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Enlace metálico

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Este aviso fue puesto el 2 de diciembre de 2013.

Enlace metálico en el Zinc.


Un enlace metálico es un enlace químico
que mantiene unidos los átomos (unión
entre núcleos atómicos y los electrones de
valencia, que se juntan alrededor de éstos
como una nube) de los metales entre sí.[1]

Estos átomos se agrupan de forma muy


cercana unos a otros, lo que produce
estructuras muy compactas. Se trata de
líneas tridimensionales que adquieren
estructuras tales como: la típica de
empaquetamiento compacto de esferas
(hexagonal compacta), cúbica centrada en
las caras o la cúbica centrada en el
cuerpo.
En este tipo de estructura cada átomo
metálico está rodeado por otros doce
átomos[2] (seis en el mismo plano, tres por
encima y tres por debajo). Además, debido
a la baja electronegatividad que poseen
los metales, los electrones de valencia
son extraídos de sus orbitales. Este
enlace sólo puede estar en sustancias en
estado sólido.[3]

Los metales poseen algunas propiedades


características que los diferencian de los
demás materiales. Suelen ser sólidos a
temperatura ambiente, excepto el
mercurio, y tienen un punto de fusión alto.
El enlace metálico es característico de los
elementos metálicos. Es un enlace fuerte,
primario, que se forma entre elementos de
la misma especie. Al estar los átomos tan
cercanos unos de otros, interaccionan sus
núcleos junto con sus nubes electrónicas,
empaquetándose en las tres dimensiones,
por lo que quedan los núcleos rodeados
de tales nubes. Estos electrones libres son
los responsables de que los metales
presenten una elevada conductividad
eléctrica y térmica, ya que estos se
pueden mover con facilidad si se ponen en
contacto con una fuente eléctrica. Los
metales generalmente presentan brillo y
son maleables.
Los elementos con un enlace metálico
están compartiendo un gran número de
electrones de valencia, formando un mar
de electrones rodeando un enrejado
gigante de cationes.[4]

Muchos de los metales tienen puntos de


fusión más altos que otros elementos no
metálicos, por lo que se puede inferir que
hay enlaces más fuertes entre los
distintos átomos que los componen.

La vinculación metálica es no polar,


apenas hay diferencia de
electronegatividad entre los átomos que
participan en la interacción de la
vinculación (en los metales, elementales
puros) o muy poca (en las aleaciones), y
los electrones implicados en lo que
constituye la interacción a través de la
estructura cristalina del metal. El enlace
metálico explica muchas características
físicas de metales, tales como
maleabilidad, ductilidad, buenos en la
conducción de calor y electricidad, y con
brillo o lustre (devuelven la mayor parte de
la energía lumínica que reciben).

La vinculación metálica es la atracción


electrostática entre los átomos del metal
o cationes y los electrones
deslocalizados. Esta es la razón por la
cual se puede explicar un deslizamiento de
capas, dando por resultado su
característica maleabilidad y ductilidad.

Los átomos del metal tienen por lo menos


un electrón de valencia, no comparten
estos electrones con los átomos vecinos,
ni pierden electrones para formar los
iones. En su lugar los niveles de energía
externos de los átomos del metal se
traslapan. Son como enlaces covalentes
identificados.

Teoría del gas electrónico


Estas propiedades se deben al hecho de
que los electrones exteriores están
ligados sólo «ligeramente» a los átomos,
formando una especie de gas (también
llamado «gas electrónico», «nube
electrónica» o «mar de electrones»), que
se conoce como enlace metálico. Drude y
Lorentz, propusieron este modelo hacia
1900.[5]

Un primer intento para explicar el enlace


metálico consistió en considerar un
modelo en el cual los electrones de
valencia de cada metal se podían mover
libremente en la red cristalina. De esta
forma, el retículo metálico se considera
constituido por un conjunto de iones
positivos (los núcleos rodeados por su
capa de electrones) y electrones (los de
valencia), en lugar de estar formados por
átomos neutros.

En definitiva, un elemento metálico se


considera que está constituido por
cationes metálicos distribuidos
regularmente e inmersos en un «gas
electrónico» de valencia deslocalizados,
actuando como un aglutinante
electrostático que mantiene unidos a los
cationes metálicos.

El modelo del «gas electrónico» permite


una explicación cualitativa sencilla de la
conductividad eléctrica y térmica de los
metales. Dado que los electrones son
móviles, se pueden trasladar desde el
electrodo negativo al positivo cuando el
metal se somete al efecto de una
diferencia de potencial eléctrico. Los
electrones móviles también pueden
conducir el calor transportando la energía
cinética de una parte a otra del cristal. El
carácter dúctil y maleable de los metales
está permitido por el hecho de que el
enlace deslocalizado se extiende en todas
las direcciones; es decir, no está limitado
a una orientación determinada, como
sucede en el caso de los sólidos de redes
covalentes.
Cuando un cristal metálico se deforma, no
se rompen enlaces localizados; en su
lugar, el mar de electrones simplemente se
adapta a la nueva distribución de los
cationes, siendo la energía de la estructura
deformada similar a la original. La energía
necesaria para deformar un metal como el
litio es relativamente baja, siendo, como
es lógico, mucho mayor la que se necesita
para deformar un metal de transición,
porque este último posee muchos más
electrones de valencia que son el
aglutinante electrostático de los cationes.

Mediante la teoría del «gas electrónico» se


pueden justificar de forma satisfactoria
muchas propiedades de los metales, pero
no es adecuada para explicar otros
aspectos, como la descripción detallada
de la variación de la conductividad entre
los elementos metálicos.

Notas
1. PASTOR, ANDREA; ESCOBAR,
DIONISIO; MAYORAL, ESTHER; RUIZ,
FRANCISCO (2015). Ciencias
aplicadas II . Ediciones Paraninfo, S.A.
ISBN 9788428337410. Consultado el
2 de febrero de 2018.
2. Chemical Bond Approach project .
Reverte. Consultado el 14 de
noviembre de 2018.
3. Zarcero, Félix García; Francisca,
Manteca Reverte; Ed.), Otras
menciones: Olmedo González, Juan
Antonio (Coord (2010). Física y
química. 1º bachillerato . Ministerio de
Educación. ISBN 9788436949179.
Consultado el 2 de febrero de 2018.
4. Atkins, Peter; Jones, Loretta (2006).
Principios de química: los caminos del
descubrimiento . Ed. Médica
Panamericana. ISBN 9789500600804.
Consultado el 2 de febrero de 2018.
5. Élie Lévy, 1993. Diccionario Akal de
física. Página 380.
Véase también
Banda de valencia
Deslocalización electrónica
Enlace químico
Enlace iónico
Enlace covalente
Metal
Regla del octeto

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title=Enlace_metálico&oldid=118198589»

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