seiscientas
contusiones o hematomas.
Fuente: Google
Después de ser flagelado, dicen los evangelios que le colocaron una corona
de espinas sobre su cabeza. Este hecho de la corona de espinas se ha
venido tomando como signo de humillación; sin embargo se ha pasado por
alto el dolor que producía. La planta ziziphus Spina –de la que se solían
tejer las coronas - es un árbol de hoja perenne que crece en África tropical
y Asia occidental; en Israel vive en los valles hasta una altura de 500 mts. Y
no era una corona simple como acostumbramos a ver en algunos óleos de
pintores famosos, era una especie de casco que cubría casi toda la cabeza, a
semejanza de un sombrero. Al colocarla sobre la cabeza del reo, sus púas
atravesaban la piel y llegaban a alcanzar el nervio del trigémino. Según
estudios médicos, es uno de los mayores dolores que el ser humano puede
llegar a sufrir, de tal modo que se han dado casos de suicidios al no poder
soportarlo. No cabe duda de que Jesús debía tener una fortaleza
impresionante.
Al ver el estado lastimoso del Maestro, sólo gritaron más fuerte y durante
más tiempo: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
Veamos entonces por qué el proceso judicial llevado a cabo por el prefecto
no se ajustó al Derecho Romano:
- Otro de los principios del Derecho, y que sigue vigente hoy en día, era
“nadie puede ser juzgado ni condenado dos veces por el mismo delito”
Antes vimos cómo Pilato les dice a los judíos “yo no encuentro culpa en
este hombre. Lo castigaré- el castigo fue la flagelación- y lo dejaré en
libertad” Tampoco aquí se aplicó este principio, pues fue condenado dos
veces por el mismo delito: La flagelación y la crucifixión.
Podría enumerar aún más principios del Derecho que no fueron aplicados
en este proceso judicial, pero considero que ya queda suficientemente
probado que el juicio fue una mamarrachada y un linchamiento.
Desde la fortaleza Antonia hasta el Gólgota, Jesús tuvo que cargar con el
palo de la cruz o patíbulo y recorrer unos 600 metros por empinadas y
pedregosas calles. El camino es difícil, Jesús lleva sin comer ni dormir
desde la noche del jueves y ha perdido mucha sangre; por consiguiente no
puede soportar los 60 Kgs del madero y las caídas son frecuentes. Jesús no
puede suavizar la caída, pues lleva las manos atadas al madero y la cabeza
se golpeaba con fuerza contra el suelo empedrado; además el madero, con
el impulso de la caída, se desplazaba hacia la cabeza golpeando
fuertemente la nuca cubierta con las espinas. Tan duras fueron las caídas y
tan maltrecho era el estado físico de Jesús que temen por su muerte, por eso
buscan un ayudante llamado Simón de Cirene.
Muerte de Jesús
Según los evangelios era la hora sexta del viernes cuando Pilato entregó a
Jesús para ser crucificado. En el cómputo de las horas de los romanos, la
hora sexta correspondería a las 12.00 horas solares ( equivalente a las
14.00 horas según el horario de verano actual). La hora de la muerte, según
san Lucas, Jesús falleció hacia la hora nona, que correspondería con las
15.00 (hora solar) o a las 17.00 (hora oficial de verano). Estos horarios
corresponden al uso horario de Jerusalén. Si tenemos en cuenta que la
diferencia horaria entre Jerusalén y España es de -1 hora, la muerte de
Jesús, según la hora de España, ocurriría a las 16.00 horas, siempre según
el horario de verano.
Fuente:Google
Los testigos de Jehová aseguran que Jesús no murió en una cruz, sino en
una estaca de tortura, y que la cruz es un símbolo pagano que adoptaron los
cristianos después. Si esto fuera así, la manos de Jesús se habrían clavado
por encima de su cabeza con un clavo y otro para sus pies. Sin embargo la
Biblia nos habla siempre de una cruz, como lo podemos apreciar en las
siguientes citas:
Mateo 16,24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Casi todos vienen a mí para que les alivie la Cruz; son muy pocos los que se me acercan
para que les enseñe a llevarla. (San Pío de Pieltrecina )
II ORIGEN DE LA CRUZ COMO SÍMBOLO DE LOS
CRISTIANOS
Fuente: Google
Como podemos apreciar, las representaciones artísticas nos ofrecían a un
Cristo glorioso, vestido con larga túnica y corona real. Era también
frecuente la imagen del Buen Pastor.
El pez
En el momento en que comenzó la feroz persecución contra los cristianos,
estos tuvieron que recurrir a símbolos que solo entendían ellos, pero que
poseían un significado cristiano.
El ancla
El áncora o ancla del barco, tal vez recordando que sus primeros discípulos
eran pescadores, fue otro de los símbolos secretos utilizados por los
primitivos cristianos, donde explicaban el misterio de la Santísima
Trinidad.
Alfa y Omega
Son los caracteres de la primera y última letra del alfabeto griego:
Con estos caracteres los cristianos querían expresar que Jesús es el
principio y el fin de todo. Es decir, que Cristo existió desde el principio de
los tiempos y que por siempre existirá.
El cordero
Palmas y ramos
Fuente: Google
Tan pronto como Constantino recibe esta visión del cielo, mandó retirar las
insignias y águilas imperiales de sus estandartes y escudos, y los sustituyó
por la cruz y el lábaro o crismón. Creo que es necesario explicar aquí qué
es el crismón o lábaro pues, como la cruz, ha sido un símbolo muy
utilizado por los cristianos.
Con setenta y dos años de edad, Elena decide peregrinar a Tierra Santa tras
una revelación celestial. Llegó a Jerusalén buscar y todo su empeño fue la
cruz donde Jesús había padecido el martirio. Después de escuchar a sabios
judíos y a cristianos del lugar, llegaron a la conclusión de que la cruz debía
encontrarse cerca del lugar en que había sido crucificado. Con ayuda de
una legión romana que su hijo le había facilitado comenzaron las
excavaciones hasta encontrar el Santo Sepulcro, junto al cual encontraron
tres cruces. El empeño era saber cuál era la de Jesús. Y cuenta la leyenda
que Elena recurrió al obispo de Jerusalén, quien decidió llevar las tres
cruces a casa de una mujer que padecía una gravísima enfermedad. El
obispo mandó a la mujer que tocara cada una de las cruces. Las dos
primeras no produjeron efecto alguno, pero al tocar la tercera la mujer
sintió una fuerte sacudida y quedó totalmente curada de su enfermedad, y
de este modo pudo reconocer la cruz donde Jesús murió. Además de estas
excavaciones para encontrar la Santa Cruz, mandó construir tres templos:
Uno en el Monte de los Olivos, otro en el Calvario y un tercero en Belén.
Nos cuenta San Ambrosio, contemporáneo de Santa Elena, que aunque era
la madre del emperador, vestía siempre de forma muy sencilla, daba
limosna a los pobres y vivía siempre rodeada de la gente llana del pueblo.
Suele ocurrir en las lenguas que muchos de sus vocablos van perdiendo con
el uso la carga semántica de su significado o solo representan una parte del
mismo. Y así la palabra cruz, tal vez debido al uso o a erróneas
interpretaciones, ha sufrido pérdidas semánticas de la riqueza que encierra.
Fuente: Google
Ya desde los inicios del cristianismo encontramos enemigos de la Iglesia
afirmando que los cristianos privaban a los hombres y mujeres del goce y
alegría, incitándolos al dolor. Y tampoco faltan hoy día quienes acusan a
los católicos como propagandistas de una doctrina que tiene como bandera
el dolor y el sufrimiento, y que lleva como consecuencia a la aflicción.
Entre los muchos autores de esta teoría, voy a citar solo a uno, Christpher
Hitchens. Este periodista acusaba a Teresa de Calcuta de que toda su obra
caritativa se basaba en inculcar a los pobres la importancia del dolor para
su salvación, olvidándose del cuidado y atención a sus necesidades
materiales.
¡Qué forma más ruin y pobre de acusar a nuestra santa! Menos mal que no
hace falta demostrar los cuidados materiales y espirituales que esta sierva
de Dios dedicó a los más desfavorecidos de la India. Creo que su obra es
bien patente. Existen otros muchos que, como Hitchens, afirman que
quienes han dado su vida como mártires son considerados poco menos que
de masoquistas. Considero que no merece la pena dedicar más tinta a estas
opiniones tan mezquinas y ruines.
El Verbo en ti clavado
……………………………..
Creo, amigo lector o lectora, que estos ejemplos nos pueden aclarar los
sacrificios, esfuerzos, penas y dolores que supone la cruz que llevamos
cada uno de nosotros, pero, como el alpinista, no hay que mirar atrás, sino a
la cima donde nos espera la victoria.
Salvador Dalí
Jesús nunca está sin la cruz, pero la cruz no lo está nunca sin Jesús. (San
Pío de Pieltrecina )
Victoria, Tú….
Una Cruz sencilla
Victoria, tú reinarás,
oh Cruz, tú nos salvarás. Hazme una cruz sencilla,
carpintero...
El verbo en ti clavado, sin añadidos
muriendo nos rescató. ni ornamentos...
De ti, madero santo, que se vean desnudos
nos viene la redención. los maderos,
desnudos
Victoria, tú reinarás... y decididamente rectos:
los brazos en abrazo hacia la
Extiende por el mundo tierra,
tu reino de salvación, el astil disparándose a los cielos.
oh Cruz, fecunda fuente Que no haya un solo adorno
de vida y de bendición. que distraiga este gesto:
este equilibrio humano
Victoria, tú reinarás...
de los dos mandamientos...
Impere sobre el odio sencilla, sencilla...
tu reino de caridad; hazme una cruz sencilla,
alcancen las naciones carpintero.
el gozo de la unidad.
León Felipe
Victoria, tú reinarás...
Victoria, tú reinarás...
E. Malvido
III LA CRUZ GLORIOSA
Así pues esta Cruz Gloriosa es la señal que anunciará la segunda venida
de Cristo:”En seguida después de la tribulación de esos días, el sol se
oscurecerá, la luna no dará resplandor, las estrellas caerán del cielo y las
columnas del cielo se tambalearán. Entonces aparecerá en el cielo la señal
del Hijo del hombre; todas las tribus de la tierra se golpearán el pecho y
verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y
gloria. Y mandará a sus ángeles con potente trompeta y reunirán de los
cuatro vientos a los elegidos, desde el uno al otro extremo del cielo.”(Mt.
24,29-31)
Medidas de la Cruz
Fuente: Google
A pesar de las 8.800 toneladas que pesaría, la estructura podría aguantar
muy bien los efectos del viento.
“Si confesamos a un Cristo sin Cruz, no somos discípulos del Señor: somos
mundanos” (SS Francisco)
Cruz de Amor
Después de 1978, último año en que Madeleine recibe los mensajes, Dios
se ha valido de otra mujer vidente que ha preferido permanecer en el
anonimato y que firma como (J.N.S.R) Je Ne Suis Rien (Yo No Soy Nada)
y le ha pedido que se levanten en todo el mundo cruces a millares. Esta
cruz se denomina Cruz de Amor; no se debe confundir con la Cruz
Gloriosa que pidió a Madeleine y que aún no se ha construido, como
dijimos en el apartado anterior.
Esta Cruz de Amor ha de ser una imitación a la Cruz Gloriosa pero con una
escala de 1/100. Es decir que si la Cruz Gloriosa ha de medir 738 mts. De
alta, la Cruz de Amor será de 7,38 mts. De altura, y los brazos de 1,23
metros cada uno. Los colores han de ser azul y blanco, y los brazos
orientados de este a oeste.
La cruz de Amor, que por sus dimensiones de 7,38 y 1,23 metros solo
puede exhibirse en lugares abiertos, tiene su continuación en la Cruz
Gloriosa de la Victoria, de dimensiones más reducidas y que nos permite
poder tenerla en nuestros hogares para los días de la tribulación.
La presencia de esta cruz se la debemos a nuestro fiel amigo en el Señor,
que llamaremos Juan, y que ahora nos la describe con detalle.
Yo recibí con agrado la cruz -me dice Juan- y le dije a François: Mira, esta
cruz será como el báculo de Moisés que nos ayudará a pasar la tribulación.
Esta cruz quedó en mi casa y comenté el hecho con Daniel, un hombre muy
fervoroso de Dios, quien al oír el relato me dijo que esa cruz tenía algo
especial.
Otro acontecimiento significativo que me llamó poderosamente la atención
fue el siguiente. A principios de marzo del 2012, me llamó la señora S.Z.P.
para pedirme una imagen de la Rosa Mística. Yo le hablé de los
apostolados que el Señor me había encomendado: La Cruz Gloriosa, La
Rosa Mística y la Divina Misericordia.
Construcción de la Cruz
Vino luego el problema para buscar la madera, pues queríamos que fuera
de ciprés y era difícil de encontrar. Nos pusimos todo el grupo en oración y
pedimos la intercesión de San José para que nos echara una mano en el
diseño de la cruz y en la adquisición de la madera, pues teníamos la
seguridad de que él, como carpintero, intercedería en el cielo. A los pocos
días me anunció el carpintero que, por suerte, había encontrado una remesa
de cipreses que habían talado en un cementerio. Los cipreses tenían más de
trescientos años y pudimos comenzar a construir las cruces.
Todos nos relajamos, entró en nosotros una gran paz y bajamos de los
coches todas las cosas que llevábamos: las sillas, las tres cruces y los
objetos sagrados para celebrar la eucaristía.
Sentados a los pies de la Cruz Gloriosa y frente al santuario de la Virgen de
la Medalla Milagrosa, comenzamos a rezar el Santo Rosario, y cada uno
pidió por las intenciones que sentía en su corazón.
El día había amanecido radiante, pero nada más iniciar la santa misa, de
pronto comenzó a cambiar el tiempo, hacia viento y las nubes se volvían
amenazadoras, incluso con algún trueno; parecía que Satanás quisiese
estropearnos la fiesta. Gracias a Dios, y después de que el padre Enrique
nos hiciese una misa muy especial, el tiempo se volvió a poner en calma y
fueron bendecidas las tres primeras cruces.
La primera le fue entregada a Silvia, la segunda para Rosa y la tercera
para María Dolores. Finalizados los actos religiosos, tuvimos una rica
merienda con horchata y fartons, manjares típicos de Valencia.
Yo creo que aquella tarde todos sentimos lo que los apóstoles
experimentaron con la transfiguración del Señor: ¡Señor, qué bien se está
aquí!. Lo mismo podíamos decir nosotros aquella tarde, víspera de la
Santísima Trinidad.
Gracias a Dios la bajada ya no fue tan problemática y cuando llegó la hora
de la despedida, en la explanada del santuario de Santa María del Puig,
estábamos tan a gusto y contentos unos con otros que no nos queríamos ni
despedir: ¡Señor, si esto es una semejanza del Nuevo Reino, que venga
cuanto antes!.
Una vez allí la hermana Mercedes, que tiene credenciales especiales, las
introdujo por una puerta interna y preguntó por uno de los secretarios
particulares del papa. Después de las presentaciones, la hermana dijo al
secretario que era voluntad de la Virgen y del Espíritu Santo que se
entregase la Cruz Gloriosa de la Victoria al Santo Padre; y en un papelito
se escribió:”Con mucho amor entregamos esta cruz en nombre de los
Apóstoles de la Cruz Gloriosa de la Victoria”
El secretario les aseguró que, aunque ya tenían todo embalado en el
vehículo para dirigirse a Castel Gandolfo, esta cruz, entregada por los
españoles, sería una de las últimas que se pondría dentro del equipaje del
Santo Padre.
El día 8 de mayo de 2013, y en la audiencia de los miércoles, cuando el
papa Francisco pasaba con el papamóvil bendijo la cruz y se le entregó a
uno de sus colaboradores. También se ha entregado al cardenal Rouco,
presidente de la Conferencia Episcopal española, y al actual obispo de
Quito.
Y a día de hoy, 20 de mayo de 2013, se han entregado más de 100 cruces,
distribuidas por España, Estados Unidos, Argentina, Uruguay, Perú,
Méjico, Venezuela, Francia, Andorra, Italia, Israel…
Todo sucede primeramente en lo espiritual y, dependiendo del amor que se
ponga, se refleja en lo material. Y así comenzaron a llegar las primeras
luces para redactar un primer texto, donde el Señor decía: “ Quiero que se
escriba un texto fuerte, con la fuerza de mis palabras”.
La Cruz Gloriosa.
Cruz de Amor.
La Cruz Gloriosa de la promesa del Señor.
La Cruz Gloriosa de la confianza en Jesús.
La Cruz Gloriosa de María, Madre Misericordiosa.
La Cruz es la Luz, el Báculo y la Llave
que abre el camino a los nuevos tiempos.
Jesús de la Misericordia y María, auxilio de los cristianos, os bendicen.
ECCE CRUCEM DOMINI, AMÉN
(He aquí la Cruz del Señor)