Entre los exámenes clínicos adicionales para evaluar la función auditiva están la prueba de palabras habladas, prueba de diapasones (Rinne y Weber), prueba de Stenger, audiometría de tonos puros, audiometría de conversación, audiometría por impedancia y audiometría de respuesta evocada. Estos exámenes precisarán la topografía de la lesión, la cual puede ser conductiva o neurosensorial.

El perfil audiométrico del deterioro de la capacidad auditiva ocupacional es típico, por el escotoma que presenta en la frecuencia de 4000 Hz. Es de tipo neurosensorial y se corrobora cuando ha evolucionado y lesionado las frecuencias vecinas. Se debe vigilar la pérdida mono o biaural de más de 10 dBA en las frecuencias de 2000,300 y 4000 KHz (Occupational Safety & Health Administration [OSHA], criterio utilizado a partir de 2003).

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