Artistas

Miguel Prieto

Por: Irene Parra Gómez

Miguel Prieto Anguita es un artista español originario de Ciudad Real que centró su actividad artística en la pintura y el diseño gráfico, principalmente. Nació, para ser más concretos, en Almodóvar del Campo el 17 de noviembre 1907 y murió en La Ciudad de México el 12 de agosto de 1956. Aunque destacó en el campo de la pintura y el diseño gráfico, comenzó esculpiendo mientras estudiaba en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, llegando a exponer pronto sus obras en el salón del Ateneo de Madrid en 1931, fecha en la que tenía tan solo veinticuatro años. No obstante, no se limitó a la creación de arte plástico u escultórico sino que también tomó parte de grupos y actividades teatrales como las Misiones Pedagógicas, que tuvieron un importante papel en la difusión de la cultura en nuestro país a las masas iletradas y también a aquellos que no podían dedicar tiempo o dinero a representaciones teatrales de pago; participó en ellas junto a Diego Marín Molina, un filólogo y crítico algo más joven que él pero originario también de Ciudad Real. Creó del mismo modo un teatro de títeres llamado La Tarumba cuyas representaciones siguieron dándose hasta en las retaguardias de los diferentes frentes que participaron en la Guerra Civil. Ilustró libros (el Romanceo gitano de Lorca, entre muchos), trabajó como escenógrafo, fue responsable artístico de la revista Octubre dirigida por Rafael Alberti… Fue una importante figura de la cultura española que forma parte del grupo de la Edad de Plata gracias a sus actividades como pintor, ilustrador, escenógrafo y diseñador gráfico.

Retrato de Miguel Prieto por Juan Rejano (1947)
Fuente: http://visualplus-forteza.blogspot.com.es/2010/12/miguel-prieto-fundador-del-diseno-en.html

Estando exiliado, se centró más en la pintura y el diseño gráfico, por lo que sería más recordado después; al entrar en contacto con la cultura mexicana, su pintura se tornó más expresiva y viva y tomó influencias de la escena artística de la zona. Aprovechando ese tono más intenso de su pintura, decidió revivir sus recuerdos en España a través de escenas de la Guerra Civil que revivió con su arte, a menudo haciendo uso de alegorías que buscaban simplificar los hechos y a la vez plasmar su violencia y el estado de una lucha que él no consideraba terminada. Toda la última etapa de su vida y de su arte quedó marcada por esto mismo. Rescató la resistencia del pueblo español y la mezcló con la sensibilidad y la espiritualidad de México, y mientras que sus figuras parecían indomables, sus bodegones eran más delicados. La enorme influencia que tuvo en el arte de México, especialmente en el diseño gráfico, se justifican fácilmente gracias a su intensa actividad y lo prolífico de sus últimos años de vida; participó en revistas y periódicos, ilustró libros desde México (como La Celestina, de Fernando de Rojas) y se encargó de conducir la edición del Canto General de Pablo Neruda (entre otras obras del poeta).

Es difícil definir el código y el lenguaje que emplea Miguel Prieto Anguita en su arte, tanto en la pintura como en sus ilustraciones y sus diseños: era muy flexible y abarcaba tonos populares e inocentes, como el realismo político y la crítica social, pero también adquirió toques expresionistas y surrealistas en otras obras, rozando lo metafísico y lo reflexivo.

En su pintura destacan especialmente obras como La piel de toro (1943), Los lobos del capitalismo (1950) o La siesta / La soledad (1947), donde se puede apreciar el salto que hubo entre su estilo de pintura cuando aún vivía en España y cuando ya se exilió a México; son obras en las que juega con la luz para centrar la atención del espectador en los detalles y los personajes protagonistas, donde emplea los trazos del pincel, el volumen de la pintura y los colores, gustando por el alto contraste de colores, luz y sombras… Tenemos, por un lado, lobos oscuros y deformados que representan el capitalismo y que abren la boca hacia unas palomas que quedan a su alcance y que podrían simbolizar la moralidad y la paz; también nos han quedado de él las ilustraciones antifascistas, sus publicaciones en más de cuatro revistas; todas ellas nos acercan los desastres y las consecuencias que dejó tras de sí la guerra civil y su opinión personal sobre los hechos que se iban desarrollando en los tiempos que le tocó vivir.

Con todo, es un artista que durante toda su vida mostró un alto compromiso con la sociedad y la política de su época, que sufrió una guerra y el consecuente exilio por sus ideas contrarias al régimen franquista y que nunca dejó de expresarlas mediante el arte, que es lo que nos ha dejado como recordatorio moralizante, como crítica y como herencia.

 

Deja un comentario