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Santa Cruz Gloriosa de la Victoria

Origen e historia de la cruz como símbolo para los cristianos

Por el profesor Miguel Gómez Gejo


I LA CRUZ: DE INSTRUMENTO DE VEJACIÓN Y
MUERTE A SÍMBOLO DE VICTORIA Y VIDA.

El origen de la cruz como uno de los muchos instrumentos para ejecutar a


los reos es de origen incierto. Sabemos que fue utilizada por los asirios,
persas , fenicios… y que Alejandro Magno la introdujo en los países
mediterráneos.

Primeramente se usaba un solo palo vertical -llamado stypes- en el que se


colgaba a los reos hasta morir por asfixia; a esta forma se le conocía con el
nombre de empalare.

Los griegos y romanos le añadieron un palo transversal -llamado


patibulum- donde ataban o clavaban los brazos del ajusticiado. Sobre la
parte superior del stypes figuraba un letrero o tablilla donde se podía leer la
causa por la que era ejecutado.

Fuente: Google

En la Cruz de Jesús Poncio Pilato mandó grabar también una inscripción


en griego, hebreo y latín. Este era el texto latino: Iesus Nazarenus Rex
Iudeorum , cuya traducción es Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos,
Jn.19,19-20 y que solemos representar con las iniciales INRI.

Hay que hacer notar que en Judea no se aplicó la crucifixión hasta que fue
provincia romana. Este instrumento de ejecución estuvo vigente durante
siglos en el imperio romano hasta que en el año 337 de nuestra era el
emperador Constantino lo abolió.
Instrumento de vejación y muerte.

La muerte en la cruz posiblemente haya sido uno de los mayores suplicios


que se han aplicado a lo largo de la historia de la humanidad. Además del
horrible sufrimiento del reo, había que añadir la vejación que suponía para
su familia, amigos y conocidos, como más adelante explicaré.

En época del imperio romano, la condena a muerte en la cruz solo se


aplicaba a los esclavos, desertores militares o a los reos de delitos muy
graves como la sedición y alta traición; pero en raras ocasiones se
crucificaba a un ciudadano romano, como así lo atestigua el propio
Cicerón:

“Facinus est vincire civem romanum; scelus verberare, prope parricidium


necare; quid dicam esse in crucem attollere? “
Y que podríamos traducir así: “Es un delito detener a un ciudadano
romano; un crimen azotarlo, casi un parricidio matarlo ¿qué diré si se le
crucifica?”

Una vez que la sentencia era firme, se le ataban los brazos al patíbulo o
madero horizontal y debía cargarlo hasta el lugar donde iba a ser
crucificado. En raras ocasiones se le obligaba a llevar la cruz entera. Hay
que tener en cuenta que la cruz pesaba unos 140 kilogramos y sólo el palo
transversal o patíbulo alrededor de unos 60 kg. y dos metros de largo. El
peso variaba según fuera madera de olivo, ciprés , acacia...

Reo llevando el patíbulo (Google)


Es notorio el sufrimiento que suponía para el reo cargar con 60 Kg. de
peso y, al estar los brazos atados al madero, las caídas suponían una tortura
ya que todo el cuerpo se desplomaba sin poder apoyar las manos , y el
golpe lo recibían la cara y las rodillas directamente. Además de estas
penurias el reo, durante el viaje hasta el lugar de la ejecución, era
continuamente humillado, insultado, escupido y apedreado por la chusma
que, enfurecida, disfrutaba del espectáculo.
Cuando el condenado llegaba al lugar del suplicio, que solía ser una
pequeña colina o montículo cercano a la ciudad, se unían ambos tablones (
el vertical ya se encontraba en el lugar de la ejecución) . Con la cruz sobre
el suelo, se situaba encima al preso y se le ataban los brazos al patíbulo y
los pies al stypes o palo vertical. En casos de delitos muy graves, en lugar
de atarlo se utilizaban clavos que solían medir entre 13 y 18 centímetros.
Los brazos se fijaban al patíbulo mediante sendos clavos en las muñecas y
con uno solo fijaban los pies a la ménsula, especie de silla o descansillo
que estaba clavada al stypes, con la finalidad de apoyar parte del peso; la
función era prologar el sufrimiento del reo, el cual al no poder soportar su
peso durante más tiempo, se apoyaba para intentar incorporarse y poder
respirar, alargando así el periodo que resistía sin asfixiarse. Era costumbre
en el momento de la crucifixión ofrecer al reo vino mezclado con mirra,
una especie de analgésico suave.

Fuente: Google
Una vez que el reo era atado o clavado en la cruz, levantaban esta con
ayuda de escaleras y sogas, y la anclaban al suelo. En esta posición, el
crucificado comenzaba a tener dificultades para respirar, ya que todo el
peso del cuerpo caía sobre sus pies, y los pulmones no podían llenarse de
oxígeno. Intentaba entonces incorporarse para tomar aire, pero el dolor que
producían los clavos hacía que perdiera el conocimiento. Al recobrarlo de
nuevo, volvía la misma tortura de intentar incorporarse para respirar. La
víctima quedaba expuesta a una lenta y dolorosa agonía provocada por las
hemorragias, la sed y las alimañas del campo, que se acercaban para
devorar lo que podían: los cuervos solían arrancarle los ojos y las águilas le
desgarraban las entrañas.

En ocasiones, si interesaba retirarlo de la cruz bien porque la agonía se


alargaba más de lo previsto o bien porque no interesaba que siguiera allí,
un soldado a caballo le quebraba con una espada las piernas por el fémur y,
al quedar colgado solamente de los brazos, moría a los pocos minutos por
falta de oxígeno. También era frecuente clavarle una lanza en el costado y
la muerte se producía por derramamiento de sangre.
Fuente: Google
Pero la crucifixión no solo producía un dolor horrible y una muerte atroz,
tenía otros dos fines primordiales:

- El servir de escarmiento a cuantos presenciaban el suplicio.


- La maldición que recaía sobre los familiares del reo. De tal manera
que los allegados y amigos del crucificado eran considerados como
apestados; es decir, que además de la muerte física se intentaba la
muerte del recuerdo y la memoria. Solo así se explica que los judíos
insistieran tanto ante Pilato para que Jesús muriera en una cruz.
Pretendían no solo su muerte física sino también borrar su recuerdo y
su doctrina o mensaje.

Símbolo de victoria y vida

A simple vista resulta un poco paradójico que un instrumento de muerte,


maldición y tortura como fue la cruz, sea reconocida en el mundo entero
como uno de los símbolos más importantes para los cristianos.

Y así la vemos lucir en las torres de las catedrales y en las espadañas de la


iglesias, dibujando- como decía Miguel de Unamuno-en el azul del cielo la
silueta de los campanarios. Puede verse en los altares y en los cruces de
caminos; la contienen infinidad de banderas y estandartes de la vieja
Europa; una cruz en la cuneta de una carretera nos recuerda la muerte de un
cristiano; la mayoría de nuestras iglesias y catedrales están diseñadas en
forma de cruz, y millones de personas nos sentimos orgullosos de llevarla
toda la vida colgada de nuestro cuello.
De igual manera es usada en casi todos los ritos cristianos: el sacerdote
hace la señal de la cruz mientras derrama el agua bendita sobre la cabeza de
los que se van a bautizar; esa misma señal la recibimos el miércoles
anterior a la cuaresma o el obispo cuando sella con una cruz en la frente
del que recibe el sacramento de la Confirmación. Podríamos seguir
enunciando miles de casos y situaciones en los que la cruz está presente en
nuestro alrededor y en nuestras vidas. Es por lo tanto signo auténtico de los
discípulos de Cristo.

Ahora bien, no estoy dispuesto a aceptar y rechazo de plano los fáciles


argumentos de aquellos que menosprecian a quienes veneramos la cruz,
afirmando que los cristianos somos personas de escasa cultura,
atormentados por los acontecimientos adversos, pusilánimes o que nos
movemos por el miedo al dolor, la muerte, la enfermedad o cualquier otra
desgracia.

Y para rebatir estos débiles argumentos traigo a colación una anécdota que
viví en mis años jóvenes de estudiante universitario en Salamanca. Entablé
amistad con un sabio anciano que había conocido de cerca a Don Miguel de
Unamuno. Me contaba que en vida del ilustre profesor, la ciudad quiso
dedicarle una estatua y se la encargaron a un reconocido escultor del lugar.
Cuando este hubo confeccionado el boceto en yeso, y antes de fundirla en
bronce, llamó al profesor para que le diera su opinión. Don Miguel se
acercó al taller del escultor y después de contemplar detenidamente el
boceto, dibujó con su dedo una cruz a la altura del corazón y dijo al artista:
siempre llevo en el bolsillo interior de mi chaqueta un crucifijo y un
ejemplar de los evangelios en griego. Y no creo yo que Don Miguel, por
llevar un crucifijo, fuera un pobre inculto o un pusilánime; al contrario, es
reconocido como una de las mentes más lúcidas y brillantes de finales del
siglo XIX y de las tres primeras décadas del XX

Sin embargo, no vaya a pensar, apreciado lector o lectora, que los cristianos
veneramos un trozo de madera, un trozo de metal más o menos precioso o
cualquier otro material del que está hecha la cruz. No, nosotros adoramos y
veneramos al Crucificado, al mismísimo Hijo de Dios que sufrió la más
horrible de las muertes por todos y cada uno de los pecados de la
humanidad, pero Jesús venció la muerte y resucitó; y esa victoria es
símbolo de vida para los cristianos . ¿O quién, en su sano juicio, considera
de loco, cobarde, pusilánime…a un militar que cuando se arría o iza la
bandera se cuadra y la saluda con honor y respeto? No es un trozo de tela
lo que saluda, sino a lo que representa esa tela: su patria, por la cual ha
jurado defender y si es preciso dar la vida.
Pero hemos nombrado muy de pasada la crucifixión de Jesús; sin embargo
es preciso hacer un estudio, lo más fiel posible, de esa pasión que sufrió y
del proceso judicial a que fue sometido.

Proceso judicial y muerte en la cruz.

Hoy todos los estudiosos de la pasión y muerte de Jesús están de acuerdo


en que todo comenzó en Getsemaní o Huerto de los olivos. Allí, después
de la Cena Pascual, había acudido con sus discípulos a orar.

Los evangelios nos narran lo que vivió Jesús en ese huerto antes de ser
hecho prisionero, y nos describen una escena cargada de abandono, tristeza,
espanto , flaqueza y agonía: “Entró en agonía y oraba más intensamente;
sudaba como gotas de sangre que corrían por el suelo” Lc 22, 44

Resulta curioso que de los cuatro evangelistas, sólo San Lucas nos relata la
escena del sudor de sangre. Pero si nos fijamos bien, Lucas era médico.
Este sudor de sangre es conocido en términos médicos como
hematihidrosis o hemohidrosis; hecho que no pasó desapercibido por un
profesional de la medicina.

Fuente: Google

Según el doctor Truman, fue tal el grado de sufrimiento moral que el


sudor de sangre se puede producir bajo una gran tensión emocional.
Fisiológicamente es debido a una congestión vascular capilar y
hemorragias en las glándulas sudoríparas: la piel se vuelve frágil y las
glándulas sudoríparas se rompen y se mezclan con la sangre. Una vez más
podemos apreciar la veracidad de los relatos evangélicos.
Jesús ante el Sanedrín .Juicio religioso

Los evangelios nos relatan que cuando Jesús hubo terminado de orar, una
turba de gente formada por soldados del templo, con Judas a la cabeza,
entraron en el huerto y dando un beso a Jesús, lo entregó.

Los soldados condujeron a Jesús a casa de Anás, que era el yerno del
Sumo Sacerdote Caifás. Se supone que Anás era quien tenía la autoridad en
la asamblea. Intenta interrogar a Jesús, pero Este no responde a ninguna de
las acusaciones que vierten sobre Él, recibiendo un fuerte golpe en el rostro
por negarse a dar información. Al verse frustrado por la negativa de Jesús,
ordena que lo lleven a su suegro Caifás.

Comenzaron entonces las acusaciones de falsos testigos afirmando que le


habían oído decir que destruiría el templo y lo reedificaría en tres días; sin
embargo los testigos se contradecían y no encontraban pruebas para
condenarlo.

Fuente:Google

Tomó entonces la palabra Caifás y preguntó a Jesús: "¿Eres tú el Cristo,


el Hijo de Dios?" Jesús, sin vacilar, respondió, "Tú lo has dicho" Estas
cuatro palabras fueron suficientes para que el Sumo Sacerdote las
considerara como una blasfemia; y rasgando sus vestidos en señal de
insulto, acordó acabar con Él lo antes posible. Tam pronto llegó el
amanecer, fue condenado a muerte.
Nulidad del juicio religioso

Si nos detenemos a examinar este primer proceso judicial contra Jesús,


observaremos que se cometieron infinidad de irregularidades pudiendo
llegar a afirmar que fue nulo por las siguientes violaciones de la ley judía:

- En el juicio, el reo debía tener al menos dos testigos a su favor. Jesús


no tuvo ninguno.
- El juez debía ser imparcial; en este caso Caifás actuaba de juez y
fiscal a la vez.
- El juicio debía celebrarse a plena luz del día. A Jesús se le juzga de
noche y en secreto.
- No estaban presentes todos los miembros del Sanedrín. De haber
estado presentes no lo hubieran condenado, como era la ausencia de
José de Arimatea quien, sin ninguna duda, hubiera defendido a Jesús.
- El juicio no podía celebrarse en sábado ni en fiestas importantes. A
Jesús se le juzga nada más y nada menos que en la fiesta más
importante para los judíos: la Pascua, que comenzaba el jueves con
la cena del cordero.
- Debían transcurrir al menos 24 horas entre el juicio y la sentencia. A
Jesús se le aplica la sentencia inmediatamente de ser juzgado.

Sin lugar a duda los sacerdotes y los escribas estaban dispuestos a


eliminarlo; pero ellos no tenían potestad para aplicar la pena de muerte
(llamada Ius Gladii) y debían acudir a la autoridad romana. Era preciso,
pues, conducirlo a Pilato y convencer a este de que Jesús debía morir. No
obstante, si acusaban a Jesús sólo por un delito de blasfemia, temían que
Pilato no los escuchara y conmutara la pena; así pues, le acusarán también
de alta traición contra Roma, delito por el que se condenaba a morir en la
cruz.

Jesús ante Pilato. Juicio civil

Antes de analizar el proceso judicial contra Jesús, estimo conveniente hacer


un estudio detallado de la figura de Pilato y el cargo que desempeñaba en
aquella época en Judea. Creo que hay una cierta confusión sobre su figura y
el desempeño de su cargo.
Poncio Pilato

Desempeñó el cargo de Prefecto en la provincia romana de Judea desde el


año 26 d. C. hasta el 36 d. C. o principios del 37.Los evangelios le dan el
título genérico de gobernador; es normal que se refieran a él con dicho
título pues no era fácil diferenciar entre prefecto, gobernador y procurador.
El prefecto era el cargo de mayor rango y ejercía de representante del
emperador en la provincia. Le correspondía mantener el orden y
administrar judicial y económicamente la provincia. Era pues la máxima
autoridad en el orden político, militar y administrativo. Su residencia
estaba en Cesarea Marítima y por la Pascua judía solía ir a Jerusalén,
alojándose en la fortaleza Antonia, lugar donde juzgó y condenó a Jesús.

No vayamos a quedarnos con la imagen de un hombre frívolo, poco culto y


un tanto alejado de la realidad que nos ha presentado el cine. Hemos de
tener en cuenta que Pilato era el favorito de Sejano, lugarteniente del
emperador Tiberio. Tanto Sejano como Pilato destacaban por un marcado
carácter antisemita. Si el emperador lo mandó a Judea, debió ver en él
dotes de gran estratega tanto militar como político, pues era esta una
provincia difícil de gobernar y muy dada a la rebelión. Sin embargo
escritores contemporáneos como Flavio Josefo y Filón de Alejandría lo
describen como tirano, vejador y corrompido: “Era cruel y tan duro de
corazón, que no conocía la misericordia”

Nada más llegar a Judea, Pilato dio efectivas muestras del antisemitismo
que respiraba. Envía a Jerusalén un destacamento militar y coloca delante
del templo las insignias y estandartes romanos, así como el busto del
emperador. Esto era una ofensa para los sacerdotes del templo y se origina
una revuelta que termina con varios muertos y una denuncia de los judíos
ante el emperador. Finalmente Pilato, muy dolido y herido en su orgullo,
retira las insignias.

Al poco tiempo, y con la excusa de arreglar el acueducto que transportaba


el agua a Jerusalén, solicitó dinero de los sacerdotes del templo pues en
definitiva mucha del agua que se consumía la destinaban a las
purificaciones. Los sacerdotes consideraban ese dinero como sagrado y se
negaron. Pilato se incautó por la fuerza de una parte del tesoro del templo
con la intención de utilizarlo para este fin. Pero una enorme multitud de
judíos, con sus líderes a la cabeza, acuden a Cesarea a que los reciba Pilato.
Este se niega y la multitud permanece allí dispuestos a morir. Pilato ante
esta insistencia ha de morder su orgullo y dar marcha atrás.
Estos y otros muchos altercados eran frecuentes entre el Prefecto y las
autoridades judías. A Roma ya habían llegado muchas quejas contra Pilato,
pero todas habían sido aparcadas por ser el predilecto de Sejano.

Pero en el año 31 d. C. Sejano y sus seguidores son acusados de conspirar


contra Tiberio, y son perseguidos y ejecutados, entre ellos el propio Sejano.
Pilato se queda sin apoyo ante el emperador y además será sospechoso
también de sedición. A principios del año 37 d. C. es llamado por Tiberio
para dar cuenta de su gestión política y administrativa, pero cuando llega a
Roma, el emperador ya había muerto. Hemos de tener en cuenta esta
circunstancia si queremos entender mejor por qué Pilato se encuentra
bastante debilitado ante las presiones del Sanedrín para condenar a Jesús,
sin que esto justifique para nada que acusemos de cobarde y prevaricador
al prefecto romano, como más adelante demostraré.

Juicio civil contra Jesús


Era la madrugada del viernes cuando miembros del Sanedrín y una chusma
comprada por los sacerdotes para acusar a Jesús lo conducen desde el
templo hasta la fortaleza Antonia para ser juzgado por el prefecto romano.
Y comenzaron a acusarlo:
“Nosotros hemos encontrado a este agitando a nuestra nación, impidiendo pagar el
tributo al César y diciendo que él es el Cristo rey”
Pilato le preguntó:”¿Tú eres el rey de los judíos?
Y le respondió: “Tú lo dices” Lc.23,2-3

Jesús ante Pilato (Google)

Pilato se da cuenta enseguida de que los sacerdotes mienten y están


acusando a un inocente; si de verdad hubiera sido un revolucionario, los
propios judíos lo hubieran ocultado y protegido pues era bien patente el
odio que sentían contra la opresión romana. Por lo cual se dirige a los
acusadores y les dice que no encuentra culpa alguna contra ese hombre.
Los sumos sacerdotes y el populacho piden insistentemente la muerte;
Pilato no quiere concederles esa petición, no tanto por salvar a Jesús sino
por venganza contra los judíos.
Primer intento para salvar a Jesús

Por la fiesta de la Pascua era costumbre que el prefecto liberase a un preso.


Pilato piensa entonces en un asesino, Barrabás, que estaba encarcelado y
que el pueblo lo había acusado de horribles crímenes.
Dijo, pues, Pilato a los reunidos:”¿A quién queréis que os deje en
libertad? ¿a Barrabás o a Jesús, el llamado Cristo?” Pues sabía que lo
habían entregado por envidia. Mt. 27,17-18
Pero los pontífices y los ancianos convencieron a la muchedumbre que
pidiesen a Barrabás e hicieran perecer a Jesús. Mt. 27, 20
Pilato se está poniendo nervioso. No quiere dar su brazo a torcer y no está
dispuesto a que los judíos se salgan con la suya.

Segundo intento
De nuevo Pilato les habló, pues quería dejar en libertad a Jesús. Pero ellos
gritaron:”¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!”. Y Pilato por tercera vez les dijo:
“¿Pues qué mal os ha hecho éste?. No he encontrado en él causa alguna
de muerte. Lc.23,20-22

Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo; yo lo he


interrogado delante de vosotros y no lo he encontrado culpable de las
cosas en que lo acusáis. Herodes tampoco, puesto que nos lo ha devuelto.
Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte. Por tanto, lo pondré en
libertad después de haberlo castigado. Lc.23,14-16

Flagelación (Google)
Pilato hace un último intento de salvar a Jesús; insisto, no tanto por ser
justo sino por venganza contra los sumos sacerdotes , fariseos y escribas.

Entonces Pilato tomó a Jesús y lo azotó. Los soldados trenzaron una


corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le vistieron un manto de
púrpura; y se acercaban a él diciendo:”Salve, Rey de los judíos”. Y le
daban bofetadas. Jn.19, 1-3
La flagelación y corona de espinas. Conviene hacer una pequeña
aclaración de lo que este castigo suponía para un reo. El flagelo consistía
en un palo que servía de mango y del que salían unas tiras de cuero de
aproximadamente 60 cms. Incrustadas en las correas de cuero iban unas
bolas de plomo de cuya superficie salían una pequeñísimas púas con el fin
de ir rasgando la piel cual hojas de afeitar.

Fuente (Google)
El reo era despojado de su ropa de cintura para arriba y atado a una
columna de aproximadamente un metro de altura. Se le colocaba de tal
manera que el costado izquierdo (lugar del corazón) descansara sobre la
parte superior de la columna con el fin de que un latigazo no le llegara al
corazón y muriera en el acto; en definitiva, se intentaba prolongar el
sufrimiento. El reo solía recibir cuarenta latigazos menos uno. El impacto
que recibía el cuerpo a cada latigazo producía inmensidad de contusiones
en el cuerpo a la vez que las púas iban rasgando la masa capilar. Según el
doctor Davis Truman, la más leve brisa de viento produciría un inmenso
dolor por todo el cuerpo; y la pérdida de sangre iba dejando al reo
exhausto. La mayoría de reos que soportaban la flagelación morían al poco
tiempo. En la Sábana Santa se pueden contar más de seiscientas
contusiones o hematomas.
Fuente: Google

Después de ser flagelado, dicen los evangelios que le colocaron una corona
de espinas sobre su cabeza. Este hecho de la corona de espinas se ha
venido tomando como signo de humillación; sin embargo se ha pasado por
alto el dolor que producía. La planta ziziphus Spina –de la que se solían
tejer las coronas - es un árbol de hoja perenne que crece en África tropical
y Asia occidental; en Israel vive en los valles hasta una altura de 500 mts. Y
no era una corona simple como acostumbramos a ver en algunos óleos de
pintores famosos, era una especie de casco que cubría casi toda la cabeza, a
semejanza de un sombrero. Al colocarla sobre la cabeza del reo, sus púas
atravesaban la piel y llegaban a alcanzar el nervio del trigémino. Según
estudios médicos, es uno de los mayores dolores que el ser humano puede
llegar a sufrir, de tal modo que se han dado casos de suicidios al no poder
soportarlo. No cabe duda de que Jesús debía tener una fortaleza
impresionante.

Pilato, entonces, condujo fuera a Jesús, sangrante , lacerado, con un manto


de púrpura, una corona de espinas y una caña en la mano, y lo presentó a la
multitud, diciendo: "¡Ecce Homo!- que se ha venido traduciendo como “he
aquí el hombre” pero que a mi juicio debía ser esta: “He aquí lo que fue
un hombre”,pues el estado en que se encontraba Jesús tenía ya poco en qué
parecerse a un ser humano- Os declaro de nuevo que no encuentro ningún
delito en él, y después de haberlo azotado, quisiera liberarlo."
Fuente: Google

Al ver el estado lastimoso del Maestro, sólo gritaron más fuerte y durante
más tiempo: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!

Ciertamente, Pilato podía haberse negado a condenar a muerte a Jesús. ¿Por


qué cedió a las presiones de los sacerdotes, escribas y fariseos? Si nos
detenemos un poco en el proceso judicial observaremos que la trama de los
sumos sacerdotes fue habilísima. Consiste en una doble acusación: Jesús
ha violado la ley judía- haber confesado ser Hijo de Dios- y la acusación
política- haber dicho que era rey-. Y esto último sí lo temían los romanos.
Pilato teme que un recurso a Roma por parte de los sumos sacerdotes muy
bien podría ser escuchado, y su protector Sejano ya no está para frenar la
acusación. Y esta fue la debilidad de Pilato que, lavándose las manos,
entrega, a sabiendas, a un inocente a la muerte de cruz.

Nulidad del juicio político

Al iniciar el estudio de Pilato, lo acusé de ser un prevaricador y ha llegado


el momento de demostrarlo. Prevaricación, según el diccionario de la Real
Academia Española de la Lengua es el delito consistente en dictar a
sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario.

Veamos entonces por qué el proceso judicial llevado a cabo por el prefecto
no se ajustó al Derecho Romano:

- Según el Derecho Romano, el juicio debía iniciarse sobre un hecho nuevo


y no sobre un hecho ya basado en otro y con una sentencia ya persistente.
Téngase en cuenta que el Sanedrín le condena por blasfemia y ante Pilato
se le acusa de sedición, insurrección y traición a Roma.

- La acusación debía presentarse por testigos identificados; es decir por


personas con nombres y apellidos. La acusación contra Jesús la presenta un
cuerpo genérico (el Sanedrín) y por una masa enfurecida gritando
¡crucifícale!
- En el Derecho Romano había un principio, diríamos sagrado, que ha sido
recogido por el Derecho Procesal moderno y que rezaba así: “in dubio pro
reo” y que se ha traducido del siguiente modo “ ante la duda siempre se
debe fallar a favor del acusado”. Como hemos visto, Pilato siempre supo
que Jesús era inocente y fueron muchas las dudas de las acusaciones que se
vertían contra Jesús. Tampoco aquí fue aplicado el Derecho.

- Otro de los principios del Derecho, y que sigue vigente hoy en día, era
“nadie puede ser juzgado ni condenado dos veces por el mismo delito”
Antes vimos cómo Pilato les dice a los judíos “yo no encuentro culpa en
este hombre. Lo castigaré- el castigo fue la flagelación- y lo dejaré en
libertad” Tampoco aquí se aplicó este principio, pues fue condenado dos
veces por el mismo delito: La flagelación y la crucifixión.

Podría enumerar aún más principios del Derecho que no fueron aplicados
en este proceso judicial, pero considero que ya queda suficientemente
probado que el juicio fue una mamarrachada y un linchamiento.

Desde la fortaleza Antonia hasta el Gólgota, Jesús tuvo que cargar con el
palo de la cruz o patíbulo y recorrer unos 600 metros por empinadas y
pedregosas calles. El camino es difícil, Jesús lleva sin comer ni dormir
desde la noche del jueves y ha perdido mucha sangre; por consiguiente no
puede soportar los 60 Kgs del madero y las caídas son frecuentes. Jesús no
puede suavizar la caída, pues lleva las manos atadas al madero y la cabeza
se golpeaba con fuerza contra el suelo empedrado; además el madero, con
el impulso de la caída, se desplazaba hacia la cabeza golpeando
fuertemente la nuca cubierta con las espinas. Tan duras fueron las caídas y
tan maltrecho era el estado físico de Jesús que temen por su muerte, por eso
buscan un ayudante llamado Simón de Cirene.

Muerte de Jesús

Según los evangelios era la hora sexta del viernes cuando Pilato entregó a
Jesús para ser crucificado. En el cómputo de las horas de los romanos, la
hora sexta correspondería a las 12.00 horas solares ( equivalente a las
14.00 horas según el horario de verano actual). La hora de la muerte, según
san Lucas, Jesús falleció hacia la hora nona, que correspondería con las
15.00 (hora solar) o a las 17.00 (hora oficial de verano). Estos horarios
corresponden al uso horario de Jerusalén. Si tenemos en cuenta que la
diferencia horaria entre Jerusalén y España es de -1 hora, la muerte de
Jesús, según la hora de España, ocurriría a las 16.00 horas, siempre según
el horario de verano.
Fuente:Google

Según el doctor Jorge Fuentes, podemos llegar a tres conclusiones sobre


las causas clínicas por las que murió Jesucristo: por asfixia, insuficiencia
cardiaca e infarto al miocardio. Hay que tener en cuenta que Jesús llevaba
muchas horas sin comer ni dormir, la sangre que había perdido y la
flagelación sufrida. No es de extrañar que a las pocas horas de ser
crucificado llegara la muerte muy pronto.

No es fácil calcular la fecha de su muerte. La mayoría de historiadores la


fechan un 7 de abril y el año va desde el 30 al 33 d. C. Lo que sí tenemos
seguro es que Pilato fue prefecto en Galilea desde el año 26 al 36 d.C.
Luego entre esos años sería su muerte.

Citas bíblicas de la cruz

Los testigos de Jehová aseguran que Jesús no murió en una cruz, sino en
una estaca de tortura, y que la cruz es un símbolo pagano que adoptaron los
cristianos después. Si esto fuera así, la manos de Jesús se habrían clavado
por encima de su cabeza con un clavo y otro para sus pies. Sin embargo la
Biblia nos habla siempre de una cruz, como lo podemos apreciar en las
siguientes citas:

Citas Texto de la cita


Juan 20,25 Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar
de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré" (Habla de clavos en
las manos, no de un clavo)
Mateo 38, 10 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí"

Mateo 16,24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

Mateo 27,32 Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba


Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz

Casi todos vienen a mí para que les alivie la Cruz; son muy pocos los que se me acercan
para que les enseñe a llevarla. (San Pío de Pieltrecina )
II ORIGEN DE LA CRUZ COMO SÍMBOLO DE LOS
CRISTIANOS

En el capítulo anterior hemos expuesto una breve visión de cómo la cruz


ha pasado de ser un instrumento de tortura y muerte a símbolo de vida y
victoria. Veamos ahora el origen de la cruz como símbolo de los cristianos.

En los primeros siglos de cristianismo, los artistas representaron a Jesús


de muy distintas formas. Hay que tener en cuenta que en el año 64 d.C.
comienza con Nerón una feroz persecución contra los cristianos y muchos
signos y símbolos solo eran conocidos por quienes estaban inmersos en el
cristianismo. Veamos algunas imágenes y símbolos más frecuentes
anteriores a la cruz:

Primeras imágenes en las catacumbas

Fuente: Google
Como podemos apreciar, las representaciones artísticas nos ofrecían a un
Cristo glorioso, vestido con larga túnica y corona real. Era también
frecuente la imagen del Buen Pastor.
El pez
En el momento en que comenzó la feroz persecución contra los cristianos,
estos tuvieron que recurrir a símbolos que solo entendían ellos, pero que
poseían un significado cristiano.

Así la palabra pez en griego se decía IKHTHYS -escrito en caracteres


latinos; los caracteres griegos se pueden ver en la imagen- Estas letras
griegas solían ir escritas en las escamas del pez de una forma bastante
disimulada. Pues bien, las iniciales de cada letra representaban la siguiente
frase: “Iesous Christos Theou Yios Soter” que en español significa
“Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”

El ancla
El áncora o ancla del barco, tal vez recordando que sus primeros discípulos
eran pescadores, fue otro de los símbolos secretos utilizados por los
primitivos cristianos, donde explicaban el misterio de la Santísima
Trinidad.

El círculo superior representa a Dios Padre. Los brazos de la cruz a Jesús


y las dos palomas, al Espíritu Santo.

Alfa y Omega
Son los caracteres de la primera y última letra del alfabeto griego:
Con estos caracteres los cristianos querían expresar que Jesús es el
principio y el fin de todo. Es decir, que Cristo existió desde el principio de
los tiempos y que por siempre existirá.

El cordero

Aparte de la imagen de Jesús con un cordero sobre las espaldas y que


representa al Buen Pastor, era frecuente la imagen de un corderito.

Este animal nos evoca bondad, obediencia, humildad y entrega, al igual


que Jesús aceptó la muerte en la Cruz. En palabras del profeta:”… como
cordero que es llevado al matadero”

La concha del peregrino

Se solía utilizar la concha de vieira.

Representa el símbolo del Bautismo y el reconocimiento de ser discípulo de


Cristo y miembro de su iglesia.

Palmas y ramos

Representan la victoria y el martirio de los cristianos que dieron su vida


como testigos de Jesús.
La palmas y ramos que se utilizan en la procesión del Domingo de Ramos
se queman y sus cenizas sirven para ungir la cabeza el Miércoles de Ceniza
del año siguiente.

Las iniciales IHS

No podemos asegurar con certeza el origen y significado de estos


caracteres pues son muchas las teorías e interpretaciones que se han dado.
Vamos a citar dos como las más probables:

. La primera interpretación correspondería a las iniciales de la frase latina


Iesus Hominum Salvator, cuya traducción sería: Jesús Salvador de los
Hombres.

. La segunda interpretación también se atribuye a las iniciales de un


mensaje que Jesús mandó a Constantino el Grande antes de iniciar la
batalla de Milvio y que explicaré en el siguiente apartado. La frase era la
siguiente: In Hoc Signo Vinces” La traducción Con este signo vencerás.

La cruz y el lábaro o crismón

Como hemos venido viendo, en los primeros siglos del


cristianismo se utilizaron varios signos y símbolos
diferentes a la cruz; pero al llegar el siglo IV d. C.
ocurre un hecho histórico por el cual la cruz va a tomar
un lugar preeminente en la vida de los cristianos.

En el siglo IV después de Cristo, el imperio romano estaba constantemente


amenazado por una serie de luchas intestinas y guerras civiles, y dos
generales se disputaban el control del imperio. De una parte Majencio y de
la otra Constantino.
La batalla definitiva por el control de Roma iba a tener lugar el 28 de
octubre del año 312 d.C. junto al puente de Milvio, que cruzaba el río
Tíber. El día anterior Constantino estaba preocupado por la inferioridad
numérica de su ejército frente al de su rival Majencio, y cuenta la historia
que por la noche tuvo un sueño y una visión celestial; vio aparecer una
cruz brillante en el cielo , rodeada de estas palabras: "In hoc signo
vinces”(con este signo vencerás) Hemos de tener presente que
Constantino, aunque pagano, ya había oído hablar de Jesús y de muchos
pasajes bíblicos que su madre- santa Elena- le había relatado cuando era
niño. Esto justificaría que la visión que tuvo no le fuera extraña.

Fuente: Google

Tan pronto como Constantino recibe esta visión del cielo, mandó retirar las
insignias y águilas imperiales de sus estandartes y escudos, y los sustituyó
por la cruz y el lábaro o crismón. Creo que es necesario explicar aquí qué
es el crismón o lábaro pues, como la cruz, ha sido un símbolo muy
utilizado por los cristianos.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, el crismón o


lábaro es un estandarte que usaban los emperadores romanos, en el cual,
desde el tiempo de Constantino y por su mandato, se puso la cruz y el
monograma de Cristo, compuesto de las dos primeras letras de este
nombre en griego.
Como hemos visto en la definición, el monograma consta de dos letras
griegas (ji) X y (rho) P, que son los dos primeros caracteres del nombre de
Jesús en esta lengua: XPISTOS. En ocasiones se le añaden al crismón o
lábaro las letras griegas alfa y omega e incluso es posible verlo con una
imagen de un cordero, que simboliza el sacrificio de Jesús.

Al llegar la mañana del 28 de octubre se enfrentan ambos ejércitos y


aunque el ejército de Constantino era muy inferior – 40.000 soldados- al
de Majencio -110.000- la victoria fue aplastante y el ejército de Majencio,
en la huida, pereció ahogado en las aguas del Tíber. Constantino entra
triunfante en Roma como emperador.

Arco de Constantino en Roma (Google)

Mediante el edicto de Milán, el nuevo emperador concedió la libertad de


culto a los cristianos y después de la batalla de Milvio, regaló al papa
Silvestre I el palacio de Diocleciano donde se levantó una iglesia, la actual
basílica de San Juan de Letrán. Poco después mandó construir otra basílica
en la colina Vaticana, lugar donde la tradición decía que San Pedro había
sufrido el martirio y que actualmente se conoce como basílica de San
Pedro. Antes de morir fue bautizado y abrazó el cristianismo.

Podemos afirmar que a raíz de la visión y posterior victoria de Constantino,


la imagen y figura de la cruz se irá extendiendo por todo el imperio y
aceptada como símbolo del cristianismo.
Santa Elena y la Cruz

Llegado este momento, creo conveniente detenerme en la figura de la


madre del emperador por la importancia que tuvo no solo en la influencia
que ejerció sobre su hijo para poner fin a la persecución del cristianismo,
sino también en los trabajos arqueológicos llevados bajo su dirección en la
búsqueda de la cruz donde murió Jesús.

Santa Elena (Google)

Tenemos constancia del cariño y amor que el emperador sentía por su


madre; de modo que la nombró Augusta o emperatriz. Ordenó acuñar
monedas con la figura de ella y le dio autoridad para que el dinero que
percibía por su título, lo empleara en las obras buenas que ella quisiera.

Con setenta y dos años de edad, Elena decide peregrinar a Tierra Santa tras
una revelación celestial. Llegó a Jerusalén buscar y todo su empeño fue la
cruz donde Jesús había padecido el martirio. Después de escuchar a sabios
judíos y a cristianos del lugar, llegaron a la conclusión de que la cruz debía
encontrarse cerca del lugar en que había sido crucificado. Con ayuda de
una legión romana que su hijo le había facilitado comenzaron las
excavaciones hasta encontrar el Santo Sepulcro, junto al cual encontraron
tres cruces. El empeño era saber cuál era la de Jesús. Y cuenta la leyenda
que Elena recurrió al obispo de Jerusalén, quien decidió llevar las tres
cruces a casa de una mujer que padecía una gravísima enfermedad. El
obispo mandó a la mujer que tocara cada una de las cruces. Las dos
primeras no produjeron efecto alguno, pero al tocar la tercera la mujer
sintió una fuerte sacudida y quedó totalmente curada de su enfermedad, y
de este modo pudo reconocer la cruz donde Jesús murió. Además de estas
excavaciones para encontrar la Santa Cruz, mandó construir tres templos:
Uno en el Monte de los Olivos, otro en el Calvario y un tercero en Belén.
Nos cuenta San Ambrosio, contemporáneo de Santa Elena, que aunque era
la madre del emperador, vestía siempre de forma muy sencilla, daba
limosna a los pobres y vivía siempre rodeada de la gente llana del pueblo.

Presencia de la cruz en nuestras vidas

Suele ocurrir en las lenguas que muchos de sus vocablos van perdiendo con
el uso la carga semántica de su significado o solo representan una parte del
mismo. Y así la palabra cruz, tal vez debido al uso o a erróneas
interpretaciones, ha sufrido pérdidas semánticas de la riqueza que encierra.

De tal modo que si observamos el contexto en que la utilizamos, podemos


ver esa variante a la que acabo de aludir. Incluso los mismos cristianos
empleamos expresiones con la palabra “cruz” en un tono casi peyorativo o
al menos empleadas con un significado cercenado. Veamos algunas:

- ¡Dios mío, qué cruz!


- ¡Vaya cruz que le ha caído al pobre!
- ¡Esa vecina es mi cruz!
- ¡Y toda la vida cargando con esta cruz!

Estas y otras muchas expresiones se suelen oír cuando nos referimos a


alguna pena o sufrimiento continuado. Aquí podemos ver claramente que
nos hemos quedado solo con una parte del significado de cruz: dolor, pena,
angustia, sacrificio…En otros casos, los cristianos interpretan el
sufrimiento como un sacrificio expiatorio por faltas o pecados cometidos.

Existen posiciones que consideran el sufrimiento como una ofrenda que


es agradable a Dios; y es frecuente oír que hay que ofrecer el dolor y el
sufrimiento a Dios. Opino que esta posición puede llegar a conclusiones un
tanto peligrosas: una cosa es encontrar sentido al sufrimiento y otra es
pregonarlo como algo bueno. No podemos concebir la cruz solo como
sinónimo de sufrimiento ni este hay que buscarlo, pero si llega hemos de
saber darle sentido y puede entonces ser algo humanizador.

Fuente: Google
Ya desde los inicios del cristianismo encontramos enemigos de la Iglesia
afirmando que los cristianos privaban a los hombres y mujeres del goce y
alegría, incitándolos al dolor. Y tampoco faltan hoy día quienes acusan a
los católicos como propagandistas de una doctrina que tiene como bandera
el dolor y el sufrimiento, y que lleva como consecuencia a la aflicción.
Entre los muchos autores de esta teoría, voy a citar solo a uno, Christpher
Hitchens. Este periodista acusaba a Teresa de Calcuta de que toda su obra
caritativa se basaba en inculcar a los pobres la importancia del dolor para
su salvación, olvidándose del cuidado y atención a sus necesidades
materiales.

¡Qué forma más ruin y pobre de acusar a nuestra santa! Menos mal que no
hace falta demostrar los cuidados materiales y espirituales que esta sierva
de Dios dedicó a los más desfavorecidos de la India. Creo que su obra es
bien patente. Existen otros muchos que, como Hitchens, afirman que
quienes han dado su vida como mártires son considerados poco menos que
de masoquistas. Considero que no merece la pena dedicar más tinta a estas
opiniones tan mezquinas y ruines.

Pero también hemos de referirnos a aquellos creyentes que, imbuidos por la


teología de la Pascua, ven la cruz despojada de todo sufrimiento, esfuerzo o
dolor, acusando a los cristianos que solo ven la cruz como símbolo de la
pasión de Cristo.

¿Qué sentido tiene, pues, la cruz en nuestra vida de seguidores de


Cristo?

Hemos llegado a la verdadera esencia de la cuestión y a la que usted


mismo, amigo lector o lectora, va a dar respuesta a partir de estas
cuestiones. En el capítulo I creo que dejé bien demostrado que la cruz pasó
de ser instrumento de dolor, vejación y muerte a símbolo de victoria;
podemos afirmar que Jesús, con su pasión y posterior resurrección, venció
la muerte y la convirtió en una victoria; luego cruz es igual a victoria. Y
así lo vimos en aquella visión de Constantino “con este signo vencerás” o
en esta preciosa melodía que solemos cantar en la Cuaresma:
¡Victoria! ¡Tú reinarás!

¡Oh Cruz, tú nos salvarás!

El Verbo en ti clavado

muriendo nos rescató,

de ti, madero santo,

nos viene la redención.

……………………………..

Etimológicamente, la palabra victoria viene del latín vinco que significa


“vencer”. Ahora bien, hay una ley física universal que para vencer
cualquier obstáculo es necesario aplicar una fuerza -esfuerzo-; palabra que
también se deriva del latín “forcem”. Llegamos así a la conclusión de que
para alcanzar una victoria hemos de aplicar un esfuerzo.

Y para demostrar esta afirmación, amigo lector o lectora, le invito a que


reflexione seriamente. Piense en alguna victoria que haya tenido en su vida,
aunque sea insignificante; por ejemplo la obtención del título de estudios
primarios, el carné de conducir, el título de bachillerato, una licenciatura,
un éxito en su puesto de trabajo…

Estará de acuerdo conmigo en afirmar que para obtener esa victoria


personal tuvo que aplicar una serie de esfuerzos; y tal vez fueron más que
esfuerzos y llegaron a ser incluso privaciones, penas, dolores...; pero el día
en que obtuvo la victoria ¿acaso no pesó más el premio que los esfuerzos
realizados?
Fuente:Google
Podríamos afirmar que la victoria obtenida borró todos los esfuerzos que
tuvo que soportar para conseguirla.

Y al hilo de la tesis que venimos demostrando, cruz es victoria y toda


victoria implica o presupone esfuerzos, voy a exponer algunos ejemplos
más. Pensemos en aquel ciclista que todos los días toma su bici y entrena
por las carreteras de montaña de su localidad, expuesto a ser arrollado por
algún vehículo. ¡Cuántas horas pedaleando, pasando frío, calor y otras
inclemencias del tiempo! Pero él tiene una meta, la victoria. Y esta victoria
puede ser pequeña, como el sentirse en forma, gozar de buena salud…o
para victorias mayores: ser fichado por un equipo importante, participar en
competiciones y ¿por qué no? subir al podium olímpico para recoger el
trofeo.

Sea para logar una pequeña o gran victoria, ha supuesto multitud de


esfuerzos, privaciones, sacrificios, renuncias, dolores… sin embargo ¿quién
se acuerda de ello cuando está en el podium recibiendo los honores de su
victoria?

Recuerdo especialmente a uno de mis alumnos universitarios que siempre


era muy puntual en la clase. Se sentaba siempre en primera fila y
permanecía atento tomando apuntes de todo lo que explicaba. Los
profesores, sin darnos cuenta, solemos sentir una especial predilección por
este tipo de alumnos. Un día noté la falta de su asistencia y se repitió en
clases sucesivas. Pregunté a los amigos y me dijeron que debía guardar
cama tres meses debido a una hepatitis que padecía. Al terminar la clase
busqué su ficha en mis archivos y lo llamé por teléfono para concertar una
visita. Su madre accedió encantada a que fuera a visitarlo.
Cuando entré en su habitación, me sorprendió un
inmenso póster en el que se apreciaba con toda claridad una elevadísima
montaña nevada y un alpinista que se esforzaba en escalarla. Después de un
rato de charla le pregunté si le gustaba el alpinismo. Me confesó que
siempre que podía se iba a escalar con su grupo y eso le daba ánimos para
tener una altura de miras en su vida.

-Mire-me decía- Cada metro que asciendes supone una infinidad de


esfuerzos, peligros, heridas en las manos, cansancio…pero una vez
superado ese metro, miro para la cúspide y me produce una satisfacción
por los peligros vencidos y me genera ansiedad para seguir luchando. Y
cuando alcanzas la cima ¿quién se acuerda ya de los sacrificios, esfuerzos
o heridas…?

Creo, amigo lector o lectora, que estos ejemplos nos pueden aclarar los
sacrificios, esfuerzos, penas y dolores que supone la cruz que llevamos
cada uno de nosotros, pero, como el alpinista, no hay que mirar atrás, sino a
la cima donde nos espera la victoria.

En Mateo 16,24 podemos leer: Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si


alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame. Todos somos conscientes de que a lo largo de nuestra vida estamos
sujetos a sufrimientos. Y que estos pueden ser de tipo físico, como una
enfermedad, un cáncer…o de tipo emocional, como la soledad, el
abandono, la muerte de un ser querido…Sean del tipo que sean, todos
hemos pasado por situaciones dolorosas; solemos decir que son “cruces” en
nuestro camino. Y es verdad que el cristiano carga muchas veces con un
yugo, sin embargo no es esclavitud, sino Amor: “Venid a Mi todos los que
estáis fatigados y cargados, que Yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi
yugo, y aprended de Mi, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis
descanso para vuestras almas, porque mi yugo es suave y mi carga ligera -
Mt. 11, 28-30).En el cristianismo hay cruz pero no tristeza, sufrimiento
pero no infelicidad. En estas palabras de Juan Pablo II encontramos la
respuesta a esa carga:
“Vosotros, que vivís bajo la prueba; que os enfrentáis con el problema de
la limitación, del dolor y de la soledad interior: no dejéis de dar un sentido
a esa situación. En la Cruz de Cristo; en la unión redentora con Él; en el
aparente fracaso del hombre justo que sufre y que con su sacrificio salva a
la humanidad; en el valor de eternidad de ese sufrimiento está la
respuesta”

Y para cerrar este apartado quiero citar a multitud de poetas, músicos,


escritores, pintores y otros artistas que han visto la cruz como el símbolo de
redención para la humanidad.

Salvador Dalí

“Cuando caminamos sin la Cruz, cuando construimos sin la Cruz y cuando


confesamos a un Cristo sin la Cruz... no somos discípulos del Señor: somos
mundanos; somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos
del Señor”. (SS. Francisco)

Jesús nunca está sin la cruz, pero la cruz no lo está nunca sin Jesús. (San
Pío de Pieltrecina )
Victoria, Tú….
Una Cruz sencilla
Victoria, tú reinarás,
oh Cruz, tú nos salvarás. Hazme una cruz sencilla,
carpintero...
El verbo en ti clavado, sin añadidos
muriendo nos rescató. ni ornamentos...
De ti, madero santo, que se vean desnudos
nos viene la redención. los maderos,
desnudos
Victoria, tú reinarás... y decididamente rectos:
los brazos en abrazo hacia la
Extiende por el mundo tierra,
tu reino de salvación, el astil disparándose a los cielos.
oh Cruz, fecunda fuente Que no haya un solo adorno
de vida y de bendición. que distraiga este gesto:
este equilibrio humano
Victoria, tú reinarás...
de los dos mandamientos...
Impere sobre el odio sencilla, sencilla...
tu reino de caridad; hazme una cruz sencilla,
alcancen las naciones carpintero.
el gozo de la unidad.
León Felipe
Victoria, tú reinarás...

Aumenta en nuestras almas


tu reino de santidad;
el río de la gracia
apague la iniquidad.

Victoria, tú reinarás...

La gloria por los siglos


al Cristo libertador;
su Cruz nos lleva al Cielo
la tierra de promisión.

E. Malvido
III LA CRUZ GLORIOSA

En el capítulo anterior pudimos ver cómo no fue hasta el siglo IV cuando la


cruz se convirtió en el símbolo principal para representar a Jesús y su
misterio de salvación. Y de este modo desde el siglo V en la iglesia de
Oriente y desde el VII en la de Occidente, el 14 de septiembre la iglesia
celebra la Exaltación de la Cruz o Cruz Gloriosa. Esta fiesta tiene su
sentido en recuerdo de la historia de la cruz donde murió Jesús.

Como relatábamos en el capítulo anterior, la emperatriz Elena, madre de


Constantino, encontró en el año 320 d.C.la cruz donde murió Nuestro
Señor Jesucristo y en ese lugar mandó construir la Basílica del Santo
Sepulcro en la que se guardó la preciosa reliquia.

Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén. (Google)

Pero en el año 614 el rey de Persia, Cosroes II, conquistó Jerusalén , se


llevó las reliquias de la cruz y cuentan que las colocó a los pies de su trono
como desprecio hacia el cristianismo. Es en el año 628 cuando el
emperador Heraclio derrotó a los persas y, una vez recuperada la cruz, la
llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año.

Según cuenta la leyenda, ese día y para conmemorar tan glorioso


acontecimiento, se formó una solemne procesión en la que la cruz fue
llevada a través de la ciudad por el propio emperador, descalzo y
previamente despojado de su lujoso manto y de la corona de oro. Y para
evitar nuevos robos, la Santa Cruz fue fraccionada en varios trozos. Uno se
llevó a Roma; otro a Constantinopla; en Jerusalén se guardó otro en un
hermoso cofre de plata, el último trozo se fraccionó en pequeñas astillas
para repartirlas por diversas ciudades del mundo entero, que se conocen
con el nombre de Veracruz (verdadera cruz). También cuenta la leyenda
que el mayor fragmento de esas astillas se encuentra en el monasterio de
Santo Toribio de Liébana (Cantabria, España) donde cada año acuden
decenas de miles de fieles a adorarlas.

Lignum Crucis, en Liébana, Cantabria (Google)

Así pues esta Cruz Gloriosa es la señal que anunciará la segunda venida
de Cristo:”En seguida después de la tribulación de esos días, el sol se
oscurecerá, la luna no dará resplandor, las estrellas caerán del cielo y las
columnas del cielo se tambalearán. Entonces aparecerá en el cielo la señal
del Hijo del hombre; todas las tribus de la tierra se golpearán el pecho y
verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y
gloria. Y mandará a sus ángeles con potente trompeta y reunirán de los
cuatro vientos a los elegidos, desde el uno al otro extremo del cielo.”(Mt.
24,29-31)

Cruz Gloriosa de Dozulé

La devoción a la Cruz Gloriosa tiene su origen en un pueblecito francés,


llamado Dozulé, situado en la región de Normandía. Allí tuvieron lugar una
serie de apariciones de nuestro Señor Jesucristo a una señora llamada
Madeleine Aumont.
Mapa de Francia y la situación de Dozulé (Google)

La primera aparición tuvo lugar el 28 de marzo, Martes Santo, de 1972 a


las 04,35 a.m. Madeleine, al abrir la ventana de su habitación, ve una luz
deslumbradora en el cielo; asustada piensa que debe ser ovni, pues por
entonces los medios de comunicación publicaban reportajes de gente que
aseguraban haberlos visto brillar en el cielo; pero, como ella misma
confiesa, a los ocho o diez minutos, aquella luz que había visto se va
transformando en una inmensa cruz que pende del cielo y oye una voz
potente con este mensaje “Ecce Crucem Domini” ( He aquí la Cruz del
Señor) y al momento oye otra voz dulce y cercana: “Haréis conocer esta
Cruz y la llevaréis”

Madeleine llora pensando que nadie la va a creer y acude al párroco para


que le traduzca las frases latinas que recibe en los mensajes. El sacerdote
se siente muy extrañado de que una mujer sencilla, como Madeleine, pueda
venir con esas consultas y quiere saber dónde las ha oído. Ella entonces
pide confesarse y le cuenta el origen de las frases. En la tercera aparición (7
de diciembre de 1972, a las 04,35 a. m.) oye una voz que le dice: “Diga al
sacerdote que haga levantar en este lugar la Cruz Gloriosa, y al pie, un
santuario. Todos vendrán a arrepentirse aquí, y hallar aquí la Paz y la
Alegría”
Madeleine Aumont (Google)

Las apariciones fueron sucediéndose a lo largo del tiempo hasta el 6 de


octubre de 1978 que tuvo lugar la cuadragésima novena y última aparición,
donde Nuestro Señor le fue dando mensajes (muchos de ellos en latín) para
el mundo entero y que podríamos resumir del siguiente modo:

- Levantar la Cruz Gloriosa en Dozulé.


- La salvación de todos los pueblos del mundo gracias a la
aparición en el cielo de la Cruz Gloriosa.
- El arrepentimiento de la humanidad, la nueva evangelización y el
perdón para todos los pecadores arrepentidos.
- El regreso glorioso de Jesús, el juicio y el nacimiento de un mundo
nuevo.

Medidas de la Cruz

Nuestro Señor Jesucristo mandó levantar la Cruz Gloriosa en Dozulé y al


pie de ella construir el Santuario de la Reconciliación. Esta Cruz debería
tener 738 metros de altura y 123 metros en cada brazo. Debería estar
orientada hacia el norte y los brazos marcarían el este y el oeste
respectivamente. Y digo “debería” porque aún la iglesia no se ha decidido a
su construcción.
Montaje fotográfico para ver las proporciones respecto a los edificios más altos.(Google)

Mediante este montaje fotográfico podemos apreciar las proporciones que


tendría la Cruz Gloriosa de Dozulé con respecto de otras construcciones y
rascacielos más altos del mundo: la Tour Eiffiel de París, el Empire State
Building de Nueva York…
Pero si la magnitud de la cruz nos deja sorprendidos por su majestuosidad,
no menos hemos de decir de la precisión de sus medidas. Detengámonos un
momento para reflexionar sobre ellas y nos daremos cuenta de que no
pueden ser una invención de la vidente Madeleine.
El alzado es de 738 metros, la altura exacta que tiene el monte Gólgota
(lugar donde crucificaron a Jesus) sobre el nivel del mar. Y si nos fijamos
en los brazos -de 123 metros cada uno- y los sumamos (123+123=246) y el
resultado de la suma lo multiplicamos por tres - el número más importante
dentro de la simbología de la tradición cristiana, pues representa a la
Santísima Trinidad- (246x3= 738) obtenemos justamente la medida de la
altura.
¿Es factible este proyecto?

Como ya hemos dicho aún no se ha construido, sin embargo la estructura


de esta enorme cruz ha sido objeto de un cálculo en el Centro Técnico de la
Construcción Metálica del laboratorio oficial francés. El resultado ha sido
satisfactorio y sería factible su construcción.

Fuente: Google
A pesar de las 8.800 toneladas que pesaría, la estructura podría aguantar
muy bien los efectos del viento.

El proyecto prevé dejar, dentro de la estructura, un espacio de


32.000metros cuadrados para construir cuatro niveles, a la imagen del Arca
de Noé:

- Nivel 0:Destinado a centro de acogida.


- Nivel 1:Destinado a conferencias y audiovisuales.
- Nivel 2: Área de servicios.
- Nivel 3: Destinado a la oración: una cripta y 12 capillas formando la
rosa de los creyentes.

“Si confesamos a un Cristo sin Cruz, no somos discípulos del Señor: somos
mundanos” (SS Francisco)
Cruz de Amor
Después de 1978, último año en que Madeleine recibe los mensajes, Dios
se ha valido de otra mujer vidente que ha preferido permanecer en el
anonimato y que firma como (J.N.S.R) Je Ne Suis Rien (Yo No Soy Nada)
y le ha pedido que se levanten en todo el mundo cruces a millares. Esta
cruz se denomina Cruz de Amor; no se debe confundir con la Cruz
Gloriosa que pidió a Madeleine y que aún no se ha construido, como
dijimos en el apartado anterior.

Esta Cruz de Amor ha de ser una imitación a la Cruz Gloriosa pero con una
escala de 1/100. Es decir que si la Cruz Gloriosa ha de medir 738 mts. De
alta, la Cruz de Amor será de 7,38 mts. De altura, y los brazos de 1,23
metros cada uno. Los colores han de ser azul y blanco, y los brazos
orientados de este a oeste.

Cruces de Amor levantadas en el mundo (Google)


A partir de 1978 cuando muchas personas, entregando su esfuerzo y su
amor, y con sus propios ahorros, se brindan para levantar la Cruz de Amor
por los lugares más remotos de la geografía mundial.
Cruces de Amor en España
A continuación señalamos algunas de estas cruces por comunidades
autónomas:
- Cataluña: Barcelona.Lleida.
- Valencia: Monte Picayo en Sagunto. Valencia. Cullera. Salem. Alicante.

Cruz de Amor levantada en Monte Picayo ;Sagunto ,Valencia (Google)

- Andalucía: Almería. Málaga. Cádiz. Huelva. Sevilla. Córdoba.


- Galicia: Pontevedra. Santiago de Compostela. Lugo.
- Asturias: Caces (Oviedo)
- Cantabria: San Sebastián de Garabandal.
- País Vasco: Bilbao
- Aragón: Sabiñánigo (Huesca) Zaragoza.
- Castilla y León: Palencia.Valladolid. Villacastín(Segovia)
- Castilla- La Mancha: Guadalajara

“El cristianismo no inventó la cruz, sino el valor para soportarla “( P. Plus)


IV CRUZ GLORIOSA DE LA VICTORIA

La cruz de Amor, que por sus dimensiones de 7,38 y 1,23 metros solo
puede exhibirse en lugares abiertos, tiene su continuación en la Cruz
Gloriosa de la Victoria, de dimensiones más reducidas y que nos permite
poder tenerla en nuestros hogares para los días de la tribulación.
La presencia de esta cruz se la debemos a nuestro fiel amigo en el Señor,
que llamaremos Juan, y que ahora nos la describe con detalle.

Orígenes de esta Cruz

Me dice Juan: fue en el año 1977 cuando estuve ayudando a mi amigo


François a colocar la primera Cruz de Amor en España; y en uno de sus
viajes a nuestro país me regaló una cruz , diciéndome: “Toma, es para ti.
Ha habido una mística en Francia que nos ha mandado construir cuarenta
cruces de 1,23 metros de alzada, llevarlas a Lisieux para que las bendiga
algún sacerdote y luego regalarlas a otras personas.
Construimos las cuarenta cruces, llenamos la furgoneta y nos fuimos a
Lisieux. Allí fueron bendecidas por el cardenal Bopar, quien había sido
enviado por el Vaticano con ocasión de la proclamación de Santa Teresita
del Niño Jesús como Doctora de la iglesia.”

Yo recibí con agrado la cruz -me dice Juan- y le dije a François: Mira, esta
cruz será como el báculo de Moisés que nos ayudará a pasar la tribulación.
Esta cruz quedó en mi casa y comenté el hecho con Daniel, un hombre muy
fervoroso de Dios, quien al oír el relato me dijo que esa cruz tenía algo
especial.
Otro acontecimiento significativo que me llamó poderosamente la atención
fue el siguiente. A principios de marzo del 2012, me llamó la señora S.Z.P.
para pedirme una imagen de la Rosa Mística. Yo le hablé de los
apostolados que el Señor me había encomendado: La Cruz Gloriosa, La
Rosa Mística y la Divina Misericordia.

Ella se interesó mucho por ello y manteníamos conversaciones telefónicas


frecuentes sobre estos temas.
Al poco tiempo me escribe ella diciéndome que su marido se había
despertado a media noche medio en sueños y le había preguntado si ya
habían puesto las cruces con ese señor con quien hablas por teléfono. Ella
se sorprendió bastante pues nunca había visto a su marido despertarse en
sueños y hablarle, y que nunca recordaba lo soñado. Ella me preguntaba si
ese sueño era significativo

Construcción de la Cruz

A partir de todos estos indicios – me cuenta Juan- Lo primero que hicimos


fue ponernos todo el grupo en oración; nos comprometimos a rezar las mil
avemarías en un día, pues muchos santos ya lo habían hecho con buenos
resultados, como fue el caso de Santa Faustina Kowalska; también
ofrecimos misas por esta intención y todos los sufrimientos que nos
mandara el Señor ¡que no fueron pocos! Entre ellos, los sufrimientos y
dolores de nuestro hermano Daniel que, desahuciado por los médicos y
después de una larga y dolorosa enfermedad, falleció al poco de entregarle
esta cruz.
Y de este modo se toma la decisión de comenzar a diseñar y construir la
Cruz Gloriosa de la Victoria, no sin problemas. Los carpinteros que las
construyen son jóvenes, casados y consagrados a la Virgen María.
Concretamente uno de ellos había recibido la oferta de un trabajo bien
remunerado, pero él sentía en su corazón que no podía desperdiciar la
ocasión de hacer estas cruces que el Señor le brindaba.
En el taller del carpintero

Vino luego el problema para buscar la madera, pues queríamos que fuera
de ciprés y era difícil de encontrar. Nos pusimos todo el grupo en oración y
pedimos la intercesión de San José para que nos echara una mano en el
diseño de la cruz y en la adquisición de la madera, pues teníamos la
seguridad de que él, como carpintero, intercedería en el cielo. A los pocos
días me anunció el carpintero que, por suerte, había encontrado una remesa
de cipreses que habían talado en un cementerio. Los cipreses tenían más de
trescientos años y pudimos comenzar a construir las cruces.

Bendición del la Cruz Gloriosa de la Victoria

Tras muchísimo sufrimiento- me comenta Juan- las tres primeras cruces


fueron preparadas para su bendición y entrega la víspera de la Santísima
Trinidad, el sábado 2 de junio del 2012 a las 7.00 de la tarde.
Para ese día quedamos en encontrarnos un grupo bastante numeroso.
Algunos no nos conocíamos en persona y fue la ocasión para saludarnos
físicamente. Tras la comida que hicimos en Santa María del Puig, nos
pusimos en camino para subir al Monte Picayo, en el término municipal de
Sagunto, a unos 400 metros sobre el nivel del mar desde donde se divisa
una preciosa vista de la Bahía de Valencia.

Realmente la subida de este camino fue todo como una representación


espiritual y física del camino de la vida, donde tras curvas, polvo y golpes
por el mal estado del camino, nos vamos fortaleciendo . Todos iban detrás
de mi coche y cuando faltaban unos metros para el culmen del camino, el
auto sé quedó sin potencia. Los que iban detrás se bajaron y me echaron
una mano. Por fin todos pudimos llegar a la cúspide donde se encuentran
la Cruz de Amor de Dozulé y el santuario de la Virgen de la Medalla
Milagrosa.

Santuario de la Virgen Milagrosa (Ggogle)

Todos nos relajamos, entró en nosotros una gran paz y bajamos de los
coches todas las cosas que llevábamos: las sillas, las tres cruces y los
objetos sagrados para celebrar la eucaristía.
Sentados a los pies de la Cruz Gloriosa y frente al santuario de la Virgen de
la Medalla Milagrosa, comenzamos a rezar el Santo Rosario, y cada uno
pidió por las intenciones que sentía en su corazón.
El día había amanecido radiante, pero nada más iniciar la santa misa, de
pronto comenzó a cambiar el tiempo, hacia viento y las nubes se volvían
amenazadoras, incluso con algún trueno; parecía que Satanás quisiese
estropearnos la fiesta. Gracias a Dios, y después de que el padre Enrique
nos hiciese una misa muy especial, el tiempo se volvió a poner en calma y
fueron bendecidas las tres primeras cruces.
La primera le fue entregada a Silvia, la segunda para Rosa y la tercera
para María Dolores. Finalizados los actos religiosos, tuvimos una rica
merienda con horchata y fartons, manjares típicos de Valencia.
Yo creo que aquella tarde todos sentimos lo que los apóstoles
experimentaron con la transfiguración del Señor: ¡Señor, qué bien se está
aquí!. Lo mismo podíamos decir nosotros aquella tarde, víspera de la
Santísima Trinidad.
Gracias a Dios la bajada ya no fue tan problemática y cuando llegó la hora
de la despedida, en la explanada del santuario de Santa María del Puig,
estábamos tan a gusto y contentos unos con otros que no nos queríamos ni
despedir: ¡Señor, si esto es una semejanza del Nuevo Reino, que venga
cuanto antes!.

Entrega de la Cruz Gloriosa

Historia de la entrega de la Cruz Gloriosa de la Victoria a Benedicto XVI y


al papa Francisco

El lunes día 25 de febrero de 2013, a medio día, a la hora del Angelus, M.


E. recibió una inspiración después de besar el suelo, y era que debía
entregar la Cruz Gloriosa de la Victoria a Benedicto XVI .
Se puso en contacto con dos compañeras de oración comunicándoles lo
que el Señor le había pedido y fueron al Santísimo a orar.
Pensaron que a través de la hermana Mercedes, que estaba en Roma, se
podría hacer llegar la cruz al Santo Padre. Inmediatamente el martes, día
26, le envié por mensajería a M. E. la primera cruz que hicimos como
modelo de las que se harían posteriormente. La guardaba desde hacía
bastantes meses con mucho cariño para alguna ocasión especial.
La compra de pasajes del avión fue complicado. Finalmente consiguieron
ese mismo día, 27 de febrero, miércoles, tres pasajes para viajar de
Barcelona a Roma a las 05.00 a. m. del día 28 de febrero. Una vez en
Roma, se dirigieron a casa de la hermana Mercedes y tras un pequeño
descanso, partieron hacia el Vaticano.

Una vez allí la hermana Mercedes, que tiene credenciales especiales, las
introdujo por una puerta interna y preguntó por uno de los secretarios
particulares del papa. Después de las presentaciones, la hermana dijo al
secretario que era voluntad de la Virgen y del Espíritu Santo que se
entregase la Cruz Gloriosa de la Victoria al Santo Padre; y en un papelito
se escribió:”Con mucho amor entregamos esta cruz en nombre de los
Apóstoles de la Cruz Gloriosa de la Victoria”
El secretario les aseguró que, aunque ya tenían todo embalado en el
vehículo para dirigirse a Castel Gandolfo, esta cruz, entregada por los
españoles, sería una de las últimas que se pondría dentro del equipaje del
Santo Padre.
El día 8 de mayo de 2013, y en la audiencia de los miércoles, cuando el
papa Francisco pasaba con el papamóvil bendijo la cruz y se le entregó a
uno de sus colaboradores. También se ha entregado al cardenal Rouco,
presidente de la Conferencia Episcopal española, y al actual obispo de
Quito.
Y a día de hoy, 20 de mayo de 2013, se han entregado más de 100 cruces,
distribuidas por España, Estados Unidos, Argentina, Uruguay, Perú,
Méjico, Venezuela, Francia, Andorra, Italia, Israel…
Todo sucede primeramente en lo espiritual y, dependiendo del amor que se
ponga, se refleja en lo material. Y así comenzaron a llegar las primeras
luces para redactar un primer texto, donde el Señor decía: “ Quiero que se
escriba un texto fuerte, con la fuerza de mis palabras”.

Simbología de la Cruz Gloriosa de la Victoria

En este plantar y sembrar de Cruces gloriosas que decía Santa Teresita,


deberemos hacerlas vivir y sentir en nuestro corazón. Hagamos
innumerables cruces para poder atravesar estos tiempos de tribulación;
sembrémoslas en los trigales, que son los hijos de Dios, para que sean luz,
báculo y llave que abre el camino hacia los nuevos tiempos, y
entregándoselas a María, Madre Milagrosa; Ella, con la mirada dirigida a
Dios, le entregará en sus manos ese globo de oro, coronado por la cruz que
representa el mundo y a cada uno de nosotros en particular. Porque en el
momento de esa entrega Ella aplastará la cabeza de la serpiente y se dará
cumplimiento a la promesa del Génesis:”Una mujer a través de su estirpe,
te aplastará la cabeza…”
Por eso construiremos con nuestras manos y llevaremos en nuestro caminar
estas cruces con fe, confianza y amor, en memoria de lo que representa la
Cruz Gloriosa de la Victoria
- Esta cruz tendrá 1,23 metros de alzada porque en ella están
representadas la primera, segunda y tercera persona de la
Santísima Trinidad.
- Los brazos medirán 23 centímetros cada uno pues 2+3 =5. Si
sumamos 5+5=10 y diez son los Mandamientos de la Ley de Dios
que rigen nuestro mundo.
- El grosor de la cruz será de cuatro centímetros, pues cuatro son los
evangelistas que proclaman al mundo la palabra de Dios encarnado.
- Las caras del anverso y reverso de la cruz serán de color blanco, en
honor a Jesucristo resucitado y en espera de su segunda venida.
- Los lados laterales, de color azul, en honor a la Virgen María,
porque María siempre está junto a la cruz y en la cruz. Ella también
es Corredentora.

Cara frontal de la cruz

- En la parte superior del stipes ( palo vertical) figura el crismón. Consta de


dos letras griegas (ji) X y (rho) P, que son los dos primeros caracteres del
nombre de Jesús en esta lengua: XPISTOS. Se le añaden al crismón o
lábaro las letras griegas alfa y omega
- Donde se cruza el stypes (palo vertical) con el patibulum (palo
horizontal) figura la imagen de la Divina Misericordia con la
inscripción “Jesús, en Ti confío”

Cara posterior de la cruz

- En la parte superior del stypes figuran los símbolos de los cuatro


evangelistas:
.El ángel: Mateo.
.El león: Marcos.
.El toro: Lucas.
.El águila: Juan.
- Donde se cruza el stypes con el patibulum encontramos la imagen de
la Virgen con la medalla de la Milagrosa. Los dos corazones de la
medalla, unidos mediante la letra M, están entrelazados con la cruz.
María nos dice:”La letra M y los dos corazones dicen lo suficiente”.
Todo esto según la visión de Santa Catalina Labouré.
A los pies de la Virgen están las varitas de San José, a quien Dios
Padre confió el cuidado y protección de la Sagrada Familia aquí en la
tierra. Ahora, en estos tiempos de tribulación que atravesamos,
pidámosle con confianza su protección y auxilio, porque también
somos hijos del Padre e hijos pequeñitos de María, formando parte
de su familia. San José es el terror de los demonios, lo que él pida el
cielo nada le niega; busquemos su intercesión y demos ese honor en
estos tiempos a San José.

- Debajo de la imagen de la Virgen Milagrosa aparece incrustada la


inscripción: “Victor Deus est et crux mea gloriosa vincet” (Dios es
victoria y mi cruz gloriosa vencerá”

- En los brazos de la cruz figuran los números romanos I, X, que


representan los diez Mandamientos de la Ley de Dios.
- La parte inferior del stypes, donde se apoya en tierra, quedará
diferenciada en la forma del resto de la cruz, y este remate será de
siete centímetros, pues siete son los sacramentos y siete los dones del
Espíritu Santo que, entrelazados, son como las potencias del alma
para caminar aquí en la tierra; no olvidéis que estáis en el mundo
pero no sois de este mundo. El Padre os ha enviado a cada uno de
vosotros y de forma particular con una misión de amor a este mundo.
- En honor a la pasión del Señor, la cruz deberá ser construida de
madera noble y resistente en función de la zona geográfica, y para
que pueda servir de báculo. En el examen botánico a que fue
sometido el Lignum Crucis de Liébana (Cantabria, España) se
constató que la madera es de “Cupresus Sempervivens”; es decir,
madera de ciprés. Este árbol es de madera muy dura y resistente
pues no es atacada por los insectos y no se pudre fácilmente.
Curiosamente el ciprés representa la unión entre el cielo y la tierra, y
simboliza la inmortalidad. Las cosas relacionadas con Dios no se dan
por casualidad, siempre tienen su trascendencia.
El que por voluntad divina obtenga una cruz de estas, libremente y por
amor a la Cruz Gloriosa, debería ofrecer una misa en acción de gracias por
la aceptación y el cumplimiento de la voluntad de Dios en esa alma.
Finalmente falta lo más importante. En las cosas de Dios, el mejor vino se
guarda para el final. En este predicar y sembrar de cruces por el mundo,
que nos decía Santa Teresita, tendrán que ser bendecidas por la mano del
santo sacerdote que en su corazón entenderá la fuerza de la Cruz Gloriosa y
que Dios, en su eterno amor, le habrá concedido esa gracia.

La Cruz Gloriosa.
Cruz de Amor.
La Cruz Gloriosa de la promesa del Señor.
La Cruz Gloriosa de la confianza en Jesús.
La Cruz Gloriosa de María, Madre Misericordiosa.
La Cruz es la Luz, el Báculo y la Llave
que abre el camino a los nuevos tiempos.
Jesús de la Misericordia y María, auxilio de los cristianos, os bendicen.
ECCE CRUCEM DOMINI, AMÉN
(He aquí la Cruz del Señor)

Misión del apostolado de la Santa Cruz Gloriosa

Todo apostolado de la Iglesia Católica tiene una misión y este, en concreto,


tiene la misión de ser luz, llave y báculo para los nuevos tiempos.

Cada apóstol de la Cruz Gloriosa, será humilde, sencillo y siempre atento


para discernir la voluntad de Dios; buscando el bien, amando y sirviendo a
los hermanos en sus necesidades; viviendo en sencillez cristiana y mutua
concordia Alegre en la esperanza, paciente en el sufrimiento y persistente
en la oración.

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