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Amblypygi. También se le conoce como araña látigo, araña corazón, limpia casas o araña estrella. No es venenosa. Llega a medir de 5 hasta 55 mm. Puede vivir en la selva húmeda, aunque es posible encontrarla en zonas desérticas y semidesérticas.
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Scorpiones. Los alacranes o escorpiones son los arácnidos más primitivos. Todos tienen veneno, aunque no todos son peligrosos para el humano. Las especies de importancia médica pertenecen a la familia Buthidae; en México se reconocen 12 especies peligrosas del género Centruroides, distribuidas en la vertiente del Pacífico.
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Schizomida. Tiene glándulas repugnatorias que segregan ácido acético como defensa. Su tamaño va de 3 a 12 mm de longitud. Comúnmente se le conoce como mini-vinagrillo o escorpión látigo de cola corta. No tiene ojos medios o laterales, pero presenta manchas oculares y su primer par de patas cumple una función sensorial. No es peligroso para el humano.
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Acari. Incluye a los ácaros, garrapatas o corucos. La mayoría es de tamaño microscópico, menor a 1 mm. Solo las garrapatas pueden medir hasta 3 cm. Se les encuentra tanto en hábitats terrestres como acuáticos. Pueden ser depredadores de otros invertebrados que son plagas en cultivos agrícolas o alimentarse de los tejidos de plantas o animales muertos.
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Solifugae. Son de hábitos nocturnos, depredadores voraces que se alimentan de artrópodos y pequeños vertebrados. Construyen galerías en el sustrato y durante parte de su ciclo de vida permanecen enterrados. No son venenosos y también se conocen como matavenados, arañas sol o arañas camello.
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Palpigradi. Son arácnidos pequeños de entre 0.65 hasta 2.8 mm, no tienen ojos ni pigmentación (son blancos translúcidos). Viven en la tierra bajo rocas y troncos o en cuevas. Algunas especies buscan refugio en lo más profundo del perfil del suelo. No son venenosos.
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Ricinulei. Los Ricinúlidos o garrapatas encapuchadas miden de 4 a 10 mm, no tienen ojos pero sí manchas oculares. Viven por varios años y no son venenosos. México presenta la mayor diversidad de estos arácnidos a nivel mundial. Se encuentran en lugares húmedos y oscuros, bajo piedras grandes y troncos en descomposición; algunas especies abundan en cuevas.
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Araneae. En México habitan dos de los cinco géneros de arañas consideradas de importancia médica a nivel mundial: la viuda negra o araña capulina y la araña violinista. Algunas no tienen ojos y otras poseen hasta 4 pares. El veneno con el que inmovilizan a sus presas sale de un conducto del colmillo y su seda la utilizan para la reproducción, caza, protección o depredación.
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Opiliones. Conocidas como arañas patonas, piernas largas o sacabuches. La mayoría son omnívoras y muy pocas son depredadoras. No son peligrosas para el hombre. Sus glándulas producen sustancias olorosas desagradables como defensa.
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Pseudoscorpionida. También llamados escorpión de los libros o falso escorpión. Mide entre 0.7 a 12 mm. Su seda la utiliza para construir cámaras de hibernación y protección durante las mudas, y para depositar huevos. Se desplaza a diferentes hábitats en un huésped que siempre es de mayor tamaño (roedores, aves e insectos). No es peligroso para el ser humano.
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Thelyphonida. Es depredador y puede ser caníbal cuando no hay alimento, aunque llega a sobrevivir sin comida hasta cuatro meses. Se le conoce como vinagrillo y tiene hábitos nocturnos. A través de sus glándulas produce ácidos (fórmico y acético) para repeler atacantes, pero no representa peligro para los humanos.
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El 4 de noviembre de 1997 quedaron constituidas de manera oficial la Colección Nacional de Ácaros (CNAC) y la Colección Nacional de Arácnidos (CNAN) con sede en el Instituto de Biología de la UNAM. La primera alberga más de 60 mil ejemplares y la segunda 52 mil.