¿QUÉ ES LA AUTOESTIMA CONTINGENTE O CONDICIONADA?

Hoy quisiera tratar un tema que estoy observando mucho últimamente en consulta: la autoestima contingente. Ya vimos en otros posts qué es la autoestima, cómo se forja la baja autoestima y por qué se mantiene a lo largo del tiempo. Si quieres echarles un vistazo pincha en los links.

La inseguridad, el sentimiento de inferioridad, de falta de confianza en uno mismo son señales que indican que la autoestima no está fuerte. Alguno podría decir que lo que les ocurre a estas personas es que tienen baja autoestima. Pero existen más problemáticas que la alta o la baja autoestima, como por ejemplo, la autoestima condicionada o contingente. Y es que, las personas que tienen problemas de autoestima pueden no estar siempre mal. Puede que haya situaciones en su vida en las que se sientan estupendamente. Puede, incluso, que tengan buena autoestima en el lugar de trabajo, pero que se sientan inferiores ante sus parejas, amigos o familia. Por tanto, hablar de problemas de autoestima englobaría muchas más cosas que narcisismo (autoestima hinchada) o baja autoestima.

AUTOESTIMA CONTINGENTE O CONDICIONADA

Os contaré el caso del señor T. (los datos personales han sido modificados)

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Ronda los 40 años, está casado y tiene dos hijos adolescentes. Se dedica a la enseñanza. El señor T. explica que no logra hacerse escuchar ante sus alumnos. Le han tocado dos clases difíciles y no consigue «ser la autoridad». Según sus palabras «no sé hacerme respetar y eso me hace débil y mal profesor, yo debería imponer más«. Los días que consigue imponerse se siente bien consigo mismo, valioso y buen profesional. Sin embargo, cuando no lo consigue se siente frustrado e inferior.

En su casa le pasa algo parecido con sus hijos. Trata de poner normas que cuando no son cumplidas por sus hijos le hacen sentir muy mal y desquiciado. Se compara con su mujer porque ella sí logra el efecto que él no consigue y le hacen caso y en ese momento él se siente muy poca cosa.

Siempre está peleando por lograr ser la autoridad y la mayoría de las veces sin éxito.

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¿Cómo está funcionando la autoestima del señor T.?

La autoestima del señor T. es una autoestima contingente porque su amor propio depende de la consecución de un único objetivo: lograr ser la autoridad en el aula y en casa. Por tanto, se siente valioso sólo cuando consigue imponerse a los alumnos y a sus hijos, pero se siente inferior y mal profesional o padre cuando no lo consigue.

CONCLUSIÓN: su autoestima está condicionada a algo muy concreto «ser la autoridad».

¿Qué estrategias utilizamos en terapia?

• Se le explicó cómo funcionaba la autoestima contingente y que su empeño por basar su valía en ser la autoridad le llevaba a sufrir una y otra vez experiencias de frustración, con lo que su idea de que era mal profesional se reforzaba.
• Se enumeraron todas las facetas que definen a un buen profesional, un mal profesional y un profesional medio para que viera con objetividad en qué punto se encontraba. Obviamente tras hacer el ejercicio se dió cuenta que cumplía muchos requisitos de un buen profesional que no estaba teniendo en cuenta ni valorando.
• Por último se explicó que tanto sus hijos como sus alumnos adolescentes se encuentran en un momento vital en el que tienden a desafiar sistemáticamente a la autoridad, forma parte de un proceso de maduración en el que los chic@s tratan de descubrir qué clase de adultos quieren ser por encima de lo que les imponen los adultos.
• Llegamos a la conclusión que tenía que acercarse a ellos de otra forma más efectiva y se propuso mantener una actitud colaborativa con ellos, en lugar de autoritaria.

 

Este tipo de autoestima es muy común hoy en día, por ejemplo, autoestima contingente al peso corporal, a la aprovación de los demás, a tener o no pareja, a resultar atractiv@ para el género contrario, a tener éxito (académico, laboral…).

De manera que cáda vez que se cumple su requisito, la persona es capaz de quererse y sentirse bien consigo misma. Mientras que si su requisito no se cumple, su autoestima cae en picado. Sería lo opuesto a tener una autoestima sana o incondicional en la que nos queremos por encima de nuestras imperfecciones, nuestros errores y nuestros éxitos.

Bajo esta clase de autoetima, no tenemos el control de nuestra valía, sino que dejamos que nuestro amor propio dependa de situaciones externas (locus de control externo), es decir, que dejamos que factores exteriores que se escapan a nuestro control determinen cómo nos sentimos y nuestra autoestima sube y baja como una montaña rusa.

 

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Sandra Muñoz

Psicóloga Especializada en Ps. Clínica

Despacho: C/Marqués de Sotelo 9, pta 15.

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